Mordedura de serpiente: poca esperanza para los más vulnerables

Hasta que los antídotos sean seguros y accesibles (tanto en términos de disponibilidad y costo), cientos de miles de personas seguirán siendo víctimas olvidadas de una crisis desatendida.

Nyekuony, de 35 años, estaba pescando en un río cerca de su hogar en los pantanos Sudd en Sudán del Sur -una de las áreas pantanosas más grandes del mundo-, cuando una serpiente le mordió el pie. Buscó ayuda con un curandero tradicional, y después compró medicina en una farmacia local, pero la herida se negaba a sanar. No mucho tiempo después, la carne y el hueso comenzaron a pudrirse, carcomiendo su pie y la parte baja de la pierna. Sin poder caminar, Nyekuony tenía que gatear para poder moverse. Para ese entonces, la región estaba en medio de un conflicto y era muy peligroso intentar ir a un hospital.  
 
Casi dos años después de la mordedura, Nyekuony logró acudir a la clínica de MSF en Mayom, y de ahí fue transferida al hospital de MSF en Agok. Un cirujano amputó su pierna para evitar más daño, y actualmente Nyekuony camina de nuevo con la ayuda de muletas. Nyekuony tuvo suerte de sobrevivir, pero si hubiera recibido atención antes, su pierna se habría salvado.
 
Nyekuony es sólo una de las casi cinco millones de personas que son mordidas por serpientes cada año. De éstas, 125 000 personas mueren y 400 000 quedan discapacitadas o desfiguradas de manera permanente. Muchas de las víctimas son niños, y la mayoría vive en áreas rurales en donde puede ser difícil acceder a un médico. Pero incluso quienes logran llegar a una instalación médica con suministros del antídoto, es posible que no puedan costearse el tratamiento que puede valer hasta $250 dólares por paciente: el equivalente a dos años de salario para muchos de ellos. 
 
 
Los equipos de MSF proporcionan tratamiento gratuito a una cantidad cada vez mayor de personas que fueron mordidas por serpientes, incluyendo a más de 300 personas al año en el hospital de Agok, Sudán del Sur, la única instalación en la región que tiene antídotos seguros y efectivos. 
 
Este antídoto fue vital para salvar la vida de Nyajinma, de 6 años, quien llegó al hospital de Agok con ampollas en la piel, el ritmo cardíaco peligrosamente elevado, y con una mano, un brazo y el pecho hinchándose rápidamente. Fue mordida por una serpiente mientras dormía, y la madre de Nyanjinma la había cargado durante hora y media para poder llevarla a la clínica más cercana sólo para descubrir que no había antídoto disponible. Nyajinma fue referida al hospital de MSF en Agok.
“Inmediatamente le dimos dos dosis de antídoto,” cuenta Bonface Omuli, referente clínico de MSF. “Tuvimos que actuar rápidamente porque temimos que fuera a morir. Afortunadamente, se recuperó.”
 
MSF atendió a Nyajinma con el antídoto FAV-Afrique, producido por la compañía farmacéutica francesa Sanofi-Pasteur. Es el antídoto más polivalente disponible actualmente, esto quiere decir que es efectivo para atender las mordeduras de 10 de las serpientes venenosas más comunes en varias partes del África subsahariana. 
Sin embargo, Sanofi-Pasteur dejó de producir FAV-Afrique. Las dosis existentes caducarán en junio de 2016.
 
 
Aunque existen otros antídotos, no son efectivos en todos los tipos de veneno de serpiente y su eficacia y seguridad sólo ha sido probada en pequeños estudios o en pequeños ambientes limitados geográficamente en África. 
 
“Tendremos que usar dos antídotos diferentes como una solución temporal,” dice Christine Jamet, coordinadora de proyecto de MSF en Sudán del Sur. “Atender a los pacientes se volverá mucho más complejo, ya que los antídotos alternativos no cubren el mismo rango de especies de serpiente que cubre el FAV-Afrique. Es un problema, ya que las víctimas rara vez saben qué especie de serpiente las mordió. Ahora tendremos que atenderlas de acuerdo con su sintomatología. No estamos seguros del impacto que esto tendrá en nuestros pacientes, pero ahora no tenemos otra opción.”
 
Para las víctimas de mordeduras de serpiente en Sudán del Sur, conseguir tratamiento sigue siendo una lucha. Esto es síntoma de una crisis más amplia: la mayor parte de las víctimas de mordeduras de serpiente en el mundo no pueden conseguir el tratamiento que podría salvarlas de morir o de sufrir una incapacidad. Hasta que los antídotos sean seguros y accesibles (tanto en términos de disponibilidad y costo), cientos de miles de personas seguirán siendo víctimas olvidadas de una crisis desatendida. 
 
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