A un año del brote de Ébola: entre la esperanza y la desesperación

Butembo and its surroundings, the new epicentre of the outbreak

Hoy se cumple el primer aniversario del comienzo del décimo brote de Ébola en la República Democrática del Congo, que se ha convertido en el segundo brote de Ébola más grande del mundo en la historia.

Hoy, primero de agosto, se cumple el primer aniversario del inicio del décimo brote de Ébola, el segundo más grande en la historia. Trish Newport, subdirectora de los programas de Ébola de MSF en República Democrática del Congo (RDC), reflexiona sobre la respuesta que se ha dado para contrarrestar la epidemia.
 
"Recuerdo con claridad el 24 de julio de 2018. Fue el día en que se declaró el noveno brote en la República Democrática del Congo. Estaba gestionando el proyecto de vacunación de MSF. Era la primera vez que se usaba la vacuna experimental contra el Ébola para tratar de controlar la enfermedad. El brote duró menos de tres meses, lloré de alegría y esperanza. Ingenuamente pensé que con esta gran vacuna, el mundo no tendría que enfrentarse a una gran epidemia nuevamente, como ha sucedido tantas veces en mi vida desde que comencé a trabajar en el sector humanitario. Estaba muy equivocada.
 
Una semana después de que el noveno brote de Ébola en RDC finalizara oficialmente, se declaró el inicio del décimo brote de Ébola en el mismo país. Hoy se cumple el primer aniversario del comienzo del décimo brote, y éste no solo sigue asolando, sino que se ha convertido en el segundo brote de Ébola más grande del mundo en la historia.
 
Ha sido un año largo, doloroso y mortal para la población que vive en las áreas afectadas por esta enfermedad en RDC. Los centros de tratamiento han sido atacados y destruidos brutalmente, los trabajadores de la salud han sido impactados porque trabajaron dando respuesta. Las fuerzas de seguridad que “protegieron” esta lucha contra el Ébola han matado a civiles. Además la gente sigue muriendo de Ébola.
 
 
La “Respuesta contra Ébola” es coordinada por el Ministerio de Salud Congoleño, la Organización Mundial de Salud y otras organizaciones internacionales. Uno de los mayores problemas del brote es que la Respuesta contra el Ébola nunca se ha ganado la confianza de la población local. El brote está ocurriendo en un área que en los últimos años ha estado plagada por los conflictos y las masacres. Una vez le pregunté a un miembro de nuestro personal local por qué tenía tanta ira entorno a la Respuesta contra el Ébola. Ella respondió: “Mi esposo fue asesinado en una masacre en Beni. En ese momento, todo lo que quería era que alguna organización viniera a protegernos de los asesinatos, pero no vino ninguna organización internacional. Tres niños míos murieron de malaria. Ninguna organización internacional ha venido a trabajar en esta área para asegurarse de que tengamos acceso a la atención médica o al agua potable. Pero ahora llega el Ébola y todas las organizaciones vienen porque esta enfermedad les da dinero. Si se preocupan por nosotros, deberían preguntarnos nuestras prioridades. Mi prioridad es la seguridad y asegurarme de que mis hijos no mueran de malaria o diarrea. Mi prioridad no es el Ébola, esa es su prioridad “.
 
La semana pasada, el brote de Ébola fue declarado como una emergencia de salud pública que preocupa a nivel internacional. Todavía hay muchas preguntas sobre el impacto que esto tendrá en la respuesta actual. Lo que sí vemos es que cada vez más el dinero se dirige hacia la Respuesta contra Ébola, pero si no hay cambios en la forma en que se maneja el brote, si no se ganan la confianza de la población, el dinero no servirá. Solo creará más problemas. 
 
Una de las mayores frustraciones sobre toda esta situación es que no solo existe una vacuna eficaz contra el Ébola, también hay tratamientos experimentales. Estas son herramientas que estaban mucho menos disponibles durante el brote en África Occidental, pero si la población no confía en la respuesta, estas herramientas nunca podrán utilizarse con todo su potencial.
 
En febrero de 2019, dos de los Centros de Tratamiento del Ébola de MSF en el epicentro del brote fueron atacados. No sabíamos quién los atacó o por qué. Pero como ya no podíamos garantizar la seguridad de nuestro personal y nuestros pacientes, MSF tomó la dolorosa decisión de detener todas las actividades en esa área específica. Nos vimos obligados a revisar los problemas que habíamos enfrentado y cómo cambiar nuestra respuesta al brote de Ébola. Determinamos que necesitábamos trabajar más estrechamente con las comunidades, y que necesitábamos escuchar y responder a las prioridades de salud de las comunidades afectadas.
 
 
Comenzamos a brindar acceso a atención médica gratuita para todas las enfermedades que afectaban a la población, como la malaria, el sarampión y la diarrea. Comenzamos a construir pozos, de modo que cuando le dijimos a la población que debían lavarse las manos y, así, evitar la propagación del Ébola, tenían agua para hacerlo. Establecimos centros para posibles casos de Ébola en puntos de salud locales, para que los pacientes sospechosos de la enfermedad puedan ser atendidos en su comunidad, en lugar de tener que viajar a otras áreas para realizar pruebas y aislarse. Y al abordar las necesidades reales y las prioridades de salud de la comunidad, comenzamos a ganarnos su confianza. Lamentablemente, este enfoque aún no ha sido adoptado por la Respuesta general contra Ébola, y sigue habiendo una desconfianza general. En muchas áreas, las personas aún se niegan a ir a los centros de tratamiento del Ébola cuando están enfermas, y otras aún rechazan la vacuna.
 
Cuando veo familias y comunidades destrozadas, me da mucha tristeza. No tenía que ser así, y a menos que ocurriera un cambio drástico en la gestión de la Respuesta contra Ébola, el brote no va a terminar pronto.
 
Un año después, más de 2,600 personas se enfermaron de Ébola y más de 1,700 murieron a causa de la enfermedad. Hoy, en el primer aniversario del brote, mis pensamientos están con todas aquellas personas que han sido afectadas. Espero que el cambio llegue pronto."
Compartir