Acapulco, México: “Yo estaba temblando del miedo que tenía”

MSF brindamos atención en Acapulco tras el paso del huracán Otis
© MSF

El huracán Otis causó una grave afectación en Acapulco, una ciudad de la costa pacífica mexicana. Desde Médicos Sin Fronteras (MSF) estamos apoyando a la población a través de una clínica móvil con servicios de atención primaria, psicológica y promoción de la salud.

Uno de los lugares donde estamos es el Potrerillo, una de las colonias más afectadas por el huracán Otis en Acapulco. En esta zona de la ciudad, los servicios básicos de electricidad y agua aún no se han restablecido totalmente y cientos de personas se encuentran sin acceso a atención médica ni a saneamiento básico.

Desde el 10 de noviembre, uno de nuestros equipos desplegó una clínica móvil para brindar asistencia a los habitantes de esta localidad. Durante las primeras horas, atendimos casos de personas con enfermedades crónicas que no tienen acceso a atención ni a los medicamentos que perdieron por cuenta del huracán, así como menores de edad con infecciones gastrointestinales, respiratorias y de la piel; entre otras afectaciones a la salud física.

También hemos brindado apoyo en salud mental debido a los graves impactos que la emergencia ha causado en este aspecto.

Hoy compartimos los testimonios de dos personas, que nos permiten conocer cuál es la situación a la que se enfrentan.

 

“Estaba temblando del miedo que tenía”

MSF brindamos atención en Acapulco tras el paso del huracán Otis
Liam García y Yesenia Melchor .© MSF

 

Liam García y Yesenia Melchor 

Mi casa no se dañó porque es de ladrillo, pero yo estaba temblando del miedo que tenía. Mi mamá y yo nos protegimos en la habitación. Ella me metió en el armario y se quedó protegiendo la puerta para que no se dañara. Todo el viento entró por las ventanas de la cocina y se nos mojaron todos los muebles y la ropa.

Mi mamá quedó toda mojada y por eso ahora está enferma de la garganta. A mi al principio no me dio nada, pero luego me dio mucho dolor de panza y fiebre. Mi mamá dice que es por el agua que hemos tomado en estos días. Mi maestra me contó que a la escuela le cayó un árbol y por eso no hemos tenido que ir a clases.

Mi mamá me sigue poniendo tareas, pero no sé cuándo vamos a volver a la escuela. 

 

“Después de esto quién sabe cuándo se va a normalizar la situación”

MSF brindamos atención en Acapulco tras el paso del huracán Otis
Juan Jassiel, paciente de MSF. © MSF

 

Juan Jassiel Zárate 

Yo digo que ese huracán venía desnudo y enfermo. Todavía no he podido recuperar varias de mis prendas ni el único par de zapatos que tenía, y toda la medicina que tenía para la diabetes nunca volvió a aparecer. Creo que Otis se llevó todo eso con él.

El huracán levantó todo el techo de la casa, nos metimos 16 personas en un baño de dos metros por tres. Incluso mi suegro que está en silla de ruedas se tuvo que meter ahí. Tiramos los colchones en la puerta para protegernos. Vine a la consulta de MSF porque soy diabético, pero ahorita en el hospital solo están atendiendo las urgencias y no hay medicamentos.

Antes de Otis me atendían una vez al mes y me entregaban los medicamentos, pero después de esto quién sabe cuándo se va a normalizar la situación. Estoy trabajando día y noche. Actualmente no estoy comiendo bien como debería, por esta zona no ha llegado despensa, todo está caro y en mi colonia seguimos sin luz y sin agua.

La gente está hirviendo el agua con fuego de leña y echándole cloro para poder tomar, pero a mis hijos no les gusta porque dicen que sabe como a carbón. Tuve que mandarlos a otro municipio cercano con mi suegra porque acá está muy difícil vivir y no quiero que se enfermen.

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