Afganistán: Las personas que buscan atención médica se enfrentan a problemas crónicos

El sistema sanitario en Afganistán no está adaptado a los desafíos que enfrenta el pueblo afgano, según un informe publicado por Médicos Sin Fronteras (MSF).

El sistema sanitario en Afganistán no está adaptado a los desafíos que enfrenta el pueblo afgano, según un informe publicado por Médicos Sin Fronteras (MSF).

El informe, 'La lucha continua para acceder a la atención médica en Afganistán', reúne datos médicos, entrevistas y cuestionarios respondidos por pacientes, sus cuidadores y el personal de los proyectos de MSF en las provincias de Helmand, Herat, Kandahar y Khost. El reporte muestra claramente un sistema de salud que está fallando a la población, y hace eco de los hallazgos de informes anteriores de MSF publicados en 2014 y 2020.

A lo largo de los años, MSF ha seguido exponiendo la discrepancia entre las promesas del modelo de prestación de atención médica pública promovido por los donantes y la realidad sobre el terreno. “Instalaciones de salud que funcionan mal, costos inasequibles y pacientes que realizan viajes largos y peligrosos. Todo esto reduce la capacidad de las personas para acceder a una atención médica oportuna”, asevera Filipe Ribiero, representante de MSF en Afganistán.

El año pasado, los donantes internacionales recortaron la financiación de los servicios en Afganistán, aumentando la presión sobre un sistema de salud pública ya frágil y sobre los socios sanitarios. Se debe hacer hincapié en que la población afgana reciba un tratamiento de calidad más cerca de su casa, de acuerdo con sus necesidades y circunstancias económicas.

 

Los pacientes encuestados describieron cómo se enfrentaron a diversos factores antes de buscar atención médica. Más del 80 por ciento de las personas encuestadas mencionaron haber experimentado dificultades económicas como resultado del gasto en atención médica. Y los efectos socioeconómicos de la pandemia de COVID-19 solo han empeorado las cosas.

“Vivimos en el desierto sin acceso a la atención médica. Y hay problemas económicos”, dice un cuidador masculino en el hospital Boost, provincia de Helmand. “Algunas personas no logran encontrar el dinero para obtener ayuda, incluso si tienen un paciente en casa; esperan que Dios haga algo".

Sin embargo, cuando las personas encuentran el dinero necesario para pagar el transporte y la atención médica y llegan con éxito a la clínica o al hospital, el reto no ha terminado. Entre las y los pacientes encuestados que visitaron un centro de salud pública en el último año, el 45 por ciento dijo que no estaba satisfecho con los servicios que recibieron.

Muchas personas acuden a clínicas u hospitales privados, donde se enfrentan a costos que apenas pueden pagar y cuya calidad está lejos de estar garantizada; algunos favorecen soluciones locales como los remedios tradicionales; y otros viajan largas distancias para llegar a instalaciones médicas gratuitas apoyadas o gestionadas por organizaciones como MSF.

Pero más allá de los costos económicos, el viaje a las instalaciones médicas está plagado de peligros debido a los combates activos, la presencia de artefactos explosivos y la amenaza de robos en las carreteras. Estos obstáculos hacen que las personas se demoren o tomen rutas más tortuosas, arriesgándose a que las condiciones de salud puedan deteriorarse para cuando llegan a recibir tratamiento.

Cuando hubo fuertes enfrentamientos alrededor de la ciudad de Lashkar Gah a principios de mayo, una madre describió que no le quedó más remedio que enfrentarse a la violencia para buscar atención médica para su hijo, quien había tenido fiebre y diarrea durante más de una semana: “Pensamos que podría morir, así que tuvimos que llevarlo al hospital. Salimos por la mañana cuando salía el sol. Llegamos por un camino muy difícil y cruzamos un río. Nuestra motocicleta dejó de funcionar, así que la dejamos. Fue una guerra, hubo balas en el aire. Había tantos obstáculos". Un viaje que debería haber durado 30 minutos tomó cinco horas.

No nos hacemos ilusiones acerca de nuestra capacidad para responder a las abrumadoras necesidades del país, pero hacemos todo lo posible”, dice Ribeiro. “Los donantes y los responsables políticos deben analizar con honestidad las deficiencias del modelo actual de servicios de salud en Afganistán y trabajar para hacer que una atención de calidad esté disponible, accesible y asequible para todas las personas".

Puedes leer el reporte (en inglés) haciendo click aquí.

MSF trabaja en Afganistán desde 1980 y actualmente cuenta con cinco proyectos en cinco provincias: Helmand, Herat, Kandahar, Khost y Kunduz. En 2020, los equipos de MSF brindaron 112,453 consultas en la sala de emergencias, asistieron a 37.898 partos y realizaron 5,669 intervenciones quirúrgicas mayores. MSF brinda atención médica gratuita. Depende únicamente de la financiación privada para su trabajo en Afganistán y no acepta dinero de ningún gobierno.

 

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