Afganistán: Los intensos enfrentamientos dejan múltiples personas heridas por traumatismos en Lashkar Gah

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Operating Theatre | Boost Hospital - Lashkar Gah

Los enfrentamientos en Afganistán han sido intensos desde mayo, pero en las últimas semanas los combates entre el ejército afgano y el Emirato Islámico de Afganistán (también conocido como el talibán) han aumentado en intensidad y se han trasladado a zonas urbanas como la ciudad de Lashkar Gah, en la provincia de Helmand.

Los enfrentamientos en Afganistán han sido intensos desde mayo, pero en las últimas semanas los combates entre el ejército afgano y el Emirato Islámico de Afganistán (también conocido como el talibán) han aumentado en intensidad y se han trasladado a zonas urbanas como la ciudad de Lashkar Gah, en la provincia de Helmand.
 
“Ha habido disparos incesantes, ataques aéreos y de morteros en áreas densamente pobladas. Bombardean hogares y muchas personas sufren heridas graves”, explica Sarah Leahy, coordinadora del proyecto de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Helmand.
 
“Los enfrentamientos dentro de la ciudad nos hacen difícil responder. Nuestro personal es parte de la comunidad y, como muchas otras personas, temen dejar sus hogares. La situación es demasiado peligrosa y la vida está paralizada. Algunos de nuestros colegas pasan la noche en el hospital porque es más seguro, pero también se quedan para poder seguir tratando a sus pacientes. La situación ha sido terrible desde hace meses, pero ahora es aún peor".
 
 
 
 
A pesar de los desafíos, el Hospital Boost, apoyado por MSF, sigue funcionando y ha experimentado un marcado aumento en las necesidades de atención de traumatismos durante la última semana.
 
“En solo un día realizamos 10 cirugías a personas con heridas a causa de la violencia, algo inaudito para MSF aquí, pues no somos el principal proveedor de atención para traumatismos en Lashkar Gah”, explica Leahy. “Antes de la semana pasada, operábamos a dos personas heridas de guerra en promedio cada día”, concluye. El principal centro de atención de traumatismos de la ciudad es dirigido por otra organización y también está bajo una inmensa presión; las personas a las que no pueden admitir son enviadas a los equipos de MSF para que reciban atención.
 
Entre el 29 y el 31 de julio, los equipos de MSF trataron a 70 pacientes heridos de guerra. Y, en total, del 3 de mayo al 31 de julio, los equipos han tratado a 482 personas heridas de guerra, casi todas (92%) por heridas causadas por proyectiles y balas; y alrededor de una cuarta parte (26%) eran menores de 18 años. Las personas atendidas por MSF serán sólo una fracción del verdadero número de quienes han sido heridas a causa de la violencia. 
 
Los enfrentamientos también exacerban las necesidades médicas más allá de la atención de traumatismos. Dada la falta de instalaciones médicas asequibles y funcionales en Helmand, las personas dependen del Hospital Boost, mismo que cuenta con una capacidad de 300 camas y es el único hospital de referencia en la provincia, para acceder a servicios neonatales, pediátricos, hospitalarios, de cuidados intensivos, maternidad, desnutrición y quirúrgicos, entre otros. Sin embargo, desde mayo, el personal de MSF ha sido testigo de un aumento alarmante en la gravedad de las enfermedades de las personas al momento de su llegada al hospital, pues han describido cómo, a pesar de necesitar atención médica, se han visto obligadas a tomar rutas alternativas peligrosas para llegar al centro o a esperar en casa hasta que los combates remitan. Dado que los enfrentamientos se están realizando no muy lejos del Hospital Boost y las personas tienen demasiado miedo de salir de sus hogares debido a la violencia, el acceso a la atención médica es peligrosamente bajo.
 
 
 
 
“Hemos tenido a pacientes que quedaron atrapados en el fuego cruzado. Además de sufrir enfermedades como una diarrea severa, también llegan con heridas de bala en el hombro o en la pierna”, explica un médico que trabaja en la Sala de Emergencias y en la Unidad de Cuidados Intensivos de MSF en el Hospital Boost.
 
“El conflicto orilla a las personas a pensar diez veces si realmente quieren hacer el viaje hasta el centro de salud. Se demoran hasta que no pueden esperar más, cuando sus familiares llevan dos o tres días sin abrir los ojos, o cuando su respiración es superficial y no responden. Desde una perspectiva médica, es demasiado tarde".
 
Y cuando las personas logran llegar hasta el centro de salud, es solo un primer paso. Los efectos del conflicto también tienen consecuencias a largo plazo, como nos explicó un paciente con heridas de bala en ambos brazos: “Toda mi familia depende de mí, pero siento que en el futuro no podré trabajar por mis heridas. Me será muy difícil alimentar a mi familia. Salí de mi casa y no puedo volver allí".
 
Incluso entre el personal de MSF, el impacto de los combates es claramente visible. “El personal sanitario está agotado. El trabajo en sí, ver a todos estos pacientes, es enormemente difícil. Y además de eso, las personas tienen que lidiar mucho con las presiones y preocupaciones externas", cuenta un médico de MSF.
 
 
Médicos Sin Fronteras continúa brindando atención médica sumamente necesaria en el Hospital Boost y también cuenta con proyectos en otros cuatro lugares del país: Herat, Kandahar, Khost y Kunduz.
 
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