Afganistán: MSF abre un centro de tratamiento de COVID-19 en Herat

En el oeste de Afganistán, desde Médicos Sin Fronteras (MSF) estamos intensificando nuestra respuesta a la COVID-19 en la provincia de Herat, la segunda provincia más afectada después de Kabul. El 28 de junio, el centro de tratamiento de COVID-19 de MSF en el Hospital Gazer Ga abrió sus puertas a los primeros pacientes.

En el oeste de Afganistán, desde Médicos Sin Fronteras (MSF) estamos intensificando nuestra respuesta a la COVID-19 en la provincia de Herat, la segunda provincia más afectada después de Kabul. El 28 de junio, el centro de tratamiento de COVID-19 de MSF en el Hospital Gazer Ga abrió sus puertas a los primeros pacientes.

“Abrimos una unidad de tratamiento para brindar atención a pacientes con afecciones graves y para apoyar la capacidad del Ministerio de Salud para gestionar los casos de COVID-19. Después de cuatro décadas de conflicto prolongado, el brote de COVID-19 exacerba aún más una situación ya grave en Afganistán", explica Claire San Filippo, Coordinadora de Proyectos de MSF en Herat. Desde que se confirmó el primer caso de COVID-19 en Herat, en Afganistán, a finales de febrero, el número de casos ha aumentado continuamente.

Al comienzo de la pandemia, un número muy alto de afganos, más de 159,000 solo en marzo, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), regresó de Irán, un país muy afectado por la pandemia. Por esta razón, Herat, utilizada por muchos afganos como ruta de tránsito de regreso a sus provincias, fue el primer epicentro del brote en Afganistán. Hoy, Herat es el segundo epicentro de COVID-19 en el país, con casi 4,500 casos confirmados al 22 de junio.Sin embargo, estas cifras no proporcionan una imagen precisa de la situación general.

Los casos de COVID-19 en Herat, similares a la situación en todo el país, permanecen en gran medida sin ser detectados. Hasta el 22 de junio, solo a 64,585 personas de un estimado de 37.7 millones de personas en Afganistán se les había hecho la prueba. Hay una escasez crónica de capacidad para realizar pruebas. El número de casos graves en el Hospital Shaydahee en Herat aumentó de cincuenta a principios de mayo a 125 a principios de junio. En el área de triaje del Hospital Regional de Herat, de alrededor de un centenar de pacientes atendidos por día, entre 5 y 10 se encuentran en una condición grave o crítica, y parece que la verdadera escala de transmisión entre la comunidad sigue siendo enormemente subestimada.

Para responder a la pandemia en Herat al inicio del brote, los equipos de MSF comenzaron a implementar medidas de prevención y control de infecciones en las estructuras de salud en las que trabajaban; en una clínica para personas internamente desplazadas en las afueras de Herat y en el centro de alimentación terapéutica intensiva en el Hospital Regional de Herat. En abril, también organizaron el triaje de pacientes para la COVID-19 en la clínica para personas internamente desplazadas y en el Hospital Regional de Herat para garantizar la detección oportuna de casos y crear un sistema efectivo de derivación de casos sospechosos a los centros de salud relevantes.

"Ahora con la apertura en el Hospital Gazer Ga, que tiene una capacidad de 32 camas, planeamos elevar el nivel de atención para pacientes graves con COVID-19 que necesitan oxígeno y aliviar la presión sobre los dos centros existentes que gestionan casos de COVID-19, los hospitales Shaidayee y Liberty, que están abrumados por la cantidad de pacientes", señala Claire San Filippo. Para enfocarse en la gestión de casos severos, el hospital Gazer Ga no aceptará a pacientes que lleguen sin referencia. Todos los pacientes serán derivados principalmente desde el triaje del Hospital Regional de Herat.

Cuatro meses después de que se reportara el primer caso, la situación no está bajo control y la prevención de la propagación del virus sigue siendo un desafío. Los hogares grandes, los alojamientos sobrepoblados con poco acceso al agua, el saneamiento y la ventilación, los altos niveles de interacción social y la pobreza hacen que el lavado de manos regular, el aislamiento en el hogar y el distanciamiento físico sean casi imposibles. Algunas personas con síntomas relacionados con la COVID-19 siguen reacias a buscar atención médica. Debido al aumento en los casos después de Eid, la negación -previamente vista- de la existencia de la COVID-19 por la comunidad ya no parece posible, y la gente sigue asustada.

Hay rumores sobre los centros de tratamiento de COVID-19 y algunas personas temen que los rituales de entierro religiosos y culturales apropiados no serán respetados si mueren en su búsqueda por tratamiento, lo cual no es el caso. Sin embargo, es fundamental que los pacientes no esperen para buscar tratamiento. Llegar tarde al hospital reduce en gran medida las posibilidades de recuperación.

Para los pacientes que no tienen COVID-19, la situación también es desafiante. La gran cantidad de personal contagiado en los centros de salud limita su capacidad para brindar atención a quienes lo necesitan. Desde mediados de mayo, un gran número de bebés con desnutrición han ingresado en el centro de alimentación terapéutica para pacientes hospitalizados de MSF, en un momento en que desde MSF estamos luchando por mantener completa la capacidad de camas debido a contagios entre el personal.

 

MSF gestiona seis proyectos a lo largo de cinco provincias de Afganistán: Helmand, Kandahar, Herat, Khost y Kunduz. En la provincia de Herat, MSF gestiona una clínica para personas desplazadas en Kadhestan / Shaidayee, en las afueras de Herat, y apoya al Ministerio de Salud Pública en la sala de desnutrición del Hospital Regional de Herat. En 2019, MSF realizó un total de casi 101,869 consultas externas, asistió 61,881 partos y realizó más de 9,953 intervenciones quirúrgicas. Para su trabajo en Afganistán, MSF no acepta fondos de ningún gobierno, depende únicamente de donaciones de particulares y fundaciones.

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