Albergues rebasados y afectaciones a la salud: la población migrante en la Ciudad de México enfrenta una realidad precaria

La crítica situación de la población en movilidad: problemas de salud y alto riesgo de victimización como resultado de la saturación de los albergues en la ciudad y de la condición de calle a la que se tiene que enfrentar esta población.

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Médicos Sin Fronteras en un albergue de personas migrantes en Tláhuac, Ciudad de México
Desde MSF estamos alarmados con la situación que están viviendo la población en movimiento y los albergues en CDMX © MSF/María Chavarría

Por José Antonio Silva, Coordinador de Proyecto de Migración en Ciudad de México 

Desde Médicos Sin Fronteras (MSF) estamos alarmados con la situación que están viviendo la población en movimiento y los albergues en Ciudad de México.

Luego del cierre intempestivo del campamento de Tláhuac, que llegó a registrar el paso de alrededor 7,000 personas, muchas de ellas fueron movidas a albergues de la ciudad y a otros estados para continuar con los trámites migratorios, según el Instituto Nacional de Migración (INM). Sin embargo, como organización médica y humanitaria no hemos podido constatar el destino de las personas movidas a otros puntos en el país.

En la práctica, por una parte, la decisión por cerrar el campamento de Tláhuac generó que la capacidad limitada que tienen los albergues se viera rebasada y los pocos recursos con los cuentan resultaran insuficientes para hacer frente a las altas necesidades de asistencia para la población. Los albergues, la mayoría con recursos propios, enfrentan no solo problemas de hacinamiento, sino también el reto de poder cubrir las diferentes necesidades básicas de las personas: salud, alimentación, agua, higiene y saneamiento e información. 

Por otra parte, los albergues han mostrado niveles de hacinamiento tan altos que pareciera que lograr tener hospedaje es prácticamente un lujo para la población en movimiento. Por esta razón, familias enteras y personas haciendo el trayecto por sí solas retomaron espacios públicos como el Parque Giordano Bruno o cerca de las inmediaciones de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) y el INM sin la posibilidad de acceder a un albergue.  

Desde MSF estamos alarmados con la situación que están viviendo la población en movimiento y los albergues en CDMX , México
El equipo de Médicos Sin Fronteras atendiendo a personas migrantes en Tláhuac, en la Ciudad de México. © MSF/María Chavarría

 

Las condiciones de habitar en la calle tienen un impacto directo en la salud de las personas como infecciones respiratorias, enfermedades gastrointestinales, infecciones de la piel y, por supuesto, también condiciones asociadas a la afectación en salud mental tales como depresión, ansiedad, estrés agudo y estrés postraumático.

Así mismo, teniendo en cuenta los diferentes riesgos a los que se ve expuesta la población en movilidad en la ciudad (extorsiones, robos, agresiones físicas y verbales, abuso sexual, discriminación) el hecho de dormir en la calle incrementa exponencialmente la probabilidad de ser revictimizado.  

El gobierno de la Ciudad de México debe trabajar de forma coordinada para garantizar el cubrimiento de las necesidades de la población en movilidad, en condiciones de seguridad, dignidad y garantía de derechos. También es necesaria una coordinación con los actores de la sociedad civil (albergues) con el ánimo de trabajar articuladamente en hacer frente a un fenómeno que hasta ahora ha rebasado las capacidades públicas y privadas de respuesta.  

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