Antibiogo: Una aplicación revolucionaria para combatir la resistencia a los antibióticos

Un técnico de laboratorio en el hospital de cirugía reconstructiva de MSF en Amman, Jordania. Febrero 2022, © Soriya Tach

Recientemente certificada por el marcado CE, la aplicación Antibiogo se implementará desde este verano en varios laboratorios en los proyectos de Médicos Sin Fronteras (MSF).  

Esta innovadora herramienta de diagnóstico, desarrollada y probada por la Fundación MSF para satisfacer las necesidades de los países de ingresos bajos y medios, eventualmente estará disponible en forma de una aplicación descargable, que no necesita conexión, es gratuita, y ofrece una esperanza considerable para reducir la resistencia a los antibióticos, una importante amenaza para la salud pública. 

Esta herramienta de diagnóstico permite a las y los técnicos de laboratorio no expertos medir e interpretar los antibiogramas, pruebas que determinan la sensibilidad de las bacterias a diferentes antibióticos. Esta prueba, esencial para ayudar al personal médico a recetar los antibióticos más efectivos a sus pacientes, suele ser interpretada por microbiólogos que muchas veces no están disponibles en los países de ingresos bajos y medios. 

La resistencia a los antimicrobianos (RAM), reconocida por la OMS como una importante amenaza para la salud pública, causó 1,27 millones de muertes en 2019. Si no se aborda, podría convertirse en la principal causa de mortalidad con 10 millones de muertes por año en todo el mundo a partir de 2050. 

“Gracias a Antibiogo, cualquier técnica o técnico de laboratorio de microbiología, en cualquier país de ingresos bajos y medios, podrá leer e interpretar un antibiograma directamente en su teléfono y conocer el perfil de resistencia a antibióticos de las bacterias responsables de la infección de sus pacientes”, explica la Dra. Nada Malou, directora del programa Antibiogo. “Si se usa correctamente, es una nueva herramienta de diagnóstico fantástica, que ayudará a garantizar un acceso más amplio a pruebas bacteriológicas de alta calidad, incluso en ausencia de microbiólogos. Esto permitirá no solo tratar a pacientes con los antibióticos más adecuados, sino que también ayudará a reducir la resistencia a los antibióticos”, concluye. 

Además, la gran mayoría de las pruebas de diagnóstico se desarrollan en países de ingresos altos, siguiendo la lógica del mercado y luego, una vez que se han rentabilizado, se ponen a disposición de países con recursos limitados sin tener en cuenta la especificidad de sus contextos. 

“Antibiogo es innovadora porque se creó a partir de la necesidad identificada en los países de escasos recursos, se desarrolló con usuarios de estos países y con sus datos, y se probó en las personas que se van a beneficiar de ella. El modelo de desarrollo de este dispositivo médico es el inverso al que solemos observar y responde a las necesidades reales observadas en países de ingresos bajos y medios”, dice Malou. 

En los países de ingresos altos, la prescripción de antibióticos se ve facilitada por el uso de sistemas automatizados de lectura e interpretación de antibiogramas y por la experiencia del personal de microbiología. Sin embargo, en los países de ingresos bajos y medios que no cuentan con este costoso equipo o un número suficiente de microbiólogos clínicos, la identificación de la resistencia a los antibióticos es mucho más complicada o, a menudo, no existe.  

Antibiogo se basa en procesamiento de imágenes, tecnología de inteligencia artificial y un sistema experto existente. En la práctica, la aplicación permite a las y los técnicos de laboratorio medir los diámetros de inhibición que se encuentran en los antibiogramas y, sobre todo, interpretar sus resultados, sin necesariamente tener conocimientos de microbiología. 

En el terreno, los resultados muestran un nivel de concordancia muy alto, que va del 90 al 98 por ciento dependiendo de la bacteria, cuando se comparan con la interpretación realizada por microbiólogos calificados. 

La aplicación móvil Antibiogo desarrollada por la Fundación MSF se utilizará primero en los laboratorios de Médicos Sin Fronteras en Malí, República Centroafricana, Jordania y Yemen, y posteriormente se implementará de forma más amplia. A largo plazo, esta herramienta está destinada a profesionales de la salud en todos los países de ingresos bajos y medios. Una vez que se obtenga la certificación final en 2023, todos los laboratorios de microbiología en estos países podrán descargar la aplicación. 

 

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