Apoyamos a las personas afectadas por las inundaciones en Kenia

Sensibilización a la comunidad sobre el uso de purificadores de agua en Grasen, Kenia.
Intervención de emergencia de MSF por las graves inundaciones en Kenia. © Zainab Mohammed/MSF

A finales de marzo de 2024, las graves inundaciones en Kenia obligaron a más de 43,000 personas a abandonar sus hogares y a refugiarse en 30 campos para personas desplazadas internamente. Esto alteró la vida y los medios de subsistencia en el condado del río Tana, en Kenia. 

Para apoyar a esta población, desde Médicos Sin Fronteras (MSF) comenzamos una respuesta de emergencia en la ciudad de Garsen. Brindamos asistencia médica y entregamos productos esenciales a miles de familias desplazadas en los cinco campos más grandes para personas desplazadas. 

“Las familias perdieron sus hogares y posesiones, y su acceso al agua potable y al saneamiento se ha visto gravemente comprometido. Esto aumenta el riesgo de que haya enfermedades transmitidas por el agua, como el cólera; así como enfermedades respiratorias debido a la contaminación de las fuentes de suministro“, explica Josiah Kimeli, coordinador adjunto de emergencias de MSF.

 

Clínica móvil en un campamento de bloqueo de carreteras en el condado de Tana River, Kenia
Vista de una clínica móvil de MSF en el condado del río Tana. © Zainab Mohammed/MSF

 

Las personas afectadas por las inundaciones en Kenia perdieron todo

Las inundaciones desbordaron los recursos locales, haciendo que sea difícil cubrir las necesidades básicas de las personas desplazadas.  

El río Tana había crecido drásticamente debido a las fuertes lluvias río arriba, lo que provocó inundaciones generalizadas. Especialmente en lugares como Garen, en el este del país. Este desastre natural causó importantes desplazamientos, pérdida de vidas y destrucción de actividades agrícolas, causando inseguridad alimentaria y riesgos de enfermedades transmitidas por el agua. 

“Los desafíos de establecerse en un campo fueron sobre todo el frío y el agua que se filtraba en los refugios cuando llovía”, comparte Amina Shekhe, se vio obligada a abandonar su casa con su familia tras las inundaciones. “Nuestros hijos se enfermaron a causa del frío en el campo. Nos resultó difícil llegar a los hospitales, que estaban lejos de donde nos habíamos refugiado”. 

Kenia, y la región del Cuerno de África en general, es muy vulnerable a los impactos del cambio climático. El Niño, un fenómeno climático caracterizado por el calentamiento de las temperaturas de la superficie del mar en el Océano Pacífico central y oriental, ha intensificado significativamente las inundaciones en Kenia, amplificando el volumen y la severidad de las precipitaciones.  

“Nuestros equipos móviles, compuestos por personal médico y expertos en agua y saneamiento, brindaron servicios básicos de atención médica, incluidas vacunas, a través de puestos médicos y clínicas móviles de alcance comunitario”, explica Josiah. “Nos enfocamos en los servicios de salud mental y en las actividades de promoción de la salud, así como en mejorar el acceso de las personas al agua potable y a las letrinas para ayudar a prevenir brotes de enfermedades entre las poblaciones”.  

Para el caso de las personas que necesitaban atención avanzada, fueron derivadas a clínicas médicas de nivel superior. 

 

Elvis Badaso, un enfermero, durante la consulta con un paciente en el puesto médico de la escuela secundaria Garsen.
Un enfermero de MSF, durante la consulta con un paciente tras las graves inundaciones en Kenia. © Zainab Mohammed/MSF

 

Prevención y tratamiento de enfermedades

“Hemos huido de nuestras casas dos veces en cuatro meses. Lo perdimos todo, incluidos nuestros medios de subsistencia. Esto ha hundido a la gente de los campos en la angustia mental”, explica Galana Ijema, una de las líderes del campamento.

Con hospitales a cuatro kilómetros de distancia, tener las clínicas dentro del campo ha hecho que la atención médica sea accesible para nosotros. También recibí tratamiento cuando tuve malaria. 

Para mejorar el seguimiento, la prevención y el manejo de enfermedades de posibles brotes como el cólera, el sarampión y la malaria, desde MSF capacitamos a 15 integrantes del personal del departamento de salud y a 5 miembros del personal general de MSF. También donamos un mes de suministros médicos al subcondado de Garsen para permitir la realización de servicios médicos. Además, entregamos la unidad de tratamiento del cólera.  

Actualmente, las condiciones de salud han mejorado y algunas de las personas desplazadas han regresado a sus hogares.  Es por eso que desde MSF concluimos nuestra respuesta de emergencia en Garsen el 3 de agosto. No obstante, es necesario realizar esfuerzos estructurales en el futuro para garantizar el acceso continuo al agua potable. Esto con el fin de evitar consecuencias perjudiciales para los habitantes de la región en tales situaciones. 

 

 

Desde el inicio de nuestra intervención en el condado del río Tana en respuesta a las consecuencias de las inundaciones, realizamos 7,155 consultas médicas a personas desplazadas interna y externamente, incluidos 1,623 niños y niñas menores de 5 años. Además, nuestros equipos médicos logran brindar consultas de salud sexual y reproductiva a 390 mujeres embarazadas y madres. Las y los trabajadores de la salud trataron a personas que padecían infecciones de las vías respiratorias superiores e inferiores, gastritis, pacientes que presentaban síntomas de diarrea, entre otras. Además, MSF asistimos a personas con enfermedades crónicas que necesitaban tratamientos regulares, principalmente hipertensión, asma y diabetes, y realizamos 1,309 consultas de salud mental. 

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