Arizona: nos unimos a las organizaciones locales que ayudan a las personas migrantes en el desierto

© Humane Borders

Un pequeño equipo lleva dos semanas trabajando junto a otros grupos sin ánimo de lucro para evaluar las necesidades médicas de esta población. 

Estamos colaborando temporalmente con organizaciones sin ánimo de lucro de Tucson para conocer mejor las necesidades humanitarias de las personas migrantes y solicitantes de asilo que cruzan la frontera entre México y Estados Unidos por el desierto de Sonora. 

Cada año, miles de personas migrantes y solicitantes de asilo toman esta ruta, cruzando a pie la frontera sur de Estados Unidos hacia los condados de Pima y Santa Cruz, en Arizona, a través del desierto de Sonora. Se trata de una ruta traicionera a través de una región remota sin refugio ni servicios básicos, y a varias horas del hospital más cercano.  

Las personas atraviesan un terreno muy accidentado en el que las condiciones meteorológicas pueden ser extremas: temperaturas nocturnas gélidas en invierno y calor abrasador y lluvia en los meses de verano. Las intensas condiciones las exponen a un alto riesgo de muerte por diversos factores, como congelación, calor, deshidratación, esfuerzo físico y exposición. 

En el verano de 2023, en el sur de Arizona se produjo un aumento espectacular del número de personas solicitantes de asilo que cruzaban varias zonas a través del muro fronterizo o cerca de él. A menudo, los guías dejan a estas personas en distintos puntos cercanos al muro fronterizo en el desierto de Sonora y les dicen que allí pueden entregarse a la Patrulla Fronteriza para solicitar protección en Estados Unidos, pero esto no es cierto. De hecho, deben caminar durante horas por terrenos extremos para llegar a la estación de la Patrulla Fronteriza más cercana, o esperar durante horas, hasta que puedan ser recogidos por la Patrulla Fronteriza. 

© Border Diaries

 

“En los últimos meses, seguimos viendo llegar personas solicitantes de asilo a zonas remotas y acogemos con satisfacción el apoyo y la concientización que Médicos Sin Fronteras (MSF) está aportando a esta situación extremadamente preocupante”, declaró Laurie Cantillo, Presidenta del Consejo de Humane Borders, una organización sin ánimo de lucro del sur de Arizona que proporciona estaciones de agua y ayuda humanitaria en el desierto de Sonora. “Esto es más que una cuestión política, es una cuestión humanitaria y médica. Queremos hacer brillar una luz y aliviar este sufrimiento humano”. 

El pasado fin de semana, nuestro equipo se encontraba en Sasabe, Arizona, a más de 18 millas (unos 30 kilómetros) del punto de entrada oficial más cercano, cuando llegaron unas 240 personas solicitantes de asilo. Habían caminado durante varias horas desde la zona de entrega en el muro fronterizo. La Patrulla Fronteriza sólo pudo recoger a unas 48 personas. El resto del grupo tuvo que esperar a que los recogieran varias horas más tarde o dirigirse a pie a un centro de procesamiento del Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos. El grupo que vio nuestro equipo incluía familias y menores no acompañados. 

“Esperamos que pronto llueva y las temperaturas veraniegas sean mucho más cálidas”, dijo Belén Ramírez, coordinadora de nuestro equipo en Arizona. “Pienso en el niño de dos años que vimos el fin de semana pasado y en lo rápido que se deshidratan los niños con el calor. Sin un procesamiento más rápido y una mayor capacidad para transportar a estas personas, la situación aquí será desastrosa”.

El público tiene prohibido transportar migrantes a los puestos de la Patrulla Fronteriza. Incluso el establecimiento de servicios básicos como estaciones de agua y letrinas requiere el permiso de los propietarios de las tierras. 

Nuestro pequeño equipo, formado por una coordinadora de proyecto, un médico y un trabajador social, lleva dos semanas trabajando junto a Humane Borders y otros grupos sin ánimo de lucro para evaluar las necesidades médicas de la región y sugerir formas de crear capacidad para aumentar los servicios y la colaboración. Esperamos concluir esta evaluación a principios de mayo. 

“Los grupos locales están haciendo un trabajo increíble para ayudar a la gente que se desplaza”, dijo Ramírez. “Estamos aquí para apoyarles y dar más urgencia a su mensaje: este es un problema humanitario que exige más recursos”. 

Humane Borders necesita ayuda económica y más voluntarios, sobre todo en los meses de verano, cuando el personal es escaso. El grupo, que ubica sus estaciones de agua en terrenos públicos y privados con permiso de los propietarios, también necesita un proceso más rápido para conseguir estos permisos, ya que se prevé que las necesidades aumenten. 

“No podemos dejar a seres humanos ahí fuera sin necesidades básicas como agua y cobijo del calor abrasador”, afirma Cantillo. “Sin ayuda adicional, nos preocupa que cuando llegue el calor del verano nos enfrentemos a un número de muertes sin precedentes”. 

 

Sobre nuestro trabajo con personas migrantes en las Américas 

Durante más de una década, hemos brindado atención médica y apoyo psicosocial a personas en movimiento a lo largo de las rutas migratorias que atraviesan América Central hacia Estados Unidos. Llevamos tiempo documentando los retos a los que se enfrentan los migrantes en estas rutas, incluidas las nuevas políticas estadounidenses que crean barreras al derecho a solicitar asilo. 

A partir de 2023, la mayoría de las personas que intenten solicitar asilo en la frontera sur de Estados Unidos deberán solicitar una cita para una audiencia de asilo utilizando una aplicación móvil conocida como CBP One. La idea de esta aplicación es evitar el cruce irregular de fronteras y los flujos migratorios masivos en la frontera y los puntos de entrada. Sin embargo, los solicitantes de asilo han denunciado multitud de problemas y retrasos con la aplicación. Muchos de ellos permanecen varados en peligrosas ciudades fronterizas de México a la espera de una cita durante semanas e incluso meses. 

© Humane Borders

 

“Hablamos con personas que habían intentado pedir asilo utilizando la aplicación, pero algunas llevan meses esperando en México, y es demasiado peligroso”, dijo Ramírez. “Cuanto más tiempo te quedas, más vulnerable eres a la violencia en estas ciudades”. 

Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la frontera entre México y Estados Unidos es el paso terrestre más mortífero del mundo, y casi la mitad de las muertes de migrantes se producen en los desiertos de Sonora y Chihuahua. El sector de Tucson es actualmente el corredor fronterizo más transitado del país. Las estadísticas de la Patrulla Fronteriza y de Aduanas de Estados Unidos reflejan un aumento del 133,9% en los encuentros con migrantes en el sector de Tucson desde el año fiscal pasado, que abarcó del 1 de octubre de 2022 al 30 de septiembre de 2023. 

“Las políticas para disuadir la migración solo obligan a las personas a tomar rutas más peligrosas, y ese es ciertamente el caso de quienes que llegan al desierto de Arizona”, dijo Ramírez. “El presidente Biden prometió un sistema de asilo más humano. Este debe incluir recursos para garantizar la seguridad y la supervivencia de los solicitantes de asilo que llegan a la frontera sur de Estados Unidos”. 

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