Aumenta el número de migrantes que llegan a Honduras con diversas necesidades médicas

Personas migrantes en Danlí, Honduras
Personas migrantes en Danlí, Honduras. © MSF

La situación migratoria en la frontera de Honduras con Nicaragua se ha agravado en las últimas semanas. Las clínicas móviles de Médicos Sin Fronteras (MSF) continúan trasladándose a diferentes puntos de la zona para brindar asistencia médica y humanitaria a la población en movimiento. 

Desde principios de marzo una nueva ola migratoria atraviesa las fronteras del oriente de Honduras. Hasta la fecha, según las cifras del Instituto Nacional de Migración (INM) de Honduras, entre enero y marzo, más de 30,000 personas han ingresado al país de manera irregular entre los municipios de Trojes y Danlí, puntos fronterizos con Nicaragua. Ante esta situación, las clínicas móviles de MSF continúan trasladándose a estas zonas para brindar asistencia médica y humanitaria a la población en movimiento. 

Actualmente, el equipo que está instalado a un costado de las instalaciones del INM en Danlí ofrece atención médica, de salud mental, soporte social y promoción de salud a las personas que deben parar en este lugar para obtener el permiso para continuar su camino hacia el norte del continente. Muchas de las personas que pasan por este punto señalan los riesgos que enfrentan al cruzar la selva del Darién, las dificultades crecientes en la ruta por Nicaragua y las situaciones de violencia en Honduras. 

Por otro lado, el equipo que se encuentra en Trojes, además de brindar estos servicios, también trabaja con las mujeres migrantes sobre salud menstrual. Estas actividades, trabajadas por el equipo de promoción de la salud, sensibilizan sobre la menstruación y los cambios que pueden experimentar en la ruta. A su vez, están entregando kits que contienen diferentes productos para gestionar la menstruación. 

“Me lastimé la rodilla porque me tocó caminar más de cuatro horas en Nicaragua. Oficiales de migración me regresaron a Costa Rica y tuvimos que buscar otra ruta alterna. Nos tocó pagar a alguien para que nos llevara entre las montañas y la selva, esto fue peor que en el Darién porque era de madrugada”, dijo Andrith, un venezolano que entró a consulta médica para recibir tratamiento para el dolor de sus rodillas. 

Por otro lado, Ricardo, también de origen venezolano, comentó antes de entrar a consulta con el médico de MSF: “Estoy con mucho dolor de estómago, he tenido diarrea y fiebre en los últimos días. En la selva del Darién no teníamos acceso a agua potable, nos vimos obligados a tomar agua del río y esto no es bueno. Desde pequeño he padecido de muchas alergias y ahora en la ruta se me desataron varias, también busco un tratamiento para poder controlarlas”. 

Médicos Sin Fronteras en Honduras atiende a personas migrantes.
El equipo de Médicos Sin Fronteras en Honduras atendiendo a personas migrantes en Honduras. © MSF

 

Así como ellos, entre 80 y 160 personas son atendidas cada día en la clínica de MSF para tratarse diferentes situaciones de salud que les afectan durante la ruta. En el 2022, los equipos brindaron más de 17,000 consultas médicas en dos puntos fronterizos del país: Danlí y Trojes. De estas personas, un gran porcentaje son menores de 4 años (2,087) y mujeres embarazadas (337). 

“En la consulta atendemos enfermedades digestivas, cuadros febriles, afectaciones en la piel. Hemos tenido que referir decenas de casos a los hospitales. También hemos asistido a menores de edad que presentan deshidratación y diarrea con sangre. En ocasiones hemos tenido que estabilizarles en el momento. También son comunes las enfermedades respiratorias, por los cambios bruscos de ambiente a los que se exponen estas personas”, señala Lesly Gavarrete, enfermera del equipo de MSF. 

A lo largo de 2022, los equipos de MSF abordaron a más de 20,000 personas mediante diferentes actividades de sensibilización y socialización de herramientas adecuadas para el autocuidado. Cada día, los equipos escuchan testimonios de personas que han experimentado situaciones que impactan negativamente en su salud mental y emocional. 

“Tengo un fuerte dolor en mi cadera, en mis piernas y no puedo caminar bien. Me enteré de que mi hermano tuvo un accidente en Nicaragua y llevo dos días sin saber de él. Realmente no sé qué hacer y esto me genera mucha impotencia, mucho estrés porque no puedo hacer nada por él”, relató un hombre de origen pakistaní que, tras salir de consulta médica, pidió el acompañamiento de la psicóloga de MSF. 

La situación se agrava cada día cuando las personas deben acudir a otras instancias migratorias diferentes al INM para tramitar el permiso especial de tránsito. Desde tempranas horas se represan en largas filas en las que deben esperar varias horas antes de recibir atención médica y acompañamiento en salud mental.  

“Es importante que se le dé prioridad a la atención médica antes que a los trámites administrativos. Durante el fin de semana atendimos más de 300 casos. Referimos seis a un centro hospitalario cercano porque se encontraban en una situación crítica. Se debe crear un circuito que facilite a estas personas el acceso a la salud, pues muchas de ellas lo necesitan con urgencia, en especial menores de edad y mujeres embarazadas. También se les debe de dar un espacio para acompañar en salud mental”, remarca Gavarrete. 

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