Aumentan la malaria y la desnutrición entre los sursudaneses retornados a Renk, Sudán del Sur

Es necesaria una mayor respuesta humanitaria.

MSF responde al aumento de la malaria y la desnutrición entre los sursudaneses retornados a Renk
Una madre y sus hijos bajo su refugio temporal Nnyikang Both, madre de 7 hijos, está sentada bajo su refugio temporal, hecho con sábanas y piezas de ropa en el Centro de Tránsito de Renk, en el estado del Alto Nilo.

Desde Médicos Sin Fronteras (MSF) pedimos urgentemente que se mejore la respuesta médica y humanitaria para las personas que huyen del conflicto en Sudán y llegan a Sudán del Sur a través de Renk, una ciudad situada en el estado más septentrional del Alto Nilo.

Desde que estallaron los enfrentamientos en Sudán, alrededor de 290,000 personas han entrado en Sudán del Sur. El 80 por ciento de ellas han entrado a través de la frontera de Joda, en el estado del Alto Nilo. Aunque lo ideal sería que los centros de tránsito formales e informales de Renk sean una escala temporal para que las personas se trasladen al interior del país, los retornados pueden pasar allí semanas o incluso meses. Esta estancia suele ser agotadora y dolorosa, ya que las personas se enfrentan un acceso limitado a alimentos, alojamiento, agua, saneamiento y atención médica.

Desde MSF apoyamos al hospital civil de Renk. Estamos en la sala de aislamiento contra el sarampión, en un centro de alimentación terapéutica para pacientes hospitalizados y una sala de pediatría. Ante la afluencia de pacientes, nuestros equipos ampliaron la capacidad de las salas de 22 a 45 camas. Desde julio, hemos admitido a 232 pacientes por desnutrición y tratado 282 casos de sarampión que requirieron atención hospitalaria.

MSF responde al aumento de la malaria y la desnutrición entre los sursudaneses retornados a Renk
Marta Kalibe, de 36 años, es madre de dos niños ingresados en el centro de alimentación terapéutica del Hospital Civil de Renk, en el estado del Alto Nilo. © Evani Debone/MSF

 

“La ayuda es lamentablemente insuficiente en Renk, en comparación con las necesidades que aumentan cada día. Hacemos un llamado a los grupos médicos y humanitarios para que hagan más y fortalezcan las actividades médicas y humanitarias en los puntos de entrada y en los centros de tránsito. Los servicios básicos de atención médica deben estar disponibles en todo momento en la frontera para quienes lleguen con afecciones médicas”, asevera Jocelyn Yapi, jefa de misión de MSF en Sudán del Sur.

“También debería estar disponible un programa de vacunación rutinaria las 24 horas del día, los 7 días de la semana en la frontera, dada la baja cobertura de vacunación actual en Sudán y el actual brote de sarampión en ambos países”, concluye.

 

Un suministro limitado de alimentos y condiciones de vida deplorables

Muchas personas, especialmente niños y niñas, están llegando a la frontera en condiciones de salud alarmantes, padeciendo enfermedades mortales como el sarampión o desnutrición que requieren atención médica inmediata. En medio de la temporada de lluvias, las instalaciones médicas que MSF tenemos en la zona, están registrando una tasa de positividad del 70 por ciento de malaria. Es la enfermedad más mortal en Sudán del Sur. 

“En particular, los niños y niñas con desnutrición deben recibir apoyo nutricional urgente en la frontera y ser trasladados inmediatamente a centros médicos”, afirma Yapi. “En la frontera, se deben proporcionar artículos de primera necesidad como mosquiteros, cobertura de plástico y otros artículos no alimentarios esenciales para que nadie quede desatendido”.

Aunque las personas allí reciben una distribución única en efectivo de 12 dólares estadounidenses (USD) por persona, considerando los altos precios, esta asistencia apenas es suficiente para permitirse una comida al día durante una semana. Para referencia, una comida cotidiana se vende en promedio por dos dólares en Renk. Las personas permanecen semanas y, a veces, meses sin recibir más ayuda en efectivo. Adicionalmente, las organizaciones humanitarias o las autoridades de la zona no hacen distribuciones regulares de alimentos.

MSF responde al aumento de la malaria y la desnutrición entre los sursudaneses retornados a Renk
Mary Magok, de 62 años, sale de la clínica móvil de MSF tras recibir una consulta médica por malaria en el centro de tránsito Zero de Renk, en el estado del Alto Nilo. © Evani Debone/MSF

 

“Estoy vendiendo mi ropa por 2,000 libras sursudanesas (2 dólares) cada una para comprar comida. Vendí seis y me quedé con las dos restantes para usarlas”, dice Marta Manher, madre de seis hijos, que vive en Zero. Es uno de los asentamientos no oficiales para las personas que regresaron a Renk. 

La escasez de alimentos y las deplorables condiciones de vida están afectando el estado de salud de las personas. En dos de las clínicas móviles que gestionamos en Zero y Abukadra, nuestros equipos están registrando 300 consultas médicas al día y siete de cada 10 son pacientes de malaria.

La mayoría de la población vive al aire libre o en refugios temporales hechos de ropa. En esta zona, hay agua de lluvia estancada que supone un lugar ideal para la cría de mosquitos, y las personas no tienen mosquiteros ni otros medios de protección a su disposición.

 

Se necesita una respuesta humanitaria urgente

En el hospital civil de Renk, donde apoyamos la sala de aislamiento contra el sarampión, el 90 por ciento de los pacientes son repatriados y no están vacunados. Además, algunos pacientes gravemente enfermos están siendo trasladados sin atención médica a Malakal: es un viaje de 48 a 72 horas en barcos sin atención médica, agua ni comida.

Se han registrado muertes en barcos y nuestros equipos en MSF están recibiendo pacientes gravemente enfermos en el centro de tránsito de Bulukat, lo que ha provocado una mayor tasa de mortalidad en las instalaciones de Malakal.

“La comunidad de personas repatriadas se encuentra en una situación demasiado vulnerable. No sólo no tienen suficiente comida ni agua potable, sino que no tienen refugio porque utilizan trozos de tela para protegerse del sol y la lluvia. Cuando tratamos a niños y niñas con desnutrición en el hospital, vemos que muchas madres también tienen desnutrición”, explica Abraham Anhieny, médico de MSF en Renk.

MSF responde al aumento de la malaria y la desnutrición entre los sursudaneses retornados a Renk
Repatriados sudaneses se reúnen para recoger agua en un punto de suministro del centro de tránsito de Renk, en el estado del Alto Nilo. © Evani Debone/MSF

 

Años de conflicto ya han provocado una de las mayores crisis humanitarias del mundo en Sudán del Sur. Como el país ya sufre brotes regulares de enfermedades, inundaciones, desplazamientos y altas tasas de desnutrición, la llegada de personas repatriadas es otra carga, y la respuesta actual es incapaz de absorber necesidades adicionales.

El país requiere más atención y apoyo para hacer frente a la actual crisis humanitaria y otra emergencia causada por el conflicto en Sudán.

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