Aumentan los casos de sarampión entre niños y niñas en Afganistán

En los primeros cuatro meses de 2024, registramos un aumento de los casos de sarampión en los centros que gestionamos o apoyamos en tres provincias de Afganistán, afectando a muchos bebés, niñas y niños pequeños.

Médicos Sin Fronteras responde al brote de sarampión en Afganistán
Una enfermera de MSF, revisa los signos vitales de Ali Ramin, de 10 meses, en la sala de aislamiento de sarampión del Hospital Regional de Mazar-i-Sharif. © Tasal Khogyani/MSF

Todos los años se registran casos de sarampión en Afganistán, pero el repunte de este año en las provincias de Balkh, Herat y Helmand es preocupante.

Bilal, de 10 meses, yace en la cama del hospital regional de Mazar i Sharif, en la provincia afgana de Balkh, donde recibe tratamiento contra el sarampión y la neumonía, bajo la vigilancia de su madre, Zakia.

Cuando Bilal enfermó de fiebre, Zakia lo llevó a una clínica privada tras otra, pero su estado empeoró. “Al principio tenía mucha fiebre y, a pesar de llevarlo a dos centros médicos privados, no sabían qué era exactamente lo que le estaba enfermando”, cuenta Zakia. “Al principio sospecharon que tenía neumonía y le dieron algunos medicamentos, pero no mostró ninguna mejoría“.

Cuando viajó al hospital regional de Mazar i Sharif, en la capital provincial, le diagnosticaron sarampión y lo ingresaron primero en la unidad de aislamiento de sarampión, que apoyamos, y después en la unidad de cuidados intensivos, cuando su estado empeoró aún más. Tres días después, mostró signos de mejoría.

“Hoy ha dormido bien por primera vez desde que enfermó”, dice Zakia.

En la foto, un médico de MSF con ropa protectora, se inclina para estar al nivel de la cama de su paciente, una pequeña con sarampión recostada en la coma, cubierta por una manta y con una sonda nasal. Al lado de la pequeña, está su madre.
Un médico de MSF revisa a Zainat, que fue internada en la sala de aislamiento de sarampión del Hospital Regional de Mazar-i-Sharif. © Tasal Khogyani/MSF

 

Otra madre, Zahra, de 21 años, no perdía de vista a su hijo de 10 meses, Ali Ramin, en la parte trasera de una ambulancia mientras viajaba desde el distrito de Bala Dara i Suf, en la provincia de Samangan, hasta el hospital regional de Mazar i Sharif. “Recibió tratamiento en el hospital local durante varios días, pero su estado empeoró y nos trajeron aquí de urgencia”, explica Zahra. El estado de Ali Ramin también está mejorando.

En el primer cuatrimestre de 2024, Médicos Sin Fronteras (MSF) registramos un aumento de los casos de sarampión en los centros que gestionamos o apoyamos en tres provincias de Afganistán, afectando a muchos bebés, niñas y niños pequeños. Todos los años se registran casos de sarampión en Afganistán, pero el repunte de este año en las provincias de Balkh, Herat y Helmand fue preocupante.

Entre enero y abril, nuestros equipos trataron a cerca de 5,000 niños y niñas con sospecha de sarampión:  2,700 en el Hospital Regional de Mazar i Sharif, 836 en el Hospital Regional de Herat, en la provincia de Herat, y 1,406 en el Hospital Provincial de Boost, en la provincia de Helmand. Cuatro de cada cinco ingresados en Herat eran menores de un año.

En Herat, MSF duplicamos el número de camas de su unidad de aislamiento de 31 a 61, mientras que la unidad de aislamiento de sarampión de Mazar i Sharif funcionó a más del 200% de su capacidad entre enero y marzo, obligando a los niños y niñas a compartir camas en ocasiones.

Bilal y Ali Ramin son algunos de los afortunados. Aunque es una enfermedad infantil común, el sarampión puede ser mortal cuando se complica con otras afecciones como la desnutrición o las malformaciones congénitas. En nuestra unidad de aislamiento de sarampión en el hospital regional de Herat, entre siete y ocho de cada 100 niños y niñas ingresados con sospecha de sarampión en los tres primeros meses de este año murieron.

En una cama de hospital, con una ventana y un tanque de oxígeno, está sentada, una madre con hijab tiene a su pequeño en las piernas. El pequeño tiene una sonda en la nariz.
Mahboba y su hijo dentro de la UCI para pacientes con sarampión en el Hospital Regional de Mazar-i-Sharif, apoyado por MSF. © Tasal Khogyani/MSF

 

Los bebés son especialmente vulnerables a la enfermedad, ya que en Afganistán los niños y niñas no reciben su primera dosis de vacuna contra el sarampión hasta los 9 meses. Creyendo que aún era demasiado pequeño, Zakia todavía no había llevado a Bilal a vacunar cuando cayó enfermo.

Desde mediados de abril, el número de niñas y niños ingresados con sospecha de sarampión en centros que gestionamos o apoyamos ha empezado a descender y los equipos esperan que este pico haya pasado. Pero para reducir futuros picos y las muertes registradas entre los lactantes más pequeños, en MSF recomendamos que la primera dosis de vacuna contra el sarampión se administre a los 6 meses, y que se haga un esfuerzo sostenido para vacunar contra la enfermedad a todas las niñas y niños de Afganistán.

“Nuestra principal prioridad es tratar a las y los pacientes enfermos, pero esto no es suficiente”, afirma el Dr. Piex Uwiragiye,  coordinador médico de MSF. “La mejor forma de combatir el sarampión es la prevención mediante la vacunación. Ya estamos vacunando a todos los niños y niñas que cumplen los requisitos y que acuden a nosotros. Pero hay que hacer más para evitar una mayor propagación de la enfermedad. Recomendamos que la edad de vacunación reactiva en Afganistán se amplíe para cubrir a los niños a partir de los 6 meses, quienes actualmente quedan fuera, a pesar de estar desproporcionadamente afectados”, concluye.

Médicos Sin Fronteras responde al brote de sarampión en Afganistán
La entrada a la sala de aislamiento de sarampión en el Hospital Regional de Mazar-i-Sharif, con el apoyo de MSF. © Tasal Khogyani/MSF

 

Nuestra respuesta al sarampión en Afganistán

Actualmente, apoyamos al Ministerio de Salud Pública tratando a pacientes con sospecha de sarampión en tres lugares: en el hospital regional de Mazar i Sharif, en la provincia de Balkh, apoyamos en la gestión de una unidad de aislamiento de 36 camas, dona material médico y proporciona apoyo financiero al personal sanitario local.

En el hospital regional de Herat, en la provincia de Herat, en Médicos Sin Fronteras gestionamos una unidad de aislamiento de 61 camas. En el hospital provincial de Boost, en Lashkar Gah, provincia de Helmand, apoyamos la unidad de aislamiento y trata a pacientes con sarampión.

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