Ayudamos a niños y adultos a lidiar con el trauma de la guerra en Líbano

En Beirut, Médicos Sin Fronteras trabaja para ayudar a las personas afectadas por la guerra en Líbano.
Una integrante de MSF organiza actividades para las niñas y niños afectados por la guerra en el refugio Azareh. Beirut, Líbano. 11 de octubre de 2024 © Antoni Lallican

Las personas de todas las edades en Líbano se enfrentan a los traumas psicológicos derivados de la guerra con Israel y los desplazamientos.

“Mi hija solo tiene 14 años, pero con todas las dificultades que hemos tenido que afrontar, está reaccionando como una adulta a los bombardeos”, dice Ezdihar, una madre desplazada en Líbano. “Ha tenido que madurar rápidamente”.

El 28 de septiembre, Ezdihar cenaba con su familia cuando recibieron la alerta de un ataque inminente de las fuerzas israelíes. Su marido tuvo que ir a cuidar de su madre y Ezdihar abandonó su casa, en los suburbios del sur de Beirut, con sus hijos. Junto a unos vecinos, buscó refugio en el centro de Beirut.

Tras pasar una noche en la calle, se trasladaron al refugio Azarieh, un edificio comercial reconvertido que ahora alberga a unas 3,500 personas desplazadas. En la actualidad, Ezdihar y su familia forman parte de los 1,2 millones de personas desplazadas por la guerra entre Hezbolá e Israel, según las autoridades libanesas.

Desde Médicos Sin Fronteras (MSF) atendemos las necesidades médicas y de salud mental de las personas que viven en refugios colectivos como el Azarieh, incluidos niños como la hija de Ezdihar. Ella forma parte de una generación que se encuentra en un contexto de miedo e incertidumbre, en el que los niños y niñas son las más afectadas.

 

El impacto psicológico de la guerra y el desplazamiento en Líbano

En menos de un mes desde que escaló la guerra, más de 2,300 personas han muerto en el Líbano, la mayoría de estas muertes se produjeron en las últimas tres semanas. Más de 11,100 personas han resultado heridas, según las autoridades sanitarias.

La violencia y la destrucción que las personas están presenciando pueden tener consecuencias duraderas en el bienestar psicológico y emocional, especialmente en el de los niños.

Al igual que la hija de Ezdihar, innumerables niños y niñas en todo el Líbano han tenido que crecer rápidamente bajo las duras realidades de la guerra. Se enfrentan al desarraigo de sus hogares, la interrupción de su escolarización, la separación de sus amistades y la pérdida del acceso a necesidades básicas como la comida y la vivienda.

“Muchos padres observan problemas de conducta en sus hijos (ira, agresividad y otros comportamientos preocupantes). Esto aumenta la preocupación por su bienestar”, afirma Amani Al Mashaqba, responsable de actividades de salud mental de MSF en la gobernación de Bekaa.

Sin embargo, las niñas y niños no son los únicos que necesitan apoyo en materia de salud mental. Muchos de los pacientes de MSF afirman sentirse abrumados y traumatizados por la amenaza constante de violencia y expresan una profunda preocupación por su futuro en un entorno inestable.

El dolor por la pérdida de familiares y la separación debido al desplazamiento agravan aún más su angustia. A otras personas les preocupa cómo manejar sus enfermedades crónicas o la posibilidad de perder un año escolar. Estas experiencias han tenido un impacto significativo en la salud mental de la gente.

“La población está expresando una fuerte necesidad de servicios de salud mental, en particular debido a traumas vividos”, agregó Al Mashaqba. “Está afectando su vida diaria, causándoles desde trastornos del sueño hasta pérdida de apetito”.

Los equipos de MSF están respondiendo brindando atención médica general y mental a las personas desplazadas. También brindan primeros auxilios psicológicos y psicoeducación a través de nuestras unidades médicas móviles en todo el país. Sin embargo, lograr que las personas reconozcan sus luchas y expresen su vulnerabilidad no siempre es fácil.

Muchos creen que deben ser resilientes ante las dificultades, como han observado nuestros equipos de salud mental. Convencerles de que está bien experimentar emociones ha sido un desafío en ocasiones. En particular para los niños pequeños a quienes se les suele enseñar a reprimir sus sentimientos.

Para ampliar aún más este apoyo, MSF también lanzamos una línea de ayuda a través de la cual las personas pueden recibir asistencia remota de la mano de personal de psicología clínica que les ayudan a controlar los síntomas relacionados con el trauma, como la ansiedad y el duelo.

 

Una línea de ayuda para sanar las heridas de la guerra

La línea de ayuda que ofrecemos nos permite llegar a las personas que no pueden acceder a nuestros servicios en persona. Esto es particular en el sur del Líbano, donde los intensos bombardeos y las restricciones de movilidad dificultan los desplazamientos. Esta accesibilidad es crucial durante un período tan volátil, ya que muchas personas se desplazan y se enfrentan a barreras para acceder a la atención, como el alto costo del transporte y el estigma cultural que rodea a la salud mental.

Muchas de las personas que llaman a la línea de ayuda son padres y madres que tienen dificultades para ayudar a sus hijos a sobrellevar la guerra, a menudo mientras notan cambios en el comportamiento de sus hijos e hijas.

Los padres y madres tienen dificultades para explicar a sus hijos e hijas los aterradores sonidos de las bombas y los disparos. A veces deben recurrir a explicaciones engañosas para intentar tranquilizarles.

Por ejemplo, los disparos pueden describirse como “disparos alegres”, como los disparos que se hacen en las celebraciones durante las bodas. Los psicólogos de nuestra línea de ayuda proporcionan a estos padres y madres estrategias para comunicarse con honestidad y crear espacios seguros para que sus hijos expresen sus sentimientos.

“Debemos ser realistas sobre la situación, pero también debemos normalizar sus sentimientos”, explicó Al Mashaqba. “Es importante que los padres escuchen a sus hijos y comprendan cómo los afectan los sonidos. Pueden animar a los niños a compartir sus sentimientos a través de dibujos o hablando”.

Ante la creciente demanda, la línea de ayuda ha visto un aumento drástico de llamadas. De cinco llamadas al día al principio, a nada menos que 80 en una sola tarde. En total, la línea de ayuda ha recibido casi 300 llamadas sobre salud mental, la mayoría de ellas en las últimas dos semanas.

Además, nuestros equipos móviles han facilitado sesiones grupales de primeros auxilios psicológicos para casi 5,000 personas hasta el 21 de octubre. Más de 450 personas se han beneficiado de sesiones individuales de salud mental.

Nuestros equipos también brindan primeros auxilios psicológicos, que incluyen la escucha activa y técnicas para aliviar el estrés. Esta práctica permite a los pacientes expresar sus sentimientos y preocupaciones. Además de la atención médica y mental crítica, nuestros equipos también están distribuyendo artículos de primera necesidad como colchonetas y kits de higiene a las personas desplazadas.

Líbano está en crisis

La actual guerra en Líbano se produce tras una prolongada crisis económica que ha dejado a más del 80 por ciento de la población libanesa viviendo por debajo del umbral de pobreza y con una necesidad urgente de ayuda. El sector médico se ha enfrentado a graves desafíos, con el deterioro de los servicios públicos y con la atención médica privada que cada vez más inasequible.

“Uno de mis psicólogos me contó que cuando una mujer se enteró de que nuestros servicios son gratuitos, empezó a llorar”, señaló Al Mashaqba. “Las personas a menudo no están acostumbradas a tener acceso a este tipo de recursos sin una carga financiera”.

Además, Líbano alberga a un número significativo de personas refugiadas. Hay 1,5 millones de personas de Siria y más de 200,000 de Palestina, y muchas se han enfrentado repetidos desplazamientos. Para estas personas, el miedo a la deportación y la lucha por encontrar seguridad pueden ser abrumadores.

“Algunos me han dicho que preferirían morir antes que experimentar el trauma de ser refugiados nuevamente”, dijo Al Mashaqba.

Desde Médicos Sin Fronteras estamos realizando evaluaciones continuas de las necesidades de las personas desplazadas internamente. A medida que la situación evoluciona, nuestros equipos están trabajando estrechamente con socios y redes hospitalarias para brindar apoyo integral siempre que sea posible.

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