Cada día unas 1.000 mujeres mueren durante el parto o por complicaciones asociadas al embarazo.

Al reflexionar en otro Día Internacional de la Mujer y en el progreso que han logrado las mujeres a escala mundial, es perturbador saber que todavía mueren trágicamente 1000 mujeres, cada día, de parto o de complicaciones relacionadas con el embarazo.Esta estadística sigue siendo abrumadoramente adversa, sobre todo cuando la gran mayoría de estas muertes pueden prevenirse con médicos experimentados, medicamentos y equipo. La mortalidad materna es una crisis continua y una crisis evitable que merece nuestra atención.

Al reflexionar en otro Día Internacional de la Mujer y en el progreso que han logrado las mujeres a escala mundial, es perturbador saber que todavía mueren trágicamente 1000 mujeres, cada día, de parto o de complicaciones relacionadas con el embarazo.Esta estadística sigue siendo abrumadoramente adversa, sobre todo cuando la gran mayoría de estas muertes pueden prevenirse con médicos experimentados, medicamentos y equipo. La mortalidad materna es una crisis continua y una crisis evitable que merece nuestra atención.

Por Kara Blackburn, partera y consejera de salud de la mujer de MSF.
En diciembre del año pasado estuve con Médicos Sin Fronteras (MSF) en Buin, un pueblo al sur de Bougainville en Papúa Nueva Guinea, aislado y con muy escasos servicios debido a un conflicto civil que terminó hace once años.Supimos de una mujer que había fallecido recientemente al dar a luz a gemelos, así que fuimos para hacer una revisión médica de los bebés y encontramos a otra mujer embarazada de gemelos. La trasladamos a nuestro hospital en Buin cuando supimos que ya había tenido un mortinato.

Llegado el momento, ella soportó un parto difícil y prolongado pero dos bebés varones sanos llegaron al mundo de manera segura. Sin embargo, lo que debía haber sido un momento extraordinario se convirtió en una emergencia médica. Existe un riesgo mayor de sangrado después de dar a luz a gemelos, y la joven madre empezó a sangrar, probablemente perdió más de un litro de sangre. Logramos controlar la hemorragia con suero y medicamentos intravenosos, previniendo así que tuviera mayores complicaciones. Pero, sin esta atención médica ella habría perdido mucha más sangre, y tal vez no hubiera sobrevivido.

La realidad en la mayoría de los países en desarrollo, es que el acceso a la atención médica es limitado, y la mayoría de las mujeres no pueden tener la atención de emergencia que necesitan durante el embarazo y al momento del parto. Ese día en Bougainville, se salvó la vida de una mujer pero se perdió la de otra –la diferencia fue que la segunda mujer tuvo soluciones médicas prácticas a su alcance que hicieron la muerte evitable.

El acceso a este tipo de atención médica de calidad para todas las mujeres embarazadas puede parecer un sueño imposible. Como MSF, no es nuestro papel proporcionar una solución global a la crisis de la mortalidad maternal. Es la función de los gobiernos y de las agencias centradas en el desarrollo, ponderar las cuestiones de los derechos de las mujeres, la educación de las niñas y el mejoramiento de los sistemas de salud, que son de suprema importancia en la reducción de la mortalidad materna a largo plazo.

Si bien este tipo de estrategias de desarrollo es crucial, hay mujeres que siguen muriendo hoy en día. Nosotros, como organización humanitaria de emergencias médicas, vemos como nuestro objetivo responder a esta necesidad inmediata.Yo he sigo testigo de primera mano de los inmensos retos que enfrentan las mujeres y he tenido el privilegio de proporcionar atención médica en lugares como Darfur, Madagascar, Sri Lanka y Papúa Nueva Guinea.Ver el impacto directo que tiene este tipo de atención, lamentablemente me lleva a preguntarme cuántas mujeres en el mundo se quedan sin ella.

En países donde trabaja MSF, nuestra expectativa, por lo tanto, tiene que ser relativamente simple: ser capaces de reducir en concreto, el número de muertes que vemos en nuestras clínicas y hospitales, atendiendo las necesidades inmediatas de las mujeres embarazadas en situaciones de crisis.Los enfoques médicos que utilizamos han estado disponibles desde hace mucho tiempo, y es bastante claro, por nuestra experiencia en el campo, que la muerte maternal puede evitarse.

Es un hecho que el 15 por ciento de todas las mujeres embarazadas enfrentan complicaciones potencialmente mortales durante el parto. Ya sea que estén en Sydney, Puerto Príncipe o Mogadiscio. Las mujeres expuestas a conflictos, crisis médicas y desplazamientos son aún más vulnerables — y las complicaciones para aquellas viviendo en zonas de guerra, son probablemente mayores cuando las instituciones de salud colapsan.

Para hacer una diferencia inmediata, el enfoque tiene que estar en las causas principales — hemorragia, infección, aborto peligroso, trastornos hipertensivos y parto obstruido — que representan globalmente más de 80 por ciento de todas las muertes maternales. En nuestras unidades de emergencia obstétrica podemos proporcionar atención médica a estas complicaciones, en una amplia gama de entornos de alto riesgo.

La atención médica y los recursos disponibles son los factores clave durantes estos tiempos de crisis. Una y otra vez, vemos que tener acceso a la atención obstétrica de emergencia hará una diferencia, sin importar donde se encuentren las mujeres embarazadas. Ya sea que estén huyendo del conflicto, sobreviviendo en un campo de refugiados o viviendo bajo una lámina de plástico después de que su casa fuera destruida por un terremoto, todo lo que una mujer embarazada que experimenta complicaciones en el parto necesita, es personal médico experimentado, medicinas y equipo. Esto salvará su vida y la de su bebé como hizo para la mujer que asistimos en Bougainville.

Una mujer no debería enfrentar un futuro incierto sólo porque está embarazada. Hoy, en el Día Internacional de la Mujer, como en cualquier otro día, debemos recordarnos continuamente que cada muerte maternal es una muerte inaceptable, una muerte evitable.

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