Chad: Las tasas de desnutrición en los campos de refugiados sudaneses duplican el umbral de emergencia

Advertimos que es urgente aumentar la ayuda alimentaria de emergencia en el este de Chad.

MSF advierte de la necesidad urgente de llevar a cabo un incremento de la ayuda alimentaria de emergencia en el este de Chad
Los niños y niñas con desnutrición en estado crítico están siendo ingresados en el centro de alimentación terapéutica para pacientes hospitalizados ubicado en el Hospital de Adré. © Jan Bohm/MSF

Alertamos sobre el terrible estado nutricional de las niñas y niños sudaneses refugiados que atendemos en  nuestros programas en el este de Chad.

Esta preocupante situación pone de manifiesto el desamparo en el que están sumidas las familias que han conseguido llegar hasta allí huyendo de la guerra, así como la necesidad imperiosa de llevar a cabo mayores esfuerzos para responder a esta grave crisis, especialmente en materia de ayuda alimentaria de emergencia.

En el campo de Metché, que alberga actualmente a unas 40,000 personas, una evaluación nutricional rápida realizada por nuestros equipos a principios de octubre, mostró que el 7,1% de los niños y niñas menores de dos años sufría desnutrición aguda severa, con una tasa de prevalencia global de desnutrición aguda del 13,6% entre los menores de cinco años.

En un estudio anterior, realizado entre el 7 de agosto y el 4 de septiembre, desde MSF detectamos una tasa global de desnutrición aguda entre los menores de cinco años del 11,3% en el campo de Ourang y del 11,6% en el de Arkoum, y una tasa de desnutrición aguda severa del 4,8% y el 4,6% respectivamente, es decir, el doble del umbral de emergencia establecido por la Organización Mundial de la Salud.

En la práctica, esto significa que los niños y niñas que han sobrevivido a las penalidades, los repetidos ataques y la violencia extrema en que se ha sumido Darfur y que han conseguido llegar a Chad se encuentran en un estado de salud cada vez peor.

MSF advierte de la necesidad urgente de llevar a cabo un incremento de la ayuda alimentaria de emergencia en el este de Chad
Centro de alimentación terapéutica para pacientes hospitalizados ubicado en el Hospital de Adré. © Jan Bohm/MSF

 

Estamos ante una situación grave desde el punto de vista nutricional y por ello es necesario un aumento significativo de la ayuda nutricional y alimentaria“, afirma Mohammadou Gado, coordinador de emergencias en Ouaddaï.

“En particular, hay que dedicar más recursos financieros, humanos y logísticos a la ayuda alimentaria de emergencia para que el Programa Mundial de Alimentos y sus socios puedan seguir organizando distribuciones a gran escala de forma segura y regular, incluso en 2024. También hay que garantizar que estas distribuciones lleguen a las familias más expuestas y se adapten a las necesidades específicas de las personas con desnutrición. Es decir, que se distribuyan productos alimenticios enriquecidos con vitaminas y minerales”, añade Mohammadou Gado.

Nuestros equipos han tratado a unos 14,000 niños y niñas con desnutrición en sus distintos programas ambulatorios en Adré y en los campos para personas refugiadas de los alrededores de la ciudad desde principios de año. Cerca de 3,000 niños y niñas han sido hospitalizados en estado grave en Adré por desnutrición aguda severa y por complicaciones derivadas de ella. El 80% de estos menores fueron hospitalizados entre junio y octubre, coincidiendo con el enorme aumento de llegadas que se produjo durante esos meses.

Muchas de las familias que están en situación de mayor vulnerabilidad y que tienen hijos dentro de los programas nutricionales de MSF no se han beneficiado de las distribuciones que llevan a cabo el Programa Mundial de Alimentos y sus socios, porque, según explican, aún no disponen de una tarjeta de racionamiento que les dé acceso a ellas. Al mismo tiempo, los responsables del Programa Mundial de Alimentos están advirtiendo de que podrían verse obligados a restringir o interrumpir algunas de sus actividades en Chad por falta de fondos suficientes.

Chad se ha convertido en el principal país de acogida de las personas refugiadas sudaneses, con casi medio millón de llegadas desde abril de 2023. Éstas se suman a las cerca de 400,000 que ya estaban presentes allí, muchas de ellas desde hace más de dos décadas. Provienen principalmente de la región de Darfur, donde hay otros 2 millones de personas internamente desplazadas viviendo en condiciones completamente inhumanas y donde la violencia se recrudece cada día más.

Solo en lo que va de mes, con cifras actualizadas a 20 de noviembre, 12,187 personas han cruzado desde Sudán a Chad a través del puesto fronterizo de Adré, según ha podido constatar el equipo de MSF, que les ofrece vacunas y atención médica en este punto.

La inmensa mayoría de los refugiados son mujeres, niños y ancianos que no disponen de medios de subsistencia y que son acogidos en localidades chadianas donde ya existe un alto nivel de inseguridad alimentaria.

En los últimos meses, debido a la inseguridad, los agricultores no han podido cultivar sus campos en Darfur, lo que repercute a su vez en los mercados del este de Chad. Al aumento de la demanda, se suma el descenso en la producción agrícola, lo que ha provocado que los precios de los alimentos se hayan disparado.

El mijo, por ejemplo, cuesta a día de hoy un 38% más de el promedio de los últimos cinco años, según FEWS Net. Por ello, desde MSF se pide que las comunidades chadianas, que comparten su ya muy limitado acceso al agua y a las tierras cultivables, así como a los servicios básicos con los nuevos y antiguos refugiados sudaneses, reciban también apoyo en este periodo especialmente difícil.

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