Cinco razones por las que la desnutrición infantil severa está aumentando en Yemen

La desnutrición es un riesgo persistente para las y los menores en Yemen. El país registra picos estacionales y anuales de la enfermedad, normalmente relacionados con la temporada de escasez causada por la interrupción de la producción agrícola en las zonas rurales.

Este patrón se observaba antes del recrudecimiento de la guerra a finales de 2014, pero ha empeorado debido a los efectos directos e indirectos del conflicto imperante, que han exacerbado la inseguridad alimentaria de personas que ya se encontraban en una situación de vulnerabilidad.

Pero la inseguridad alimentaria no es el único problema. A continuación, explicamos los cinco principales factores que, según los equipos de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Yemen, exacerban la desnutrición:

1. Las personas no pueden acceder a los alimentos 

Muchas familias yemeníes no tienen recursos para comprar una cantidad de alimentos suficiente o para comprar alimentos nutritivos, ya que la creciente crisis económica de Yemen ha hecho que los precios se eleven.

Muchas personas no tienen acceso a un trabajo remunerado o han perdido sus hogares, por destrucción o desplazamiento, a causa de la guerra que lleva ya ocho años activa. El valor del rial yemení, la moneda oficial de Yemen, es cada vez menor, y el aumento de los costos de los alimentos y el transporte (incluyendo el combustible), dificulta aun más el acceso de la población a alimentos suficientes.

“Vinimos varias veces al hospital Abs y estaba mejorando”, dijo Shohra Mohamed, que llevó a su nieto Abdullah, de 4 años, al hospital Abs de Hajjah porque sufría desnutrición y otras complicaciones. “La última vez que le dieron el alta fue hace 20 días. Preferimos venir aquí porque los servicios son gratuitos. El padre de Abdullah no está. Con su madre, intentamos alimentarlo con lo que tenemos, rara vez podemos permitirnos darle leche. No tenemos acceso a los centros de salud cercanos que proporcionen alimentos terapéuticos”.

2. Falta de acceso a los servicios de atención médica primaria

La red sanitaria en todo Yemen sigue colapsando. Los limitados recursos financieros de las autoridades sanitarias, la escasez de suministros y equipos, y la falta de pago o el pago irregular de los salarios del personal médico han provocado el cierre de muchos centros sanitarios públicos.

Junto con el elevado precio del combustible, está limitando considerablemente el acceso de la población a la atención médica urgente. Esto suele hacer que las personas experimenten demoras a la hora de recibir la atención médica que tanto necesitan, provocando complicaciones que podrían haberse evitado si se hubieran tratado antes, como la desnutrición.

Nuestros equipos en la gobernación de Amran trabajan en el hospital Al Salam-Khamer y han observado un aumento constante del número de pacientes con desnutrición aguda severa (DAS) desde finales de mayo.

La tasa de ocupación de camas en este centro intensivo de nutrición terapéutica alcanzó un 396 % en septiembre de 2022. Al mismo tiempo, se produjo un aumento de más del 20 % en el número de consultas de urgencia.

Entre enero y septiembre de 2022, fallecieron 31 pacientes con DAS tras ser ingresados. La mayoría, por desgracia, llegaron demasiado tarde y presentaban complicaciones médicas demasiado graves para ser tratadas.

Muchas de las personas ingresadas con desnutrición aguda severa en el hospital Al Salam, que recibe apoyo de MSF, se habían trasladado desde zonas circundantes donde los centros de atención primaria funcionaban solamente de forma parcial.

También observamos una tendencia similar en la gobernación de Al Hudaydah. Entre enero y octubre de 2022, nuestro equipo en el servicio de urgencias del hospital rural de Ad-Dahi recibió a 1,902 menores con desnutrición que presentaban complicaciones.

3. Pobreza y condiciones de vida inestables

Las malas condiciones de vida, especialmente de las personas desplazadas, también influyen en el aumento de la desnutrición.

El hospital de Abs, en la gobernación de Hajjah, recibe a pacientes de las zonas circundantes de Abs, donde viven muchas personas desplazadas internas sin alojamiento adecuado y con acceso limitado a los alimentos o ingresos.

De enero a septiembre de 2022, el centro intensivo de nutrición terapéutica del Hospital General de Abs, apoyado por MSF, admitió a 2,087 niñas y niños con desnutrición y complicaciones médicas asociadas a ella.

Muchos de estos pacientes procedían de Al Khamis, un subdistrito de la gobernación de Al Hudaydah, al sur de Abs, y varios se presentaron tarde. La mayoría tenían entre 6 y 23 meses de edad.

“La mayoría de las personas desplazadas carecen de ingresos regulares debido a las dificultades para acceder a oportunidades laborales”, explica Saddam Shayea, supervisor de promoción de la salud de MSF en el hospital de Abs. “Otro problema es la falta de acceso al agua potable. Esto aumenta los casos de diarrea, por ejemplo, además de la falta de materiales higiénicos, esenciales para reducir el riesgo o limitar la propagación de algunas enfermedades”, concluye.

4. Falta de sensibilización sobre temas de salud

Hay una gran necesidad de aumentar el acceso a la promoción de la salud para la atención prenatal y la atención posnatal, que están directamente relacionadas con la desnutrición.

La escasa disponibilidad y accesibilidad de este tipo de atención está dando lugar a embarazos con complicaciones, con el consiguiente empeoramiento de los resultados del parto, tanto para las madres como para sus recién nacidos. Por ejemplo, en el Hospital Abs, más de la mitad de las madres del departamento de maternidad sufrían desnutrición en 2022.

En el pasado, MSF hemos observado que es muy bajo el número de mujeres en el área de maternidad que recibía atención prenatal. En 2021, solamente el 10 % de las mujeres que dieron a luz en el hospital habían asistido al menos a una consulta de atención prenatal.

Las consultas prenatales suelen ser una oportunidad para identificar y tratar la desnutrición en las mujeres embarazadas mediante la derivación a los servicios de nutrición adecuados. Esto mejora los resultados del embarazo y reduce los riesgos de desnutrición en recién nacidos, niñas  y niños pequeños.

Además, la comunidad está poco sensibilizada sobre la importancia de la lactancia materna y la vacunación rutinaria de las niñas y niños. Los padres tampoco tienen acceso a la información sobre la identificación de los síntomas iniciales de desnutrición, lo que retrasa su detección y prevención.

5. Brechas en la respuesta humanitaria

Este año, los recortes de financiación han hecho que los centros de atención médica primaria suspendan sus servicios o no dispongan de suficientes suministros de medicamentos.

“Tengo cuatro hijos con desnutrición”, dijo Ahmed Abu Al Ghaith, un padre que llevó al hospital Ad Dahi a su hija de un año, que padecía desnutrición aguda severa. “Los llevé al centro de tratamiento de la desnutrición más cercano de la zona. Pero tuvieron que elegir y priorizar entre mis hijos para darles algo de comida terapéutica, ya que no había suficiente”.

Además de la discontinuidad de algunos programas de salud, las deficiencias en los programas de nutrición y asistencia alimentaria, y los servicios inadecuados de agua, saneamiento e higiene han aumentado los riesgos de desnutrición y complicaciones relacionadas, que son mayores con las enfermedades transmitidas por el agua.

Esto ha llevado las tasas de ocupación hospitalaria a superar el 100% a lo largo de nuestros centro de alimentación terapéutica. Para lidiar con el incremento de casos de desnutrición y reducir la morbilidad y mortalidad entre las personas en situación más vulnerable, nuestros equipos están escalando su capacidad en las salas de alimentación terapéuticas y otros departamentos; incrementando el apoyo a centros de atención médica primaria y aumentando las actividades de promoción de la salud.