Coatzacoalcos, México: Un día me levanté, agarré mis cosas y me vine con 82 dólares en la bolsa

US ASYLUM RESTRICTIONS ARE DEEPENING THE CRISIS ALONG THE MEXICAN BORDER

En la Casa del Migrante y a pie de vía, en Coatzacoalcos, Veracruz, un equipo de MSF asegura asistencia médica y atención en salud mental a cientos de migrantes y refugiados que a diario arriban a esta ciudad conocida como un lugar de paso donde los viajeros suelen tomar un descanso antes de continuar su viaje a bordo de la Bestia.

En la Casa del Migrante y a pie de vía, en Coatzacoalcos, Veracruz, un equipo de MSF asegura asistencia médica y atención en salud mental a cientos de migrantes y refugiados que a diario arriban a esta ciudad conocida como un lugar de paso donde los viajeros suelen tomar un descanso antes de continuar su viaje a bordo de la Bestia.
 
Estos son algunos de los relatos que a diario recogen nuestros equipos 
 

Doris, 48 años, Honduras

 
“Hoy llegué a Coatzacoalcos, me vine en bus. Estoy esperando en el albergue a mi familia que viene en el tren. En Honduras las maras están pesadas, lo amenazan a uno, por eso nos tuvimos que venir. Allá nos pican, nos echan en bolsas negras y nos botan como si fuéramos animales. Golpearon a uno de mis hijos. Él se tuvo que quedar allá porque su esposa está embarazada.
 
En el camino nos vienen extorsionando, como no somos de aquí nos piden dinero para todo, nos quitan lo poco que traemos. Cuando venía para acá me quitaron mi dinero. Me dijeron que en San Luis Potosí puedo encontrar trabajo. Quiero juntar dinero y ver si me puedo ir a Estados Unidos. Me siento cansada y tengo miedo que me deporten.
 
 

Ángel, 27 años, Honduras

 
Ángel viaja con su niño de tres años. "Allá hay mucha delincuencia. A los niños les dan armas. Él es muy listo y las maras se aprovechan de eso. Si ven a niños que les pueden servir, vienen y te los quitan.
 
Llevamos dos semanas caminando desde la frontera. En México ha sido difícil, te quitan el dinero. Ayer agarramos el tren, llovió mucho y pasamos frío, pero tenemos que aguantar. El niño se enfermó, tiene dos días con fiebre, vómito y gripe. Quiero una vida normal para él. Espero poder quedarme en México, conseguir trabajo y después irme a Estados Unidos”.
 
 

Esly, 26 años, Honduras

 
“Gracias a Dios todavía no nos pasado nada. En Honduras hay mucha delincuencia y no nos dejaban en paz. Nos amenazaron y tuvimos que salir. Agarramos el tren con el niño y nos venimos en familia para cuidarnos entre nosotros porque sabemos que es peligroso”.
 
 

José Alberto, 38 años, Honduras

 
Me vine porque estaba amenazado por las pandillas. No hay empleo y está muy pesada la corrupción. Mataron a tres de mis hermanos. Mi hermana está pidiendo asilo con sus hijos. También están amenazados. Tengo una esposa y tres hijos. Se quedaron allá. Cuando me fui, me fui llorando. Mi plan es llegar a Estados Unidos, depende de cómo nos trate el camino. Esta no es la primera vez que lo intento. Hace cuatro años intenté cruzar, pero me secuestraron en el norte de México. Estuve encerrado siete días hasta que logré escapar y pedir ayuda.
 
Me llevaron por unos túneles. Me tenían sin comer, ni beber nada. Pidieron un rescate a mi familia, mi hermano consiguió el dinero, les pagó pero no me soltaron. Tengo miedo ahora que voy para arriba. Me robaron al inicio del viaje. Me gustaría juntar dinero y regresar por mi familia, poner un negocio y que mis hijos sigan estudiando.
 
 

Mayelli, 24 años, Honduras

 
Tenía dos años cuando mataron a mi mamá. Me adoptaron unos parientes, pero abusaban de mí. Me violaron varias veces. Cuando estaba más joven me empecé a juntar con las maras. Así fue como conocí a mi esposo.
 
Tuve a mi hijo con él y empecé un negocio. Soy comerciante, me la he sabido jugar sola con lo poco que he tenido. Con el negocio mantenía mi casa hasta que un día, mi esposo se llevó todo lo que pudo. Lo denuncié, pero él me amenazó. Me quiso matar. Estaba muy deprimida, me quise suicidar. Un día me levanté, agarré mis cosas y me vine con 82 dólares en la bolsa. Quiero conseguir trabajo en Estados Unidos.
 
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