Consecuencias de la militarización en la frontera polaco-bielorrusa

Un soldado vigila la frontera de Polonia con Bielorrusia en el parque Kozie Borki.
Un soldado observa la zona fronteriza con Bielorrusia cerca del parque natural de Kozie Borki. Polonia, enero de 2024. © Jakub Jasiukiewicz /MSF

Tras la aprobación del Senado polaco el pasado 25 de julio de una ley que excluye la responsabilidad penal de los agentes de la policía, la guardia fronteriza y los soldados de las fuerzas armadas que utilicen medidas coercitivas en la frontera entre Polonia y Bielorrusia. Desde Médicos Sin Fronteras (MSF) advertimos de las posibles consecuencias dramáticas de la creciente militarización de la frontera polaco-bielorrusa y de las restricciones de acceso a la zona de seguridad. 

Estas medidas conducirán a un mayor deterioro de la situación humanitaria en la frontera. Agravado por un mayor riesgo de normalización del uso de armas letales y consecuencias potencialmente dramáticas para quienes buscan protección en la frontera.

El 13 de junio, Polonia reintrodujo una zona de exclusión que abarcaba unos 60 kilómetros de la frontera del país con Bielorrusia. Abarcando los lugares clave donde las personas migrantes han cruzado la frontera con mayor intensidad desde 2021. Los medios de comunicación y los trabajadores humanitarios solo pueden acceder a la zona después de obtener un permiso de la guardia fronteriza. La restricción se estableció para durar 90 días.

Hasta el 23 de julio, a pesar de las peticiones oficiales de acceso sin restricciones e independiente a toda la región fronteriza para proporcionar asistencia médica y humanitaria, solo se había permitido a MSF entrar en una pequeña parte de la zona de seguridad durante un período limitado de 30 días. Los trabajadores humanitarios y los voluntarios de otras organizaciones de base, que son parte integral de la asistencia humanitaria en la frontera, no han tenido acceso para brindar asistencia humanitaria y corren un mayor riesgo de ser criminalizados. 

Frontera de Polonia con Bielorrusia.
Un soldado observa la zona de la frontera con Bielorrusia en el parque Kozie Borki. Polonia, Enero 2024.
© Jakub Jasiukiewicz /MSF

 

“La prohibición actúa como una venda en los ojos. No sabemos lo que está sucediendo en la zona densamente boscosa entre Polonia y Bielorrusia. Y no podemos ayudar a las personas que no podemos ver”, afirma Andreas Spaett, responsable de las actividades humanitarias de MSF en Polonia.  

Todas las personas que buscan protección en Polonia deben ser tratadas con humanidad y dignidad. Se debe permitir el acceso a todas las organizaciones humanitarias.

Los recientes acontecimientos, incluyendo la prohibición de entrada a la zona fronteriza, tendrán consecuencias potencialmente mortales para las personas que no puedan obtener la asistencia humanitaria y médica necesaria. Sin el acceso de las organizaciones de la sociedad civil a la zona de amortiguamiento, no se satisfacen las necesidades más acuciantes. 

En los primeros seis meses de 2024, MSF realizamos 99 intervenciones en la zona fronteriza. Bindamos asistencia médica urgente a 142 personas que sufrían agotamiento extremo, infecciones gastrointestinales y lesiones relacionadas con la violencia. Incluyendo cortes profundos, contusiones y presuntas fracturas. 

Esto incluyó la derivación de 32 pacientes al hospital por agotamiento general, hipotermia, deshidratación, heridas/afecciones ortopédicas, empeoramiento de enfermedades crónicas, angustia psicológica y mujeres embarazadas. La mayoría de las personas atendidas por MSF llevan un promedio de 21 días, y algunas hasta 90, en la zona boscosa entre las dos vallas fronterizas, a la que las personas refugiadas se refieren como la “zona de la muerte”, con acceso limitado a alimentos o agua.  

En este duro contexto, los problemas médicos pueden provocar un rápido deterioro de la salud de las personas y pueden poner en peligro su vida si no reciben asistencia y atención médica a tiempo. 

Teniendo en cuenta las preocupaciones humanitarias y médicas planteadas anteriormente. Desde MSF llamamos a las autoridades polacas para que cambien radicalmente de rumbo. Garanticen que las personas que buscan protección en Polonia sean tratadas con humanidad y dignidad. 

Esto incluye: 

  1. Garantizar que todas las personas necesitadas puedan acceder a la asistencia humanitaria, la atención médica y los procedimientos de asilo. 
  1. Salvaguardar el acceso independiente de la comunidad humanitaria y de la sociedad civil a toda la zona fronteriza. Incluyendo la zona de amortiguación, un imperativo para brindar asistencia vital a las personas que lo necesitan. 
  1. Reconsiderar las enmiendas legales, que corren el riesgo de otorgar mayor legitimidad al uso de prácticas violentas en la frontera. 
  1. Poner fin a las narrativas dañinas en torno a las actividades de ayuda humanitaria. Así como a las arraigadas en la deshumanización y la seguridad de las personas que buscan protección. 

 

* Proyecto de ley del Gobierno por el que se modifican determinadas leyes para mejorar las actividades de las Fuerzas Armadas de la República de Polonia, la Policía y la Guardia de Fronteras en caso de amenaza para la seguridad del Estado, aprobado por el Sejm. 

 

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