Costa de Marfil: al igual que la violencia, la emergencia humanitaria continúa

La violencia sigue asolando distintos barrios de Abiyán, mientras el oeste del país se mantiene críticamente inestable, con parte de la población escondida en la selva, sin acceso a comida, agua o asistencia médica. La población civil vive atemorizada, lo que le impide buscar atención médica vital.

La violencia sigue asolando distintos barrios de Abiyán, mientras el oeste del país se mantiene críticamente inestable, con parte de la población escondida en la selva, sin acceso a comida, agua o asistencia médica. La población civil vive atemorizada, lo que le impide buscar atención médica vital.

En el oeste, la violencia postelectoral intensificó la tensión entre comunidades y la rivalidad territorial. Hoy la población continúa viviendo aterrorizada de las milicias y de ataques de represalia, particularmente en las áreas boscosas de la selva cerca de la frontera liberiana.

Xavier Simon, coordinador general de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Costa de Marfil, describe la situación: “Las aldeas que han sido saqueadas y destrozadas siguen desiertas, y aún quedan cuerpos calcinados en las cunetas de las rutas entre Guiglo y Toulepleu. Los equipos de MSF en la zona están atendiendo a personas con heridas infligidas hace dos o tres semanas, que hasta ahora no se atrevían a salir para buscar atención médica. Esta gente todavía está aterrada, por lo que espera a que su estado sea crítico para ir al médico. La población desplazada está demasiado asustada para volver a sus casas”.

Refugiados y desplazados atemorizados
Al otro lado de la frontera, en Liberia, equipos de MSF están atendiendo a refugiados recién llegados, incluidos niños, también con heridas sufridas hace dos o tres semanas. Estas personas han contado al personal de MSF sus traumáticas experiencias durante brutales ataques ocurridos dos semanas atrás en la selva marfileña; hablaban de intimidaciones, secuestros, violaciones y de personas quemadas vivas. Aun estando en Liberia, la seguridad no está garantizada para estos refugiados: de noche, hay milicias que cruzan la frontera desde Costa de Marfil, amenazando, golpeando y reclamando comida.

“No sabemos cuánta gente sigue aún escondida y atemorizada en la selva marfileña, o a qué niveles de violencia puede estar expuesta actualmente, pero las horrorosas historias que hemos escuchado de nuestros pacientes nos han alarmado. Hemos ampliado nuestras clínicas móviles a 12 para poder llegar hasta los más vulnerables, pero la situación aún es demasiado insegura para acceder a la parte más profunda de la selva y evaluar las necesidades”, añade Xavier Simon. “Es imperativo que los civiles no sean blanco deliberado de la violencia, y que puedan buscar sin peligro atención médica y asistencia humanitaria.”

Las condiciones de las personas desplazadas en Costa de Marfil también son motivo de creciente preocupación. Muchos de ellos viven al aire libre, sin cobijo durante la época de lluvias, o en campamentos densamente poblados, donde las condiciones son antihigiénicas. Además, el riesgo de brotes de sarampión, meningitis y diarrea acuosa –enfermedades de las que ya ha habido algunos casos aislados– está aumentando.

Violencia y pillaje en algunos barrios de Abiyán
Mientras tanto, en Abiyán, a pesar de que gran parte de la ciudad está retornando a la normalidad, la violencia y el pillaje continúan en algunas zonas, con intensos combates en los populosos barrios de Yopougon Athié y PK18. La semana pasada, MSF trató a 32 personas heridas en el hospital general de Yopougon Athié. De los 20 pacientes atendidos por traumatismos, 14 tenían heridas de bala.

En el hospital de Abobo Sur, otro barrio de Abiyán, el personal del centro y de MSF atendió a otros 60 pacientes, 12 de los cuales tenían heridas de bala. A todo ello se suma la grave escasez de suministros médicos y medicamentos, que está mermando la capacidad asistencial de los centros de salud de toda la ciudad, ante los que se forman largas colas de personas que necesitan desesperadamente atención médica. Ante las puertas de los hospitales de Abobo Sur y de Anyama, cientos de personas esperan su turno desde las 4 de la madrugada.
 

MSF es una organización médico-humanitaria imparcial que guarda una estricta neutralidad en sus operaciones de emergencia. Sus actividades en Costa de Marfil son financiadas exclusivamente por donantes privados, asegurando la completa independencia de la organización.
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