Cuatro historias de mujeres MSF

Marline, Akuol, Martha y Susan nos cuentan su experiencia trabajando en Médicos Sin Fronteras.

Marline, Akuol, Martha y Susan nos cuentan su experiencia trabajando en Médicos Sin Fronteras.

Marline Loki, técnica de aire acondicionado en Juba

 

Marline Loki, técnica especializada de aire acondicionado de MSF en Juba, Sudán del Sur.
Marline Loki, técnica especializada de aire acondicionado de MSF en Juba, Sudán del Sur. © Isaac Buay/MSF

 

“Mi nombre es Marlindo Kifranco Ani, y soy una técnica especializada en Médicos Sin Fronteras (MSF) en Juba, en Sudán del Sur. Me uní a MSF en julio de 2022, y mis principales responsabilidades incluyen la instalación, servicio y mantenimiento de sistemas de aire acondicionado, así como la gestión de trabajos eléctricos.

Lo que me inspiró a convertirme en técnica de aire acondicionado en MSF fue escuchar sobre su increíble historia. Cuando conocí el proyecto de la organización, me dije a mí misma: “¡Vaya, quiero ser parte de esa historia!”. Esa pasión me impulsó a unirme a MSF, aunque en ese momento no sabía mucho sobre el campo.

Desde que me uní, he aprendido mucho. MSF me ha proporcionado la capacitación y experiencia necesarias para manejar todos los aspectos de mi trabajo. Incluso tuve la oportunidad de viajar a Sudáfrica para una capacitación especializada en aire acondicionado y refrigeración. La experiencia que adquirí, especialmente trabajando en proyectos en el terreno, me ha dado confianza. ¡Ahora ya no temo ningún desafío, sé que puedo manejar las tareas por mí misma! MSF realmente me ha ayudado a desarrollar mis capacidades y me ha formado como una profesional capacitada.

Lo que más me gusta de mi trabajo es la instalación y el servicio. Este es un camino profesional que elegí para mí misma, y esa libertad me hace feliz todos los días. Sin embargo, no todos me han apoyado. Algunas personas intentan desanimarme, diciendo que este tipo de trabajo es solo para hombres. Pero cuando reflexiono sobre mi camino y veo lo que he logrado, me recuerdo a mí misma que esta es mi elección. Estoy decidida a cumplir con mi misión.

De cara al futuro, aspiro a convertirme en coordinadora de logística en los próximos años. También espero compartir mis conocimientos con otras mujeres de la comunidad, alentándolas y empoderándolas para que sigan carreras técnicas. Si yo puedo hacerlo, ellas también pueden. Mi objetivo es ayudar a romper barreras y mostrar que las mujeres pueden sobresalir en cualquier campo que elijan”.

 

Akuol Elizabeth, jefa de trabajadores comunitarios de salud en el proyecto de emergencia de Renk

 

Akuol Elizabeth es la responsable de los trabajadores sanitarios comunitarios del proyecto de emergencia de MSF en Renk, Sudán del Sur.
Akuol Elizabeth es la responsable de los trabajadores sanitarios comunitarios del proyecto de emergencia de MSF en Renk, Sudán del Sur. © MSF

 

“Mi nombre es Akuol Elizabeth, y soy la jefa de trabajadores comunitarios de salud en el proyecto de emergencia de Renk con MSF. Dirijo un equipo dedicado de 10 trabajadores comunitarios de salud (CHWs) que trabajan incansablemente tanto en el Hospital Civil de Renk como en toda la comunidad.

Todos los días vamos de casa en casa, identificando a las personas que necesitan ayuda, brindando asesoramiento y derivando a aquellos que necesitan atención urgente al hospital. Apoyamos a niños, niñas o mujeres lactantes en riesgo de desnutrición, mientras entregamos educación sanitaria esencial sobre vacunaciones, higiene y prevención de enfermedades. Ya sea distribuyendo mosquiteras, promoviendo la higiene en las salas o realizando vigilancia comunitaria, nuestro objetivo es tener un impacto significativo en las vidas de aquellos a los que servimos.

Más allá de la atención, me aseguro de que mi equipo siga creciendo y mejorando. Organizo sesiones de capacitación mensuales para fortalecer sus habilidades, y cada primer miércoles del mes nos reunimos para revisar nuestro progreso y discutir los desafíos.

El trabajo no es fácil: las inundaciones, los conflictos y el trauma han afectado profundamente esta región, pero sigo comprometida a hacer todo lo posible para asegurar los mejores resultados para el pueblo de Renk.

Lo que más me motiva es el amor por la comunidad. Dar mensajes de salud a alguien significa mucho: has cambiado toda la vida de esa persona. Mi equipo y yo estamos al frente de la respuesta de emergencia de MSF en Renk, brindando el apoyo tan necesario a quienes que más lo necesitan. A pesar de los desafíos, seguimos adelante porque sabemos que lo que hacemos salva vidas”.

 

Martha Korok, enfermera en Boma

 

Martha Korok es enfermera de MSF en Boma, Sudán del Sur.
Martha Korok es enfermera de MSF en Boma, Sudán del Sur. © Tadeu Andre/MSF

 

“Mi nombre es Martha Korok, y soy una de las cuatro enfermeras sudanesas que trabajan en la ciudad de Boma, en el área administrativa de Pibor. Incluso en la Academia de MSF, somos muy pocas mujeres. En nuestra cultura, muchos creen que una niña no debe ir a la escuela, por lo que tenemos tan pocas mujeres educadas.

Pero estamos demostrando que esa mentalidad está equivocada. Somos un ejemplo para nuestras comunidades. Cuando nos ven trabajando, dicen: ‘Oh, si una mujer está educada, puede ser incluso mejor que un hombre’. Por eso me apasiona tanto mi trabajo: quiero que mi comunidad entienda que las mujeres somos importantes. Necesitamos que más niñas reciban educación.

Me uní a la Academia MSF en favor de la salud, y ahora trabajo como mentora de las enfermeras en la academia y como modelo a seguir para las jóvenes en Boma. Me enorgullece saber que soy parte de este cambio.

Me encanta estar con los pacientes porque este es mi trabajo, mi vocación. Sirvo a mi comunidad y a mi hogar, y eso es lo que me hace feliz. Los hombres han dominado tradicionalmente el campo de la enfermería en Sudán del Sur, pero eso está cambiando. Y me enorgullece ser parte de ese cambio.

 

Susan James Jokudu, supervisora de Almacén en Juba

 

Susan James Jokudu, supervisora de almacén en Juba, Sudán del Sur.
Susan James Jokudu, supervisora de almacén en Juba, Sudán del Sur. © Cindy Gonzalez/MSF

 

“Nací en Kajo Keji, Sudán del Sur, en 1989, pero mi familia huyó a Uganda cuando tenía 3 años debido a la guerra. La vida en el campo de refugiados Rhino fue difícil: a veces no teníamos comida durante días, pero mi madre siempre encontraba una forma de proveer para nosotros. La educación era un privilegio que pocos podían permitirse, pero yo estaba decidida a estudiar. Cuando estaba en la secundaria, mi padre falleció, dejando a mi madre a cargo de cinco hijos. De mis hermanos, yo fui la única que llegó a la universidad.

Soñaba con convertirme en doctora, inspirada por los equipos de MSF que vi en el campo, pero los desafíos financieros hicieron que fuera imposible. En su lugar, con el apoyo de mi hermano mayor, estudié logística. En 2015, me uní a MSF como procesadora de pedidos en el departamento de suministros, impulsada por un profundo deseo de contribuir. Ver el logo de MSF nuevamente en Juba, el mismo que recordaba de mi infancia, fue como una llamada.

En mi comunidad, las mujeres de MSF suelen asociarse con roles como enfermería o partería, logística, mecánica y conducción son considerados trabajos para hombres. Yo desafío estos estereotipos, diciéndole a las jóvenes que el género nunca debe limitar lo que pueden lograr. En 2024, postulé para un puesto de supervisora de almacén, compitiendo contra cinco hombres. Trabajé duro, me preparé a fondo y demostré que las mujeres pueden sobresalir en cualquier rol.

Antes de comenzar en MSF, mi camino no fue fácil; una vez trabajé turnos nocturnos lavando platos solo para apoyar a mi familia. Mi hermano fallecido sacrificó su propia educación para financiar la mía, y aunque él falleció antes de que pudiéramos cumplir nuestro sueño de que él regresara a la escuela, ahora me aseguro de que sus hijos reciban la educación que él quería.

Mi trabajo es más que un empleo: cambia vidas. He visitado los proyectos de MSF y he visto a madres recibir kits de higiene que empacamos, niños y niñas recibir medicamentos que enviamos. Estos momentos me recuerdan por qué mi trabajo es importante. Estoy orgullosa de lo lejos que he llegado y espero seguir creciendo en MSF, obtener una maestría y asumir asignaciones internacionales para tener un impacto aún mayor”.

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