Desplazados de Sa’ada en Khamer, norte de Yemen

Unas 2.400 familias han llegado a Khamer huyendo de sus casas por el deterioro de la situación y los ataques aéreos en la provincia de Sa’ada. Muchos están viviendo con familias en Khamer o en casas alquiladas, mientras otros ocupan espacios públicos como colegios. Algunos viven en tiendas a las afueras del pueblo.

Ha habido una afluencia de desplazados de Sa’ada a Khamer, en el norte de Yemen. Unas 2.400 familias han llegado a Khamer huyendo de sus casas por el deterioro de la situación y los ataques aéreos en la provincia de Sa’ada. Muchos están viviendo con familias en Khamer o en casas alquiladas, mientras otros ocupan espacios públicos como colegios. Algunos viven en tiendas a las afueras del pueblo. 
 
Hasta el momento, al menos 500 familias están viviendo en zonas públicas mientras que cientos de familias viven con sus familiares en Khamer. El número de desplazados aumenta cada día. 
 
MSF tiene una clínica móvil para dar asistencia médica primaria a los desplazados en Khamer, además de darles agua, kits de higiene y materiales de primera necesidad. 
 
 
Hace 12 días, Mazen Abdu, su mujer y sus tres hijos escaparon de Sa’ada en su moto. La familia guarda la moto en la clase donde viven desde que llegaron a Khamer.  
“Cuando los ataques aéreos estaban muy cerca de nuestra casa, decidimos ir a una zona más segura y dejar todo”, dice Mazen. La única forma de escapar fue su moto. 
 
“Los cinco viajamos desde Sa’ada a Khamer en esta moto. Sólo podíamos llevar 10 kilos de harina y una manta pequeña. El viaje de Sa’ada a Khamer no fue fácil. Estuvimos dos días y una noche viajando. No teníamos dinero para dormir en un hotel o comprar comida y para rematar uno de los neumáticos estaba pinchado. Esperamos en la carretera con toda la familia hasta que pasó alguien que me ayudó a arreglarlo y seguimos hasta Khamer. Algunas buenas personas nos dieron comida y nos cobijaron en su casa para pasar la noche.”
 
La mujer de Mazen’s, Um Alia, explicó que sus hijos tenían miedo a los bombardeos y perdieron el apetito. Cuando intentó forzar a sus hijas a comer durante el viaje, vomitaron. “Mis hijas estaban aterradas con el sonido de las bombas, estaban tiritando.”
 
La familia vive en una clase en un colegio. 
“Dejamos todo detrás, nuestra casa, nuestros vecinos, nuestra vida. De hecho dudo que siga habiendo vida en Sa’ada y no tengo ni idea de lo que ha pasado con nuestra casa”.
 
Badria Saleh (izquierda) tiene cuatro hijos. Huyó de Sa’ada con sus familiares hace dos semanas. Vive en una tienda en Khamer. 
 
 
“Teníamos una vida normal antes de que la guerra empezara en Yemen. Perdí a dos de mis hermanos más pequeños en un ataque aéreo cuando estaban en casa. Esta guerra no diferencia entre militares y civiles. 
 
Ahora vivo con mi marido y mis cuatro hijos en una tienda. La vida es dura, y cuando llueve aún es más complicado. Tenemos frío y no podemos dormir. Tenemos una vida miserable“.
 
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