Después de 15 años, el cólera reaparece en Siria

MSF responde a las emergencias en un campo para personas desplazadas en el noroeste de Siria
©MSF

Actualizado: 21 de octubre de 2021.

Desde septiembre de 2022, en algunas partes de Siria, incluyendo el noreste y noroeste del país, la población se enfrenta a un gran brote de cólera. Primero se le relacionó con el agua contaminada cerca del río Éufrates y la grave escasez de agua en el norte de Siria, y ahora el brote se ha extendido por todo el país, y se han notificado más de 13,000 casos sospechosos, entre ellos 60 muertes (al 14 de octubre). 

Según el Hospital Nacional de Raqqa, es la primera vez que se confirma el cólera en el noreste de Siria desde 2007. 

En colaboración con las autoridades sanitarias locales, los equipos de Médicos Sin Fronteras (MSF) responden al brote, incluyendo el apoyo a un centro de tratamiento de cólera (CTC) de 40 camas en Raqqa, con una capacidad recientemente aumentada de 65 camas. En las dos primeras semanas, fueron admitidos cerca de 600 pacientes, de los cuales un tercio estaba gravemente enfermo y otro tercio fue tratado como pacientes ambulatorios. 

En el noroeste de Siria, nuestros equipos han estado respondiendo al brote desde septiembre por medio de actividades de promoción de la salud basadas en la comunidad, y con capacitaciones para trabajadoras y trabajadores sanitarios relevantes. Estamos apoyando una Unidad de Tratamiento de Cólera (CTU) e instalando 2 más para aislar y tratar pacientes en Idlib y Alepo. Además gestionamos y apoyamos cinco puntos de rehidratación oral para brindar un tratamiento de primer nivel a las y los pacientes. También distribuimos kits de higiene (bidones, jabones y tabletas de cloro) de forma preventiva a más de 20,000 familias en campos para personas desplazadas, donde también hacemos pruebas al agua y brindamos puntos de agua potable en la comunidad. En Tal Abyad y Ras Al-Ain apoyamos a una organización local para involucrarnos con la comunidad y distribuir kits de higiene a las familias.

El cólera es una enfermedad extremadamente contagiosa y es causada por la ingestión de bacterias de origen fecal – Vibrio cholerae – que se encuentran en el agua sucia o estancada. El cólera, que causa diarrea y vómito, provoca una rápida deshidratación y, sin una atención rápida, puede ser mortal en cuestión de horas. 

El noroeste de Siria es el hogar de más de 1,7 millones de desplazados internos. La mayoría de ellos han sido desplazados por el conflicto en varias ocasiones y permanecen en campos de población desplazada, con condiciones de vida muy precarias. Siria, septiembre de 2021. © ABDURZAQ ALSHAMI

 

Se ha incrementado el personal y los suministros. Médicos Sin Fronteras colaboramos con otras organizaciones locales en el apoyo al agua y saneamiento, incluyendo la cloración de los camiones cisterna, el control de la calidad del agua y el apoyo a las estaciones de aguas residuales con procesos de cloración.  

Mediante la utilización de datos epidemiológicos nuestros equipos identifican las zonas de Raqqa más afectadas que otras, con el fin de identificar las áreas prioritarias de apoyo. También se han iniciado evaluaciones en Hassakeh. Aunque los habitantes de esta zona no dependen del río Éufrates, el agua procede de pozos de sondeo y se distribuye a las comunidades mediante camiones cisterna. Sin embargo, el acceso al agua limpia puede seguir siendo difícil, ya que es posible que un camión de agua se abastezca involuntariamente de agua contaminada. 

Mientras que los 4.4 millones de personas que viven en el noroeste de Siria temen otro duro invierno, la reciente escalada del conflicto y la interrupción de la ayuda transfronteriza; el cólera agrega otra capa de complejidad a una situación humanitaria ya terrible. Como el acceso a la atención médica y a los servicios de agua y saneamiento ha sido severamente afectado por el conflicto recurrente, el principal desafío actualmente es la capacidad del sistema de salud para lidiar con otro brote, en medio de brechas de financiamiento y enormes necesidades humanitarias.

En el noreste y noroeste de Siria, las organizaciones humanitarias locales e internacionales tratan de cerrar las brechas y responder a las muchas necesidades, pero la accesibilidad general al agua suficiente y potable sigue siendo un problema preocupante. En 2021, las operaciones de agua, saneamiento e higiene (WASH) representaron solo el 4% de todo el presupuesto de respuesta humanitaria para toda Siria, lo que supone menos de un tercio de lo que se gastó en 2020 para las mismas actividades. 

Teniendo en cuenta que han pasado 15 años desde el último brote de cólera en Siria, es esencial la concientización sobre cómo se propaga y cómo se trata.  

Norte de Siria: La aguda crisis del agua plantea graves riesgos para la salud de la población
Una mujer desplazada llena un cubo con agua potable proporcionada por MSF en un campo en el noroeste de Siria: brindamos servicios de agua y saneamiento en unos 90 campos en el noroeste de Siria, llegando a alrededor de 30,000 personas desplazadas. Siria, septiembre de 2021.
© ABDURZAQ ALSHAMI

 

Por ello, un grupo de trabajadores y trabajadoras comunitarias en el norte de Siria, que ahora laboran en el CTC, se reúnen con pacientes y sus familias, hablan de cómo prevenir la propagación del cólera y responden a sus preguntas. Su mensaje es: aunque el acceso al agua potable y a las infraestructuras de saneamiento sigue siendo difícil en el norte de Siria, hay varias medidas sencillas y eficaces que las personas pueden tomar para protegerse.  

El equipo de trabajo comunitario explica la importancia de lavarse las manos antes y después de las comidas, y de lavar y cocinar frutas y verduras a alta temperatura para matar cualquier bacteria. También explican cómo reconocer los primeros síntomas del cólera y qué hacer si se sospecha que uno mismo o un miembro de la familia ha contraído la enfermedad. 

 

 

Después de 11 años de guerra, una cifra récord de 14,6 millones de personas necesita ayuda humanitaria en Siria. Es el país con el mayor número de personas internamente desplazadas en el mundo, con 6,9 millones de desplazamientos, la mayoría son mujeres, niñas y niños. Muchas han sido desplazadas repetidamente y viven en condiciones precarias.  

Médicos Sin Fronteras trabajamos en Siria donde nos es posible, pero la continua inseguridad y las restricciones de acceso siguen limitando gravemente nuestra capacidad de brindar una asistencia humanitaria a la altura de las necesidades. Nuestras reiteradas solicitudes de permiso para operar en zonas controladas por el gobierno sirio no han sido concedidas. En las zonas en las que se ha podido negociar el acceso, como el noroeste y el noreste de Siria, gestionamos y apoyamos a hospitales y centros de salud, y proporcionamos asistencia sanitaria a través de clínicas móviles. 

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