Después de 4 años, entregamos nuestro proyecto de atención para adolescentes a las comunidades

Después de cuatro años, el proyecto de salud para adolescentes que gestionamos desde Médicos Sin Fronteras (MSF) en Indonesia llegó a su fin en diciembre de 2022. Estaba activo desde 2018, y lo creamos para implementar enfoques innovadores que beneficiaran la salud de las y los adolescentes en algunas áreas de las provincias de DKI Jakarta y Banten. 

Enfocamos el programa en la creación vínculos entre las comunidades locales y los proveedores de servicios de salud, pero también en el fortalecimiento de las conexiones entre los centros de salud y las escuelas públicas y privadas locales.  

Nuestro objetivo principal fue mejorar continuamente la calidad y el acceso de las y los adolescentes a los servicios de salud específicos para ellos, incluyendo las sesiones de educación y promoción de la salud.  

Como parte del proyecto, nuestro equipo apoyó al personal del centro de salud local en la gestión de Servicios de Salud Amigables para Adolescentes (AFCS) y ayudó a desarrollar sus capacidades a través de tutorías y capacitaciones. Ahora que MSF nos vayamos, serán las comunidades quienes asumirán la responsabilidad de llevar a cabo estas actividades.  

“A pesar de tener que adaptar nuestras actividades de salud para adolescentes debido al tsunami de 2018 y, más recientemente, a la pandemia de COVID-19, nos enorgullece lo que ha logrado el equipo y nos emociona ver que la comunidad se hace cargo de estas actividades”, asevera Walter Lorenzi, jefe de misión de MSF en Indonesia.  

“Queda trabajo por hacer para mejorar la salud de las y los adolescentes en Indonesia, pero como MSF hemos llegado a un punto en el que podemos centrar nuestra atención en otras necesidades”, concluye. 

Los sistemas de salud a menudo están diseñados para satisfacer las necesidades de las personas adultas, pero no siempre son adecuados para satisfacer las necesidades de salud de la población adolescente, especialmente quienes pertenecen a grupos vulnerables y marginados. Estas necesidades pueden incluir servicios de salud sexual y reproductiva, atención para casos de VIH y adicciones, salud mental y atención para ermedades no transmisibles.  

En MSF creemos que brindar servicios de salud de calidad para las y los adolescentes implica involucrarles de manera significativa, y esto lo logramos en Indonesia a través de un enfoque basado en el acompañamiento entre pares.  

Para ello apoyamos el establecimiento de siete ‘rincones juveniles comunitarios’ en Banten, que ahora son administrados y operados por adolescentes voluntarios con el apoyo de las autoridades comunitarias. Estos rincones juveniles son frecuentados por más de 4,000 adolescentes y ofrecen actividades deportivas, clases de música, pintura y servicios de biblioteca. Estos espacios también se utilizan para conectar a la población adolescente con los proveedores de servicios de salud.  

“Nos hemos beneficiado de la intervención de MSF, y los adolescentes se han vuelto más seguros al hablar frente a grandes foros. Aunque MSF ha terminado su proyecto, continuaremos ejecutándolo con todas las partes respectivas, como las parteras del pueblo, las parteras de puskesmas (clínicas de salud comunitarias) y otras autoridades”, dijo Siswidi Yatnila, jefe de la aldea de Rangkasbitung Barat, en la provincia de Banten. 

Siswidi también mencionó que el pueblo tiene el compromiso del subdistrito de que continuará apoyando las actividades en el futuro. 

Entre 2018 y finales de 2022, desde MSF apoyamos a seis clínicas de salud comunitarias con derivaciones médicas, apoyo logístico en forma de trabajos menores de rehabilitación y con la donación de medicamentos y otros suministros.  

Más de 2,240 adolescentes se beneficiaron de los servicios de asesoría, 1,271 más fueron evaluados en la comunidad y derivados a clínicas para recibir tratamiento adicional, y también realizamos más de 720 sesiones de educación para la salud que llegaron a casi 45,000 jóvenes. De esas sesiones, el 62 por ciento fueron dirigidas por voluntarios de salud apoyados por MSF (llamados cadres).  

El elemento vital de un proyecto de este tipo es que los propios jóvenes, así como las comunidades que los apoyan, estén intimamente involucrados.  

“Participar en el equipo de MSF tiene muchos beneficios y ciertamente he aprendido más. Recibimos capacitación en consejería y ahora puedo hacer consejería por medio del acompañamiento entre pares. Y las actividades siempre son divertidas y emocionantes”, nos explicó Rita Rahmawati, una de las estudiantes de High School 1 Jawilan.