Día Internacional de la Mujer: Haití

Con motivo del Día Internacional de la Mujer lanzamos seis historias contadas por mujeres desde seis países en los que MSF trabaja.

Con motivo del Día Internacional de la Mujer lanzamos seis historias contadas por mujeres desde seis países en los que MSF trabaja.

Cuatro años después del terremoto, decenas de miles de haitianos siguen viviendo en inseguros e improvisados campos en torno a Puerto Príncipe. Las adolescentes están especialmente expuestas a la violencia sexual.

Mildrène, de 14 años: “Mi familia vivía en Solino antes del seísmo. No vivíamos bien pero teníamos un techo y dormíamos sin miedo. El 12 de enero de 2010, nuestra casa quedó destruida. Solo tuvimos tiempo de salir corriendo y, más tarde, conseguimos recuperar lo que pudimos de entre los escombros. Mis padres no tenían dinero para alquilar otra vivienda. Después de esa noche, nos fuimos a vivir a un campo de desplazados llamado Accra.

Un día salimos a comprar comida para mi padre. Por el camino un hombre me preguntó dónde iba y me dio dinero para que le comprara comida también. Cuando regresé, me agarró la mano y me dijo que mataría a mis padres si no hacía lo que me pedía. Sabía que uno de sus amigos ya había asesinado a un hombre en el campo y tuve mucho miedo. Entonces me violó.

Regresé a casa llena de vergüenza y miedo. No dije nada a mis padres, pensando que debía protegerles. Unos días más tarde, el mismo hombre me llamó para que fuese a su casa, pero me negué a que me volviera a hacer lo mismo. Por la noche, él y su amigo vinieron a mi casa y amenazaron a mi familia. Tuve que contarle a mi madre lo que había ocurrido. Nadie acusó al hombre pero, finalmente, nos fuimos del campo y no le he vuelto a ver.

Unos meses más tarde no me sentía bien y mi madre me llevó al hospital. Al principio, el médico no sabía cómo decírnoslo, pero al final nos explicó que yo estaba embarazada de cinco meses. Sufrí mucho durante el embarazo hasta que di a luz poco antes de salir de cuentas.

Mi madre vende pastillas de jabón y mi padre no tiene trabajo. Están intentando cuidar de mí y de mi bebé pero las cosas no van bien. Me gustaría volver a la escuela pero es imposible. De todas formas, tengo suerte porque estoy viva.”

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