Día Internacional de la Mujer: Mauritania

Con motivo del Día Internacional de la Mujer lanzamos seis historias contadas por mujeres desde seis países en los que MSF trabaja.

Con motivo del Día Internacional de la Mujer lanzamos seis historias contadas por mujeres desde seis países en los que MSF trabaja.

Desde 2012, la guerra en Mali ha obligado a miles de personas a cruzar la frontera de los países vecinos como Mauritania. Médicos Sin Fronteras (MSF) presta apoyo a los centros de atención primaria de salud en el campo de Mbera, en el cruce fronterizo de Fassala y en un quirófano en la ciudad de Bassikounou.

Taghry Walet Tokeye está preocupada. Taghry viaja tendida junto a su marido Masaya en el asiento trasero de la ambulancia cuya sirena resuena con estridencia. Taghry está de parto. Antes de salir del campo de refugiados de Mbera hacia el quirófano de MSF en Bassikounou, el equipo le dice que no está esperando un solo un bebé, si no posiblemente cuatro.

A su llegada a Bassikounou, una ecografía confirma que Taghry está embarazada de cuatrillizos. El equipo médico de MSF decide sin demora practicarle una cesárea. Taghry da a luz a cuatro bebés, tres niños y una niña, todos ellos sanos, con un peso que oscila entre 1,8 y 2,4 kilos. De momento, a los niños se les llama simplemente Bebé 1, 2, 3 y 4, pues, según la tradición, los nombres se ponen cuando son bautizados.

Taghry, Masaya y sus otros seis hijos huyeron junto a otras 15.000 personas del conflicto en Mali en enero de 2013 para buscar seguridad en la vecina Mauritania. Llegaron solo con lo puesto y ahora dependen totalmente de la ayuda humanitaria. “Mi familia se marchó de nuestra aldea cerca de Léré por temor a la guerra”, explica Masaya.

A las tres semanas de su nacimiento, los cuatro bebés están bien. Cuidan de ellos en la sala de neonatos y el equipo de MSF ha proporciona a los padres todo lo que necesitan: ropa, canastillas y leche.

Aunque el equipo está muy contento con la evolución de los cuatrillizos, su padre tiene algunos motivos de preocupación. “Cuando le comunicaron que iba a tener cuatro bebés, el marido, impotente, no supo ni qué decir ni qué hacer”, recuerda Karl Nawezi, jefe de Misión de MSF en Mauritania. “Ahora, con 12 bocas que alimentar y pocas perspectivas de regresar a casa, se pregunta cómo podrá asegurar la supervivencia de su familia”.

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