Donamos artículos de primera necesidad a las personas afectadas por el terremoto en Adiyaman, en el sur de Turquía

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Testimonios - Voces de Adiyaman, Turquía donde MSF ha donado kits de emergencia
Nazlican, 22 años. ©Igor Barbero/MSF

El 15 de febrero, en colaboración con la Asociación Médica Turca, un equipo de Médicos Sin Fronteras (MSF) donó varios artículos de primera necesidad a las personas afectadas por el terremoto en la ciudad de Adiyaman, en el sur de Turquía.

Las donaciones -que incluyen kits de higiene, estufas eléctricas, ropa interior de invierno, pañales y comida para bebés- se han distribuido a más de 50 familias en un campo recién establecido para sobrevivientes del terremoto.

Con una población de cerca de 300,000 habitantes, la ciudad de Adiyaman ha sido una de las zonas más afectadas por el terremoto. Un gran número de edificios han resultado dañados o no es seguro regresar a ellos, por lo que miles de personas están durmiendo a la intemperie, en grandes campos, asentamientos improvisados ​​o automóviles.

Igual que en otras áreas afectadas por el terremoto, los equipos de MSF se están coordinando con varias organizaciones locales para brindar asistencia a las personas sobrevivientes. A continuación, te presentamos algunos de sus testimonios.

 

Voces desde Adiyaman, Turquía

 

Ali: “Perdí todo lo que había logrado reunir a lo largo de toda mi vida”

43 años

“Perdí toda mi casa, perdí el automóvil. Somos cinco en nuestra familia, y estamos durmiendo en el auto de un pariente. Habíamos vivido en nuestra casa durante 17 años, la construimos nosotros mismos. Cuando el terremoto ocurrió, tiré mantas sobre mis hijos para tratar de protegerlos. Tienen 6, 8 y 12 años. El sismo duró unos dos minutos. Esperamos un minuto más hasta que todo dejó de moverse. Luego bajamos del segundo piso por un agujero que se había abierto en el balcón. Unos vecinos me ayudaron a sacar a los niños. Perdí todo lo que había logrado reunir a lo largo de toda mi vida. Estamos recibiendo ayuda de varios lugares, pero necesitamos urgentemente una tienda de campaña. Sin dinero, no podemos pensar en ir a ningún otro lugar”.

 

Nazlican: “Antes del terremoto estaba llena de sueños”

22 años

“Soy una estudiante, estoy estudiando inglés en la universidad. Antes del terremoto estaba llena de sueños. Quería hacer un intercambio Erasmus a otro país. Pero, esa noche, todo cambió en el transcurso de unos minutos. Ya no puedo estudiar y nuestra situación ahora es muy dura.

Testimonios - Voces de Adiyaman, Turquía donde MSF ha donado kits de emergencia
Nazlican, 22 años justo a sus padres. ©Igor Barbero/MSF

 

Estaba durmiendo en un dormitorio en el primer piso de un edificio de tres plantas cuando empezó a temblar. Traté de proteger a mi hermana menor. Cuando el temblor cesó, nuestra madre se unió a nosotros. Salimos a la calle. Llovía, estaba muy oscuro y hacía frío. Hubo muchas réplicas. Nos quedamos en nuestro automóvil. Pensé que íbamos a morir.

Lo hemos perdido todo. Teníamos una hipoteca sobre este piso en Adiyaman. Teníamos otra casa en un pueblo cerca de Malatya, pero también fue destruida; mi papá fue a ver cómo estaba. Hemos estado viviendo en este contenedor [de transporte] durante 10 días. El contenedor ya estaba en el barrio y pudimos mudarnos. Es un espacio pequeño para nosotros seis, mis padres y mis tres hermanos”.

 

Dilan: “A veces tenemos la sensación de que el suelo tiembla”

23 años

“Somos cinco: mi mamá, mi papá, mis dos hermanos y yo. Yo era limpiadora en un hospital en las afueras de la ciudad. Mi casa está justo ahí [a 30 metros], pero ahora estamos en este campo con otras familias del barrio. La casa está completamente destruida.

MSF donó artículos de primera necesidad a las personas afectadas por el terremoto en Adiyaman, en el sur de Turquía
Dilan: “De vez en cuando tenemos la sensación de que el suelo tiembla”. ©Igor Barbero/MSF

 

Primero empezamos a recolectar cosas que necesitábamos. Después de tres días, nos mudamos aquí. Una organización nos regaló esta tienda de campaña. Lo único que queremos es volver a tener una vida normal: comer bien, vivir en un lugar cálido…

No tenemos planes de mudarnos. No sabríamos adónde ir porque siempre hemos vivido en Adiyaman. ¿Qué podemos hacer? Este es nuestro lugar, nuestra vida.

Ahora nos pasamos los días sin hacer mucho: parados, mirando… y hace mucho frío. De vez en cuando tenemos la sensación de que el suelo tiembla”.

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