Ébola en República Democrática del Congo: Actualización marzo 2020

Ebola response in Mangina

En 2020, el número de casos registrados por semana disminuyó dramáticamente: el último caso confirmado se reportó el 17 de febrero. La situación sigue mejorando, al 6 de marzo, no se han registrado casos durante 18 días consecutivos. Sin embargo, el brote no ha terminado y se necesita una vigilancia continua.

República Democrática del Congo declaró su décimo brote de Ébola en 40 años el 1 de agosto del 2018. El brote se encuentra principalmente en el noroeste del país en las provincias de Kivu Norte e Ituri. Ahora que se han superado los 3,000 casos, este se considera el mayor brote de Ébola en la historia del país. También es la segunda epidemia de Ébola más grande que se ha registrado, sólo después de la de África Occidental entre 2014-2016.
 
Durante los primeros ocho meses de la epidemia, hasta marzo de 2019, más de 1,000 casos de Ébola fueron reportados en la región afectada. Sin embargo, entre abril y junio de 2019, este número se duplicó al haber 1,000 casos nuevos reportados en sólo tres meses. Entre principios de junio y finales de agosto, el número de nuevos casos notificados era de 75 a 100 casos por semana -en promedio-; desde agosto ha disminuido lentamente, con sólo 70 casos identificados en octubre. 
 
Aunque sigue siendo baja, esta cifra ha fluctuado durante finales de 2019 y principios de 2020. 
 
En 2020, el número de casos registrados por semana disminuyó dramáticamente: el último caso confirmado se reportó el 17 de febrero. La situación sigue mejorando, al 6 de marzo, no se han registrado casos durante 18 días consecutivos. Sin embargo, el brote no ha terminado y se necesita una vigilancia continua.
 

Últimas cifras- información al 6 de marzo de 2020. Cifras proporcionadas por el Ministerio de Salud de la República Democrática del Congo vía OMS.

 

3,444                     3,310                        2,264

casos totales       casos confirmados         muertes 

 
Durante el pico del brote, la identificación y el monitoreo de contactos fue un desafío importante: alrededor del 40% de los nuevos casos de Ébola nunca fueron registrados como contactos. Esto se debe al movimiento de la población (como en el caso de los taxistas) y al miedo, en algunas comunidades; situaciones que obstaculizaron el involucramiento de la comunidad. Además, los nuevos pacientes con Ébola se les confirmaba y aislaba hasta cinco días después de la manifestación de los síntomas, un momento en el que pueden infectar a otros y se pierden el beneficio de recibir un tratamiento oportuno que les ayudaría a tener una mayor posibilidad de sobrevivir. 
 
El 11 de junio de 2019, Uganda anunció que tres personas fueron diagnosticadas con Ébola, los primeros casos transfronterizos desde que comenzó el brote. Después de varias semanas sin casos registrados, el gobierno de Uganda anunció un nuevo caso el 29 de agosto, la paciente, una mujer joven, lamentablemente falleció.
 
El 14 de Julio, se confirmó el primer caso de Ébola en Goma, la capital de Kivu Norte, una ciudad con un millón de habitantes. El paciente, que había viajado desde Butembo a Goma, fue admitido por el Centro de Tratamiento de Ébola apoyado por MSF en la ciudad.
 
Después de la confirmación de los resultados de laboratorio, el Ministerio de Salud decidió transferir al paciente a Butembo el 15 de julio, donde falleció al día siguiente. El 30 de julio, una segunda persona en Goma fue diagnosticada con Ébola, falleciendo al día siguiente, y se anunciaron dos nuevos casos. Desde entonces no se registraron nuevos casos en Goma o Uganda.
 
En respuesta al primer caso registrado en Goma, el 17 de julio de 2019, la Organización Mundial de la Salud anunció que el actual brote de Ébola en la República Democrática del Congo representa una emergencia de salud pública de importancia internacional (PHEIC, por sus siglas en inglés).
 
A mediados de agosto, la epidemia se propagó a la vecina provincia de Kivu Sur, -convirtiéndose en la tercer provincia en la RDC en registrar casos durante este brote- varias personas comenzaron a enfermarse en Mwenga, a 100 kilómetros de Bukavu, la capital de la provincia.
 
Desde noviembre, un estallido de violencia en las provincias de Kivu Norte e Ituri han interrumpido la provisión de atención médica, vigilancia epidemiológica, vacunación, rastreo de contactos y otras actividades de la respuesta al Ébola, obligándonos a permanecer extremadamente vigilantes ante un resurgimiento de la enfermedad.
 
 

Contexto de la epidemia

 
Investigaciones retrospectivas apuntan a un posible inicio del brote en mayo de 2018, casi al mismo tiempo que el brote en la provincia de Equateur a principios de año. No existe conexión o enlace entre los dos brotes. La demora entre la alerta y la subsiguiente respuesta puede atribuirse a varios factores, entre ellos un rompimiento del sistema de vigilancia debido al contexto de seguridad (existen limitaciones en el movimiento y el acceso es difícil) y a una huelga de los trabajadores sanitarios en la región que comenzó en mayo por la falta de pago de los salarios.
 
Una persona falleció en su casa después de presentar síntomas de fiebre hemorrágica. Sus familiares desarrollaron los mismos síntomas y también murieron. Una investigación conjunta entre el Ministerio de Salud y la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el sitio encontró seis casos sospechosos más, de los cuales cuatro dieron positivo. Este resultado llevó a la declaración del brote.
 
El laboratorio nacional (INRB) confirmó el 7 de agosto 2018 que el brote actual es del virus Zaire Ébola, la cepa más mortal y la misma que afectó a África Occidental durante el brote de 2014-2016. El Ébola Zaire también fue el virus encontrado en el brote en la provincia de Equateur, en el oeste de la República Democrática del Congo, a principios de 2018, aunque era una cepa diferente a la del brote actual.
 
Declarado por primera vez en Mangina, una pequeña ciudad de 40,000 habitantes en el norte de la provincia de Kivu Norte, el epicentro del brote pareció moverse progresivamente hacia el sur, primero hacia la ciudad de Beni, con aproximadamente 400,000 habitantes y el centro administrativo de la región. Como los movimientos de población son muy comunes, la epidemia continuó avanzando hacia el sur hasta la ciudad de Butembo, un centro de comercio. La zona cercana a Katwa se convirtió en un nuevo punto de contagio a finales de 2018 y recientemente se han encontrado casos más al sur, en el área de Kanya. Mientras tanto, también aparecieron casos esporádicos en la provincia vecina de Ituri, al norte.
 
A lo largo de 2019, los puntos de contagio desaparecían solo para volver a aparecer semanas o incluso meses después, a menudo después de que pasaron 42 días (dos veces el período de incubación de 21 días para la enfermedad), y a menudo con poca o ninguna indicación de una cadena de transmisión. Esto significa que la vigilancia y el rastreo de contactos de los casos siguen siendo desafíos importantes para superar este brote.
 

¿En qué área se está desarrollando la situación?

 
Ubicada al noreste de la República Democrática del Congo, la provincia de Kivu Norte es un área densamente poblada con aproximadamente 7 millones de personas, de las cuales más de 1 millón se encuentran en Goma (la capital), y aproximadamente 800,000 en Butembo. A pesar de la topografía y las malas carreteras en la región, la población es muy móvil.
 
Kivu Norte comparte una frontera con Uganda al este (Beni y Butembo están a aproximadamente 100 kilómetros de la frontera). En esta área se ve mucho comercio, pero también tráfico, incluyendo cruces ‘ilegales’. Algunas comunidades viven en ambos lados de la frontera, por lo que es bastante común que las personas crucen para visitar a familiares o intercambiar bienes en el mercado vecino.
 
La provincia también es conocida por ser un área que lleva más de 25 años en conflicto, y se estima que actualmente hay más de 100 grupos armados activos. Las actividades delictivas, como los secuestros, son relativamente comunes y las escaramuzas entre grupos armados ocurren regularmente en toda el área.
 
La violencia generalizada ha provocado el desplazamiento de la población y dificultado el acceso a algunas zonas de la región. Si bien la mayoría de las áreas urbanas están relativamente menos expuestas al conflicto, ha habido ataques y explosiones en Beni, un centro administrativo de la región, que a veces imponen limitaciones a nuestra capacidad para dirigir nuestras operaciones.
 
También se confirmaron casos en las provincias vecinas de Kivu Norte, Ituri y, más recientemente, en Kivu Sur.
 
 

Presencia previa de MSF en el área

 
MSF ha tenido proyectos en Kivu Norte desde 2006. Hoy, tenemos los siguientes proyectos regulares a lo largo del eje Goma-Beni:
 
Hospital en Lubero: atención pediátrica / nutrición, y tratamiento de casos de violencia sexual y basada en género.
 
Bambu-Kiribizi: dos equipos brindan apoyo a las salas de urgencias locales y a los departamentos de hospitalización pediátrica y de desnutrición, además de brindar atención y tratamiento para casos de violencia sexual y basada en género. 
 
Hospital de Rutshuru: MSF se retiró del hospital a finales de 2017. Sin embargo, debido a las condiciones volátiles en la región, hemos regresado para brindar apoyo a los programas de sala de emergencias, cirugía de emergencia y nutrición pediátrica.
 
Goma: gestionamos un programa de VIH que brinda apoyo a cuatro centros médicos (incluyendo el acceso a tratamiento antirretroviral).
 

Situación actual

 
En tres provincias, Ituri, Kivu del Norte y Kivu del Sur, 29 zonas de salud reportaron casos de Ébola, 28 de ellas en Ituri y Kivu del Norte. En los últimos 21 días, sólo Beni registró un caso, haciéndola la única zona de transmisión activa. Al 6 de marzo de 2020, Mabalako no ha registrado nuevos casos durante 37 días; además de Mabalako y Beni, todas las zonas previamente activas pasaron el lapso de 42 días sin casos registrados, el doble de periodo de incubación de la enfermedad. 
 
También al 6 de marzo de 2020, no se han registrado casos durante los últimos 18 días consecutivos. El brote se declarará como finalizado si no se registran casos durante 42 días consecutivos a lo largo de todas las zonas sanitarias. 
 
Contamos con nuevas herramientas y mejoras para la gestión médica de esta epidemia, en comparación con las epidemias de Ébola anteriores, como nuevos tratamientos de desarrollo; una vacuna que ha dado señales de ser efectiva; los centros de tratamiento de Ébola ahora son más abiertos y accesibles para las familias de los pacientes; y se brinda un mayor nivel de atención de apoyo.
 
Sin embargo, hay una tasa de letalidad del 66% en el brote actual. Durante el pico del brote, muchas personas murieron durante sus comunidades, tanto en sus hogares como en centros de atención médica, y casi la mitad de los nuevos casos confirmados no se pudieron relacionar a un contacto existente con Ébola.
 
 

Desconfianza de la comunidad y ataques hacia quienes responden a la emergencia

 
La respuesta al brote ha estado marcada por la desconfianza de la comunidad. Esto se debe a una historia complicada y a diversas razones, pero en parte se debe a un resentimiento de parte de la comunidad hacia la atención que atrae el Ébola, cuando muchas otras enfermedades siguen cobrándose vidas, como el severo brote de sarampión; y a las objeciones e ira de la comunidad sobre la presencia de la seguridad que rodean a la respuesta al Ébola. Esta falta de confianza ha llevado a ataques, incluyendo a nuestro Centros de Tratamiento del Ébola (ETC) en Katwa y Butembo en febrero de 2019, ataques que nos llevaron a retirarnos de la gestión de estos centros.
 
La desconfianza y los violentos ataques contra la respuesta al Ébola no muestran señales de disminuir; a principios de noviembre, un locutor de radio, Papy Mumnere Mahamba, fue asesinado en Lwenba, en la provincial de Ituri, supuestamente por su involucramiento en la respuesta. En 2019, se registraron más de 300 ataques a los trabajadores sanitarios de la respuesta al Ébola, mismos que dejaron seis muertos 70 heridos.
 
Los altos niveles de inseguridad continúan obstaculizando los esfuerzos para controlar la epidemia y tienen un impacto negativo en su evolución: la violencia desalienta aún más a las personas de buscar atención en los centros de tratamiento de Ébola, lo que resulta en una mayor probabilidad de que el virus se propague por el sistema de salud. Una nueva ofensiva de las fuerzas nacionales de seguridad contra los grupos armados comenzó a finales de octubre de 2019 en el área que rodea Beni, y ha continuado a lo largo de Kivu Norte. 
 
La intensificación de las operaciones militares, y los ataques violentos de los grupos armados, han llevado a movimientos de personas desplazadas que intentan huir de la inseguridad (potencialmente haciendo de la vigilancia y rastreo de contactos algo aún más difícil), y a protestas en contra del ejército y la ONU, e incluso contra algunos trabajadores sanitarios de la respuesta al Ébola. 
 
Una serie de ataques sobre los involucrados en la respuesta al Ébola, algunos asesinados, y sobre las infraestructuras en Biakato, en la provincial de Ituri a finales de noviembre y principios de diciembre de 2019, nos llevaron a tomar la difícil decisión de retirar temporalmente a nuestro equipo antes de retirarnos completamente hacia finales del año debido a la presencia militar y de seguridad armada en los centros de salud, que viola los principios de MSF.
 

Ébola en Uganda 

 
El 11 de junio, el Ministerio de Salud de Uganda y la OMS confirmaron que tres personas de la misma familia dieron positivo al Ébola en el distrito de Kasese, en el oeste de Uganda, que limita con la RDC. La familia había viajado a través de la frontera hacia Uganda desde la RDC. Fueron los primeros casos transfronterizos en el brote actual. Lamentablemente, dos de las personas murieron, mientras que la tercera y otros dos miembros de la familia, que mostraban síntomas compatibles con los de la enfermedad, fueron repatriados a la República Democrática del Congo.
 
Después de varias semanas sin casos registrados, el ministerio de Salud de Uganda anunció el 29 de agosto un nuevo caso registrado en el país. Una niña que había viajado desde la RDC con su familia fue diagnosticada con Ébola y admitida a un tratamiento en el centro, desafortunadamente murió. Uganda no ha registrado más casos.
 
 

La respuesta al brote actual 

 
El Ministerio de Salud de la RDC está liderando la respuesta al brote con el apoyo de la OMS. En MSF creemos que las actividades relacionadas con el Ébola deberían ser integradas en el sistema de salud existente, para mejorar la proximidad de los servicios en la comunidad y asegurar que el sistema permanezca funcional durante el brote. Nuestro objetivo es hacer esto con todos nuestras actividades relacionadas con el Ébola siempre que sea posible. Esto ayudaría a identificar oportunamente los casos sospechosos y podría alentar a las personas a buscar ayuda tempranamente en los puestos de salud, clínicas y hospitales en los que confían y conocen.
 

La respuesta de MSF 

 
MSF está involucrada en la respuesta al brote desde que se declaró la epidemia el 1 de agosto de 2018, trabajando con el Ministerio de Salud. Apoyamos la respuesta al Ébola por medio de atención a pacientes en dos centros de tratamiento de Ébola en Bunia y Goma en colaboración con el Ministerio de Salud. Dos centros adicionales, en Bunia y las minas de Biakato, fueron traspasados al Ministerio de Salud en diciembre de 2019 y unos cuantos proyectos más han cerrado.
 
Seguimos brindando atención a casos sospechosos, y gestionamos Centros de Tránsito descentralizados para pacientes con casos sospechosos de Ébola; y además estamos apoyando a las estructuras sanitarias existentes para que incluyan el tratamiento de enfermedades comunes, y para mejorar la situaciones de agua y saneamiento; construyendo unidades de tránsito dentro de las instalaciones existentes e implementando y  fortaleciendo las actividades de triaje y prevención y control de infecciones (IPC).
 
Además, nuestros equipos están reforzando la promoción de la salud y el acercamiento con la comunidad en las áreas en las que estamos trabajando. También trabajamos para fortalecer el sistema de vigilancia de enfermedades en las áreas donde contamos con proyectos regulares, incluyendo Goma.
 
Actualmente, en MSF gestionamos las siguientes actividades en las provincias de Kivu Norte e Ituri.
 

Goma – Provincia de Kivu Norte

 
  • MSF ha estado proporcionando atención médica a casos sospechosos y confirmados en el ETC de 20 camas en Munigi, a las afueras de Goma. Casi 100 pacientes con casos sospechosos fueron admitidos a principios de 2020, pero actualmente no hay pacientes en el centro.
  • Estamos apoyando la preparación ante emergencias con el reforzamiento del sistema de vigilancia y asegurando que haya una capacidad adecuada para aislar casos sospechosos.
  • Estamos vacunando a los participantes que han aceptado ser parte de un ensayo clínico de una segunda vacuna en investigación, Ad26.ZEBOV/MVA-BN-Filo de la farmacéutica Johnson&Johnson.
  • Realizamos actividades de promoción de la salud y alcance comunitario en Goma y los alrededores.
  • Brindamos atención médica primaria gratuita para las necesidades no relacionadas con el Ébola, incluyendo el tratamiento de la malaria, la diarrea y las infecciones de las vías respiratorias y urinarias. 
 

Beni y alrededores – provincia de Kivu Norte

 
  • Los equipos están haciéndose cargo de la gestión de un ETC de 20 camas en Beni; y de la gestión y triaje de los casos sospechosos en tres centros de salud. 
  • Actividades de control y prevención alrededor de Lubero y Beni. 
  • Estamos brindando atención médica a los casos sospechosos mientras éstos están en aislamiento, a la espera de los resultados. 
  • Los equipos de MSF están involucrándose en actividades comunitarias y de promoción de la salud. 
  • MSF está apoyando el acceso a atención médica no relacionada con el Ébola, de forma gratuita, en varios hospitales y centros de salud a lo largo de Lubero y Beni.

Mambasa – Provincia de Ituri

 
  • Apoyamos 3 instalaciones médicas, incluyendo el acceso a atención primaria y secundaria.
  • Realizamos actividades de promoción de la salud en la comunidad.
  • Gestionamos centros de atención primaria y unidades de tránsito en Binase y Salama.
  • Gestionamos el sistema de vigilancia en la zona sanitaria de Binase. 
  • Implementamos actividades de prevención y control de infecciones en la comunidad y apoyamos la prevención de infecciones en 10 centros de salud. 
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