El desplazamiento masivo en el norte de Cisjordania afecta dramáticamente a los palestinos

Israel debe detener inmediatamente el desplazamiento forzoso de palestinos en Cisjordania.

Un equipo de Médicos Sin Fronteras brindando atención en el norte de Cisjordania.
Los equipos móviles de MSF brindan atención médica básica a refugiados palestinos forzosamente desplazados en Yenín (Jenin). © Oday Alshobaki/MSF

Desde Médicos Sin Fronteras (MSF) advertimos que decenas de miles de personas desplazadas en el norte de Cisjordania carecen de alojamiento adecuado, servicios esenciales y acceso a la atención médica. Tras el alto al fuego de enero de 2025 en Gaza, Israel lanzó la operación militar “Muro de hierro” en la Cisjordania ocupada, desplazando por la fuerza a miles de personas y dejándolas en una situación extremadamente precaria. Israel debe detener inmediatamente el desplazamiento forzoso de palestinos en Cisjordania y la respuesta humanitaria debe ampliarse y llegar a quienes la necesitan.

“Esta escala de desplazamiento forzado y destrucción de los campos no se había visto en décadas. Las personas no pueden volver a sus casas porque las fuerzas israelíes han bloqueado el acceso a los campos, destruyendo viviendas e infraestructuras. Los campos se han convertido en ruinas y polvo”, explica Brice de la Vingne, director de operaciones de MSF. “Israel debe poner fin a esta situación, y la respuesta humanitaria debe ampliarse”.

Desde que estalló la guerra en Gaza en octubre de 2023, las fuerzas israelíes han incrementado el uso de la violencia física extrema contra los palestinos en la Cisjordania ocupada, como pusimos de relieve en nuestro informe “Infligir daño y negar atención”.

En total, 930 palestinos han sido asesinados, entre ellos 187 niños, según la Organización Mundial de la Salud. El acceso a la atención médica se ha visto gravemente obstaculizado, como confirman los equipos de MSF sobre el terreno, que han sido testigos del patrón sistemático de opresión de Israel sobre el personal sanitario y los pacientes. La situación se ha deteriorado aún más desde el alto al fuego en Gaza y la operación israelí “Muro de hierro”, que ha vaciado los tres principales campos de personas refugiadas de Yenín (Jenin), Tulkarem y Nur Shams, en el norte de Cisjordania, desplazando por la fuerza a más de 40,000 palestinos, según la OCHA.

“El ejército [israelí] asaltó nuestra casa y nos ordenó evacuarla. No nos permitieron llevarnos nada, ni siquiera la documentación. Lo único que recibimos fue la alerta: ‘Fuera’”, explica Issam, de 55 años, paciente de MSF desplazado del campo de Nur Shams. “El desplazamiento es sufrimiento, una angustia silenciosa, un profundo dolor en el corazón para todos. Ves las lágrimas en los ojos de la gente, pero las contenemos”.

La situación de salud mental es alarmante, con muchos pacientes que sufren estrés, ansiedad y depresión debido a la naturaleza violenta e impredecible de las incursiones y los desplazamientos. “La gente no sabe qué ha pasado con sus casas y ha sufrido pérdidas inmensas, incluyendo su sentido de la vida”, dice Mohammad, de 30 años, educador de salud comunitaria de MSF.

“Los drones sobrevolaban las casas, ordenando a los residentes que salieran. Siempre destruyen cosas, pero nunca había ocurrido nada parecido”, explica Abdel, residente del campo de Yenín.

Anteriormente, MSF ofrecíamos apoyo en los tres campos, pero tuvimos que adaptar sus actividades dados los riesgos de seguridad y el desplazamiento de las poblaciones. Los equipos de MSF gestionan ahora clínicas móviles diarias en Tulkarem y Yenín para prestar atención médica a las personas desplazadas.

Nuestros equipos tratan enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión, que han empeorado por la falta de acceso a medicación; infecciones respiratorias y trastornos osteomusculares, entre otros. También distribuyen kits de higiene y paquetes de alimentos para ayudar a quienes se vieron obligados a abandonar sus hogares sin recursos ni pertenencias. Adicionalmente, suministramos agua al Hospital Khalil Suleiman, el principal de Yenín, para paliar los frecuentes cortes de suministro debidos a los daños causados por las operaciones militares.

Médicos Sin Fronteras seguimos respondiendo a las necesidades urgentes, pero la magnitud de los desplazamientos y la escalada de la crisis humanitaria en medio de la inadecuada respuesta internacional suponen un inmenso reto, y las necesidades en Cisjordania no hacen más que empeorar.

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