“El personal de salud congoleño ha demostrado un compromiso increíble para luchar contra el Ébola”

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Miriam Alía, experta en vacunación de MSF, acaba de regresar de la provincia de Ecuador, en la República Democrática del Congo (RDC). Miriam trabajó como referente médico en el área de Itipo, el epicentro del reciente brote de Ébola. Explica cómo MSF participó en la vacunación en anillo contra la enfermedad y cuenta su experiencia personal trabajando con trabajadores de la salud congoleses.

Miriam Alía, experta en vacunación de MSF, acaba de regresar de la provincia de Ecuador, en la República Democrática del Congo (RDC). Miriam trabajó como referente médico en el área de Itipo, el epicentro del reciente brote de Ébola. Explica cómo MSF participó en la vacunación en anillo contra la enfermedad y cuenta su experiencia personal trabajando con trabajadores de la salud congoleses.

 

"Durante tres semanas formé parte del equipo médico de MSF que respondía a la epidemia de Ébola en Itipo, una zona remota al sur de la ciudad de Mbandaka, en la República Democrática del Congo, donde varias personas dieron positivo de Ébola. Además de atender a los pacientes en los centros de tratamiento que habíamos establecido en colaboración con el Ministerio de Salud, implementamos los otros “pilares”' de una respuesta al Ébola. Por ejemplo, estábamos encontrando personas que habían estado en contacto con pacientes con Ébola -contactos de pacientes- e informando a las comunidades sobre la enfermedad y cómo prevenir la infección.

 

Un componente clave de la respuesta es asegurarse de que el sistema de salud continúe funcionando adecuadamente durante el brote. Eso significa que los sanitarios están protegidos y saben cómo identificar los casos sospechosos. Si esto es así, es posible reducir la velocidad y finalmente detener la propagación de la enfermedad y evitar la mortalidad relacionada con otras afecciones médicas como la malaria. A menudo, el personal de salud puede tener miedo de tratar pacientes debido al riesgo de infección por el Ébola.

 

Este año en la República Democrática del Congo hemos contado con una herramienta adicional contra el Ébola: una vacuna en estudio. En Itipo, MSF, en asociación con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Ministerio de Salud congoleño, se encargó de vacunar a los más expuestos a contraer el virus. Esto incluía no solo los contactos de casos confirmados de Ébola y los contactos de estos contactos, sino también aquellos en primera línea en la lucha contra el Ébola: trabajadores de la salud, médicos tradicionales, líderes religiosos locales y taxistas de motos. Tristemente, la infección de los sanitarios es algo que vemos en muchos brotes de Ébola, ya que obviamente están en mayor riesgo de contraer la enfermedad cuando las personas enfermas acuden en busca de ayuda. Por eso fue estupendo poder ofrecerles la vacuna y, a su vez, algo de protección.

 

Esta vacuna contra el Ébola ya se había utilizado en ensayos clínicos en África Occidental durante el brote 2014-2016. Pero esto fue en Sierra Leona y Conakri, la enorme capital de Guinea. En Itipo este año, nos enfrentamos a otro tipo de desafío. El área que cubrimos estaba compuesta por ocho zonas de salud en los que había 46 centros y puesto de salud, muchos de ellos ubicados en aldeas remotas. Para llegar a ellos y vacunar al personal sanitario tuvimos que usar motos, canoas y algunas veces caminar varios kilómetros por el bosque.

 

 

La mayoría del personal al que vacunamos fueron enfermeros. Algunos de ellos trabajaban completamente solos en un puesto de salud remoto, otros trabajaban en grupos de tres o cuatro en un centro de salud más grande. No tuvimos que convencerlos para que se vacunaran. Tenían mucho miedo de la enfermedad y sabían muy bien que el enfermero jefe de Itipo acababa de morir de Ébola, junto con otras 20 personas en la zona.

Aunque confiamos en que la vacuna funciona y hemos visto datos muy prometedores de otros ensayos, debemos asegurarnos de explicarle al personal que deben seguir cuidando a los pacientes sospechosos de Ébola con todas las precauciones necesarias. Tenían que utilizar el material de protección que les proporcionamos y tener en cuenta que se necesitan de cinco a 10 días después de la vacunación para activar el sistema inmunitario y proporcionar protección contra el virus.

 

También los capacitamos sobre cómo implementar un sistema de triaje adecuado y detectar a los pacientes con sospecha de Ébola a la entrada de la clínica. Les explicamos que si detectaban un caso sospechoso, debían contactarnos y un equipo de ambulancias debidamente capacitado vendría a recoger al paciente de manera segura.

 

"La dedicación de estos trabajadores de la salud, que cuidan de sus comunidades con muy pocos recursos, es lo que más me impresionó durante mi tiempo en Itipo. Muestran un increíble nivel de compromiso con sus pacientes."

 

En particular recordaré a George, un enfermero de Itipo. Su esposa había sido diagnosticada con un caso confirmado de Ébola y trasladada a un centro de tratamiento en Bikoro, otra población donde MSF estaba ayudando al Ministerio de Salud a gestionar un centro de tratamiento del Ébola. Pero eligió quedarse en su aldea y prestar atención médica a la comunidad. También se ofreció voluntario para desinfectar las casas de pacientes sospechosos de estar infectados con Ébola. Durante los 21 días de seguimiento, al ser contactos de un caso confirmado de Ébola, su hijo se enfermó, lo que obviamente le preocupó mucho, pero afortunadamente el niño dio negativo. Un par de días después de que el niño diera negativo, la madre fue dada de alta después de superar la enfermedad. Todo terminó bien para este hombre maravilloso. Más tarde, se unió a nuestro equipo como enfermero en el centro de tránsito de Ébola que dirigíamos en Itipo."

 

Es demasiado pronto para saber si la estrategia de vacunación ayudó a controlar este brote, pero parece que ninguna de las personas que recibieron la vacuna se enfermó de Ébola. Estos resultados positivos, y el hecho de que el brote ya casi ha terminado, son también las consecuencias de la implementación sólida de los seis pilares de la respuesta y la valentía de nuestros colegas congoleños que trabajan en aldeas remotas en el centro de la epidemia.

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