El reto de hacer frente a la COVID-19 en Irak

Bagdad ha sido la ciudad más afectada por la COVID-19, y por lo tanto, es aquí donde hemos centrado nuestros esfuerzos. Brindamos capacitación esencial sobre medidas de prevención y control de infecciones, y sobre gestión del triaje, así como apoyo en materia de salud mental para ayudar a las y los pacientes de COVID-19 y sus cuidadores a sobrellevar el impacto de la enfermedad.

“Cuando la COVID-19 llegó a Irak en marzo de 2020, rápidamente quedó claro que sería un gran reto para el sistema de salud”, explica el Dr. Daniel Uche, jefe del equipo médico de emergencia de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Bagdad. “Las cifras comenzaron a aumentar rápidamente y el personal sanitario pronto se vio rebasado”.
 
Nuestros equipos ya habían trabajado extensamente en Irak, donde el sistema sanitario tenía dificultades para satisfacer las necesidades de las y los iraquíes después de décadas de guerra e inestabilidad. Entonces, cuando llegó la pandemia, tuvimos que reaccionar rápidamente para apoyar a quienes necesitaban atención. Casi dos años después del comienzo de la pandemia, el Hospital Al-Shifaa en la Ciudad Médica de Bagdad es el último de una serie de hospitales con los que hemos colaborado. 
 
Bagdad ha sido la ciudad más afectada por la COVID-19, y por lo tanto, es aquí donde hemos centrado nuestros esfuerzos. Brindamos capacitación esencial sobre medidas de prevención y control de infecciones, y sobre gestión del triaje, así como apoyo en materia de salud mental para ayudar a las y los pacientes de COVID-19 y sus cuidadores a sobrellevar el impacto de la enfermedad. 
 
 
Con las admisiones en las unidades de cuidados intensivos (UCI) aumentando a un ritmo acelerado, los hospitales se vieron saturados por la cantidad de casos graves. Nuestros equipos ampliaron el apoyo para incluir la atención directa de  pacientes en la UCI del Hospital Al-Kindi. 
 
Desde septiembre de 2020 hasta octubre de 2021, trabajamos allí en estrecha colaboración con la dirección del hospital y los proveedores de atención sanitaria para brindar atención vital, fisioterapia y atención mental a pacientes graves y en estado crítico a causa de la COVID-19. 
 
Comenzamos con una sala de 24 camas que luego se amplió a 36 y luego a 52 camas, ya que el número de pacientes fue aumentando con cada ola. En total, nuestros equipos atendieron a 934 pacientes con COVID-19 en estado crítico en el Hospital Al-Kindi y redujeron la mortalidad promedio de los casos graves en un 40%.
 
“Durante los picos, con frecuencia veíamos a algunos pacientes que necesitaban cuidados intensivos con urgencia, pero no podían acceder a ellos porque las camas de cuidados intensivos estaban llenas en todas partes”, comenta el Dr. Uche. “El personal sanitario tuvo que hacer un trabajo adicional para atender la gran afluencia de personas enfermas y ya estaban exhaustos”.
 
Para aumentar la capacidad de camas, a las autoridades sanitarias a veces no les quedó otra opción que convertir otras instalaciones sanitarias en centros de tratamiento de COVID-19. 
 
“Como resultado de ello, los servicios de atención médica regulares se tuvieron que interrumpir en muchas instalaciones de la ciudad, lo que a su vez afectó a otros pacientes con otras condiciones de salud”, dice el Dr. Uche.
 
El país ha experimentado tres olas de la enfermedad, cada una más grande que la anterior. Pero los retos han permanecido constantes.
 
“Uno de los grandes problemas a los que nos enfrentábamos con frecuencia era que la mayoría de las y los pacientes ingresados ​​en la UCI llegaban a nosotros en una etapa muy tardía y en estado crítico”, dice el Dr. Uche. “Intentaban en casa todo lo que estaba a su alcance y solo venían cuando ya no podían evitarlo. Así que tratábamos las complicaciones de las llegadas tardías además de la propia infección por COVID-19”. 
 
El número de contagios por COVID-19 en Irak ha comenzado a aumentar recientemente, y con alrededor del 15 por ciento de las personas completamente vacunadas y un escaso cumplimiento de las medidas de prevención de contagios, además de la reciente llegada de la variante ómicron del virus que se propaga rápidamente, Irak no está a salvo de los efectos de otra ola. 
 
El país también tiene un alto número de personas con enfermedades crónicas que se consideran factores de riesgo para una enfermedad grave por COVID-19, como hipertensión, diabetes y enfermedad pulmonar. Al tener todos estos factores, es claro que la preparación del sistema sanitarios es clave para responder eficazmente a cualquier aumento en las tasas de hospitalización, y ahí es donde hemos estado apoyando al Hospital Al-Shifaa de la Ciudad Médica de Bagdad.
 
 

Preparándose para una nueva ola

Cuando se declaró el final de la última ola de COVID-19 en Irak, nuestro equipo que brinda atención a casos de COVID-19 se trasladó las actividades a la Ciudad Médica de Bagdad para continuar brindando apoyo y preparación para cualquier aumento futuro de contagios.
 
“En la Ciudad Médica, actualmente atendemos a pacientes con COVID-19 graves o críticos en la unidad de cuidados intensivos, y aumentamos los niveles de preparación del personal sanitario mediante capacitación y  asesoramiento en el trabajo”, afirma el Dr. Uche. “Esperamos que no se produzca un aumento en la cantidad de casos, pero al mismo tiempo hacemos todo lo posible para estar preparados si eso sucede", concluye.
 
En otros lugares de Irak, nuestros equipos también gestionan una unidad de tratamiento y aislamiento de pacientes de seis camas para pacientes con COVID-19 de leve a moderado en el Hospital General Sinuni en Sinjar. Apoyamos al Hospital General de Tel Afar con capacitación esencial en prevención y control de infecciones, y preparación para atender a pacientes graves y críticos con COVID-19 si el número empieza a aumentar.
 
 
 
MSF también ha apoyado a los centros de salud en la respuesta a la pandemia en las gobernaciones de Ninewa, Erbil, Kirkuk y Duhok, principalmente proporcionando capacitación y suministros esenciales para fortalecer las medidas de prevención y control de infecciones en los hospitales. Entre marzo y diciembre de 2020, transformamos temporalmente nuestro hospital quirúrgico de 62 camas en el este de Mosul para convertirlo en un centro de aislamiento y tratamiento para pacientes sospechosos y pacientes con COVID-19  de leve a moderado. Entre noviembre de 2020 y abril de 2021, operamos una unidad de cuidados intensivos de COVID-19 en el Hospital Al-Salam en el este de Mosul. 
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