El reto de llegar a las comunidades más aisladas en Filipinas

Las consecuencias del tifón Haiyan han sido devastadoras en las islas filipinas de Leyte, Samar y Panay, pero la situación humanitaria de la población en las zonas más rurales y aisladas no es demasiado conocida. Dar asistencia a estas comunidades es una prioridad para Médicos Sin Fronteras (MSF).

Las consecuencias del tifón Haiyan han sido devastadoras en las islas filipinas de Leyte, Samar y Panay, pero la situación humanitaria de la población en las zonas más rurales y aisladas no es demasiado conocida. Dar asistencia a estas comunidades es una prioridad para Médicos Sin Fronteras (MSF).

Los equipos médicos de MSF están usando barcos y conduciendo hasta la falda de cadenas montañosas para llegar a la población sacudida por la catástrofe. La distribución de artículos de primera necesidad y las clínicas móviles han sido una parte fundamental de la estrategia para asistir a las comunidades más remotas.

“Las infraestructuras y las comunicaciones se han visto seriamente dañadas, así que la idea es suministrar a estas familias kits básicos de ayuda para que sobrevivan y tengan una mejor calidad de vida”, dice Manfred Murillo, logista de MSF.

Hasta ahora, más de 15.000 kits de ayuda y 4.700 tiendas de campaña han sido distribuidas. Los equipos están diseminados en diferentes zonas intentando responder a la catástrofe desencadenada por el tifón. En Leyte, tanto las clínicas móviles como el apoyo a los centros de salud son vitales para intentar cubrir las necesidades médicas y humanitarias.

“En muchos sitios, como Liberty y Capoocan, encontramos gente que no había tenido ningún tipo de ayuda entre diez y veinte días después del tifón”, cuenta Karla Bil, coordinadora médica de MSF, quien añade: “Nadie se había detenido allí antes. Vimos a gente con heridas graves”.

Pese a que buena parte de la franja costera de Leyte ha resultado devastada, algunas zonas del interior también se han visto afectadas, como las localidades alrededor de Burauen, y ha resultado difícil llegar a alguna de estas comunidades.

“Instalamos un hospital de campaña en Burauen con el objetivo de que el principal hospital del distrito pueda recibir pacientes como antes del tifón”, explica Federica Nogarotto, coordinadora de MSF en la zona. “Además, MSF está apoyando a los centros de salud en las localidades de alrededor con agua, medicamentos y recursos humanos para que la gente pueda pasar consultas médicas”, añade. Más de 3.300 tiendas de campaña y 3.100 kits de higiene y cocina han sido distribuidos en estas zonas aisladas, que están entre las más afectadas por la catástrofe.

En la isla de Samar, dos equipos médicos llevan a cabo clínicas móviles. Uno de ellos lo hace en barco. Los equipos han distribuido 1.480 tiendas y 4.800 kits de higiene y cocina a la población cuyas casas fueron destruidas por el paso del tifón. Los especialistas de agua y saneamiento están abasteciendo de agua potable a 20.000 personas

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