En Burkina Faso hay miles de personas desplazadas en Dédougou tras una escalada de violencia

Centro de salud de Dedougou, Burkina Faso, MSF
Centro de salud de Dedougou, Burkina Faso. © Adama Gnanou / MSF

La ciudad de Douroula, a unos 20 km de Dédougou, fue atacada por hombres armados en la noche del 7 al 8 de julio y, como muchos de sus vecinos, Habi huyó esa noche con su familia, con el estómago hecho un nudo por el miedo, para conseguir llevar a sus niños a un lugar seguro.  

“Llegamos a Dédougou sin nada: sin dinero, sin comida. Todo quedó en Douroula, incluso nuestras bicicletas”, dice Habi (cuyo nombre de pila fue cambiado) desde un centro de salud que Médicos Sin Fronteras apoyamos en la capital de la región del Boucle du Mouhoun en el oeste de Burkina Faso. 

Se unió a unas 6,700 personas que se han refugiado en Dédougou tras los ataques, que se intensificaron a lo largo de julio, en esta región considerada hasta entonces como la menos afectada por el conflicto y sus las consecuencias más violentas, en comparación con la situación en el este y norte del país, el epicentro de la crisis que azota a Burkina Faso desde 2015.  

Bourasso, Souma, Douroula, Sa…son varias las localidades de la región de Boucle du Mouhoun que vieron huir a gran parte de sus habitantes el mes pasado por la presión de los grupos armados. Algunas personas sobrevivientes vieron morir a sus seres queridos y denunciaron hechos extremadamente violentos. 

“El miedo y la conmoción siguen muy presentes, lo que explica por qué las personas no regresan a sus aldeas, a pesar de sus difíciles condiciones de vida en la ciudad y el deseo de comenzar la temporada agrícola, de regresar a sus hogares y sus campos“, explica Bakary Ouedraogo, coordinador de proyectos de MSF.  

Médicos Sin Fronteras estamos presentes en la región de Boucle du Mouhoun desde enero de 2021 para brindar asistencia médica y humanitaria, en colaboración con las autoridades.  

A su llegada, Habi y su familia se alojaron en una escuela y luego se trasladaron a la casa de un pariente que vivía en Dédougou desde hacía mucho tiempo. Aunque es difícil convivir con tantas personas en dos cuartos pequeños, su principal preocupación es la comida.  

“Ya veremos el tema del alojamiento cuando tengamos los estómagos llenos. Recibimos tres bolsas de cereales y ahora solo nos queda una. Somos más de treinta personas, apoyadas por un jefe de familia”, cuenta Habi. “¿Cómo vamos a alimentar a nuestros hijos? Con el estómago vacío no podemos dormir”, concluye.  

Preocupada, Habi trata de ayudar a su familia y recaudar algo de dinero lavando ropa, pero desde hace unos días se siente demasiado débil como para realizar este trabajo. Sufre de artrosis desde hace años y tiene dificultad para caminar, así que acudió al centro de salud para conseguir tratamiento para la malaria.  

Desde junio de 2022 los equipos de MSF, en colaboración con el Ministerio de Salud, brindan atención médica primaria y apoyo psicosocial de forma gratuita en el centro de salud del sector 3 de Dédougou.  

“Hemos realizado más de 5,000 consultas, en su mayoría para pacientes que recientemente tuvieron que huir de sus hogares. Mientras que la temporada de malaria comienza de lleno, también trabajamos con el Ministerio de Salud para fortalecer la atención de niños, niñas y personas adultas afectadas por las formas graves de la enfermedad, con la apertura de 40 camas para pacientes hospitalizados en el centro médico urbano de Dédougou”, dice Bakary Ouedraogo.  

Nuestros equipos también contribuyen a la atención de pacientes que necesitan derivaciones al hospital regional; donde alrededor de una veintena de pacientes, y una decena de personas heridas, se han beneficiado de este apoyo. Además, un asesor de salud mental también ayuda a las personas a atravesar estos momentos difíciles por medio sesiones grupales y consultas individuales.  

 

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