En MSF luchamos contra la desnutrición en Afganistán

A menudo, las salas de hospitalización por desnutrición están tan abarrotadas que dos bebés y sus madres deben compartir una cama, una situación que dista mucho de ser ideal para ellos y desde el punto de vista médico.

Mujeres sentadas en la sala de espera fuera del Centro de Alimentación Terapéutica Ambulatoria de MSF donde atendemos a niños y niñas con desnutrición. Kandahar, Afganistán.
Mujeres sentadas en la sala de espera fuera del Centro de Alimentación Terapéutica Ambulatoria de MSF en Kandahar, Afganistán. © Tasal Khogyani/MSF

El centro de alimentación terapéutica para pacientes hospitalizados (ITFC) en Herat, Afganistán, está abarrotado, y las habitaciones son pequeñas para el número de camas que albergan a niños y niñas con desnutrición y a las personas que les cuidan.

Un bebé yace con sus ojos cerrados, su cobija de lana es un derroche de rojos, rosas y verdes. En su nariz, una tira adhesiva mantiene en su lugar unos tubos que llegan hasta sus pequeñas fosas nasales, alimentándolo con una fórmula de leche que debería ayudarlo a recuperar sus fuerzas.

Su mamá lo observa detenidamente desde una silla cercana. En la misma sala, otras mujeres hablan y ríen, con sus bebés acostados en las camas que se encuentran frente a ellas.

Más al sur, en Helmand, existen escenas similares en el hospital Boost. Durante el ingreso, una enfermera desliza el brazalete de medición de la circunferencia de la parte media y superior del brazo (MUAC) sobre el brazo pequeño de Nazifa y aprieta el plástico con fuerza. Señala firmemente números rojos, indicando desnutrición. Luego la medirán y pesarán antes de ingresar para permanecer un par de semanas para estabilizar su peso y tratar su diarrea.

Una enfermera de MSF mide el brazo de un bebé con una cinta de circunferencia de la parte media superior del brazo (MUAC).
Las cintas MUAC se utilizan para ayudar a identificar la desnutrición en niños y niñas. Afganistán, 2022. © Tasal Khogyani/MSF

 

La importancia de la alimentación para las madres y sus bebés

Los padres y madres hablan del desafío de alimentar a su familia por falta de dinero y por falta de alimento, pero junto a eso están las consecuencias de una alimentación o nutrición inadecuadas para las madres que amamantan y el efecto que causa esto sobre sus bebés. Algunas madres no son capaces de producir suficiente leche.

Una madre cuenta que cuando su bebé nació, estaba sano. Sin embargo, ella no tenía leche materna y comenzaron a alimentarlo con formula infantil, pero eso lo enfermó. Las madres, a su vez, pueden verse inscritas en atención ambulatoria contra la desnutrición, por ejemplo, en Kamdahar y Herat.

“Hemos venido desde Kamari, en la provincia de Badghis, es un viaje de cuatro horas”, explica Fátima*, que ha traído a su hijo a Herat para recibir tratamiento por desnutrición y varicela. Anteriormente habían buscado ayuda en una clínica más cercana a su casa, pero no pudieron encontrar la ayuda que necesitaban.

Los hospitales y clínicas que Médicos Sin Fronteras (MSF) tenemos, así como los hospitales del Ministerio de Salud Pública que apoyamos, reciben pacientes que viajan largas distancias porque tienen dificultades para acceder a atención médica de calidad cerca de casa. La terrible situación económica en Afganistán hace que la mayoría de las personas que antes podrían haber accedido a clínicas privadas ahora dependan de centros de salud respaldados por organizaciones internacionales.

 

Una madre y su bebé en el Centro de Alimentación Terapeútica de MSF en el Hospital de Herat, Afganistán
Atención pediátrica a niños y niñas con desnutrición, en Hospital de Herat, Afganistán. © Mahab Azizi

 

Los problemas económicos exacerban la desnutrición

Roya, una madre cuyo hijo ha estado en el hospital durante las últimas dos semanas, dice que en su aldea casi todos los niños y niñas sufren desnutrición debido a la situación económica. “No tienen dinero, así sean 50 o 100 afganis afganos ($25.20 pesos mexicanos, o $1.40 dólares) para pagar el taxi y traer a sus hijos aquí para recibir el tratamiento médico”.

Sentadas afuera en bancos en Kandahar y con el sol reflejándose en la grava gris, las madres esperan pacientemente con sus hijos en el regazo y los documentos médicos fuertemente agarrados en sus manos. A cierta distancia, en un área separada, se sientan los padres, hermanos y tíos.

Desde aquí, las y los pequeños pacientes, sus madres, sus padres o tutores, serán llamados a una oficina contenedora para su evaluación. Si los menores tienen desnutrición grave sin complicaciones médicas, se les inscribirá en atención ambulatoria y se les proporcionarán alimentos terapéuticos listos para usar. Estos alimentos se los llevarán a casa antes de regresar la semana siguiente para un chequeo. Esto continuará por un periodo de seis a ocho semanas, hasta que se recuperen.

Khaista Gul y su nieto Mustafa de 2 años, quien tiene desnutrición, durante una consulta en el Centro de Alimentación Terapéutica Ambulatoria de MSF en Kandahar, Afganistán.
Khaista Gul y su nieto Mustafa durante una consulta en el Centro de Alimentación Terapéutica Ambulatoria de MSF en Kandahar, Afganistán. © mTasal Khogyani/MSF

 

La desnutrición aumentó en 2024

A lo largo de 2023, las instalaciones administradas y apoyadas por MSF en Herat, Lashkar Gah y Kandahar admitieron a un total de más de 10,400 niños de hasta cinco años. Entre enero y abril de 2024 admitieron a 2,416 pacientes, lo que ya representa un aumento del 5% en comparación con el mismo periodo del año anterior. Nuestros equipos en Herat y Kandahar recibieron a más de 6,900 niños en centros ambulatorios de alimentación terapéutica (ATFC) en 2023.

En Herat, muchos de los pacientes que atendemos tienen menos de un año, esto indica problemas con la lactancia materna y la alimentación complementaria (introducir alimentos nutritivos además de la leche materna). Algo en lo que estamos trabajando en nuestras actividades de promoción de la salud con las madres y sus familias. Aline Plener, coordinadora médica de MSF en Afganistán.

“Las niñas y niños menores de seis meses también suelen ser demasiado pequeños para ingresar en muchos de los programas de nutrición, por lo que es más difícil para las familias brindarles la atención que necesitan cuando presentan desnutrición, y sin una ampliación de los criterios de admisión esto seguirá siendo así”, concluye Plener.

Personal de MSF prepara leche terapeúticapara niños y niñas con desnutrición ingresados en elHospital de Herat, Afganistán.
Atención pediátrica a niños y niñas con desnutrición, en Hospital de Herat, Afganistán. © Mahab Azizi

 

A menudo, las salas de hospitalización por desnutrición en Afganistán, están tan abarrotadas que dos bebés y sus madres deben compartir la misma cama, una situación que dista mucho de ser ideal para ellos y desde el punto de vista médico.

Algunos son atendidos por Médicos Sin Fronteras, regresan a casa y vuelven semanas después – sin que sea posible abordar las causas de su desnutrición. Para quienes padecen enfermedades congénitas, esto se debe a que la atención hospitalaria especializada necesaria es difícil de encontrar, a menudo se encuentra lejos de casa y es costosa. Sin embargo, a algunas madres como Roya se les ofrece un alivio temporal.

La salud de mi hija ha mejorado completamente y se está recuperando. Estamos en una etapa en la que podemos regresar a casa.

 

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