Etiopía: Pocas opciones para acceder a la atención médica en Tigray

TIGRAY | Selekleka Hospital

Los centros de salud en la región de Tigray, en Etiopía, han sido saqueados, vandalizados y destruídos en un ataque deliberado y generado contra la atención sanitaria, según los equipos de la organización médica internacional Médicos Sin Fronteras (MSF)

Los centros de salud en la región de Tigray, en Etiopía, han sido saqueados, vandalizados y destruidos en un ataque deliberado y generalizado contra la atención sanitaria, según los equipos de Médicos Sin Fronteras (MSF).
 
De los 106 centros de salud visitados por los equipos de MSF entre mediados de diciembre y principios de marzo, alrededor del 70% habían sido saqueados y más del 30% sufrieron daños; sólo el 13% funcionaba con normalidad.  
 
De acuerdo con los equipos de MSF, en algunos centros de salud de Tigray continúan los saqueos. Aunque algunos de estos pueden haber sido oportunistas, la mayoría parecen haber sido vandalizados intencionalmente para dejarlos fuera de funcionamiento. En muchos otros, como en Debre Abay y May Kuhli localizados al noroeste de Tigray, se encontraron equipos destruidos, así como puertas, ventanas, medicamentos y expedientes de pacientes totalmente destruidos esparcidos por el suelo.
 
En el Hospital de Adwa, en el centro de Tigray, los equipos médicos, incluidos  ecógrafos y monitores, de igual manera fueron destruidos a propósito. En la misma región pero en la clínica de Semema, tiene registros de ser saqueada dos veces por soldados antes de ser incendiado, mientras que en el centro médico de Sebeya, fue alcanzado por cohetes, destruyendo la sala de partos. 
 

Hospitales ocupados por soldados

Uno de cada cinco centros de salud visitados por equipos de MSF estaba ocupado por soldados. En algunos casos de forma temporal, en otros, la ocupación armada continúa. En Mugulat, al este de Tigray, los soldados eritreos siguen utilizando estos espacios como base. El Hospital de Abiy Addi, en el centro de Tigray, suele atender a una población de medio millón de personas, sin embargo, estuvo ocupado por las fuerzas etíopes hasta principios de marzo. 
 
“El ejército utilizaba el hospital Abiy Addi como base militar y para atender a sus soldados heridos”, explica la coordinadora de emergencias de MSF, Kate Nolan. “Durante ese tiempo no había acceso para la población en general. Tenían que acudir al centro de salud de la ciudad, que no estaba equipado para prestar atención médica secundaria: no pueden hacer transfusiones de sangre, por ejemplo, ni tratar heridas de bala”.  
 

Ambulancias incautadas

Pocos centros médicos de Tigray disponen actualmente de ambulancias, ya que la mayoría han sido tomadas por los grupos armados. En la ciudad de Adigrat y sus alrededores al este de Tigray, unas 20 ambulancias fueron tomadas del hospital y de los centros de salud cercanos. Más tarde, los equipos de MSF vieron cómo algunos de estos vehículos eran utilizados por los soldados cerca de la frontera con Eritrea, para transportar mercancías. En consecuencia, el sistema de traslado de pacientes en Tigray es casi inexistente. Las personas que requieren cuidado médico recorren largas distancias, a veces caminando durante días, para llegar a los servicios sanitarios esenciales. 
 
En muchos centros de salud queda poco o nada personal. Algunos han huido por miedo; otros ya no acuden a trabajar porque que llevan meses sin cobrar.
 

Impacto devastador en la población

“Los ataques a las instalaciones médicas de Tigray están teniendo un impacto devastador en la población”, afirma el director general de MSF, Oliver Behn. “Las instituciones de salud y el personal médico deben estar protegidos durante un conflicto, de acuerdo con el derecho internacional humanitario. Está claro que esto no está ocurriendo en Tigray”. 
 
Antes de que comenzara el conflicto en Noviembre de 2020, Tigray tenía uno de los mejores sistemas de sanitarios de Etiopía, con puestos de salud en aldeas, clínicas y hospitales en las ciudades con un sistema de transporte que funcionaba con ambulancias que trasladaban a los pacientes enfermos al hospital. Ahora, este sistema de salud se ha derrumbado casi por completo.  
 
 
 
 
 
 
El personal de MSF que lleva clínicas móviles hacia las zonas rurales de Tigray tiene noticias de mujeres que han muerto al dar a luz por no poder llegar a un hospital debido a la falta de ambulancias, la inseguridad desmedida en las carreteras y el toque de queda nocturno. Por lo tanto, muchas mujeres dan a luz en condiciones antihigiénicas en los campos informales de desplazados. 
 
En los últimos cuatro meses, pocas mujeres embarazadas han recibido atención prenatal o postnatal, y los niños y niñas no han sido vacunados, lo que aumenta el riesgo de futuros brotes de enfermedades infecciosas. Las y los pacientes con enfermedades crónicas como la diabetes, hipertensión y VIH, así como los pacientes psiquiátricos, se quedan sin los medicamentos que les salvan la vida.  Las personas sobrevivientes de violencia sexual a menudo no pueden recibir atención médica y psicológica.  
 
“El sistema de salud debe reestablecerse lo antes posible”, dice Behn. “Los centros de salud deben ser rehabilitados y recibir más suministros y ambulancias, el personal debe recibir salarios junto con la oportunidad de trabajar en un entorno seguro. Y lo que es más importante, todos los grupos armados de este conflicto deben respetar y proteger las instalaciones sanitarias así como al personal médico”.
 
Los equipos de MSF están rehabilitando varios centros de salud de la región y proporcionándoles medicamentos junto con otros suministros médicos, además de prestar apoyo médico práctico en salas de urgencia, maternidad y los departamentos ambulatorios. Los grupos de MSF también dirigen clínicas móviles en pueblos y aldeas rurales donde el sistema de salud no funciona, asimismo en lugares informales donde se alojan los desplazados. No obstante, aún hay zonas rurales en Tigray a las que ni MSF, ni ninguna otra organización ha podido llegar; MSF sólo puede suponer que los habitantes de estas zonas, tampoco tienen acceso a la atención sanitaria.  
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