Filipinas: “Las necesidades médicas y de salud mental continúan después del tifón Rai”

Entre enero y marzo de 2022, Médicos Sin Fronteras (MSF) lanzó una intervención de emergencia en la isla-provincia de Dinagat y las islas periféricas de la ciudad de Surigao, en el sur de Filipinas, que se vieron gravemente afectadas por el impacto en diciembre del tifón Rai (conocido localmente como Odette). Durante dos meses, los equipos de MSF ayudaron a los hospitales locales y visitaron comunidades remotas para proporcionar asistencia médica y kits de higiene. El coordinador de emergencias, Regidor Esguerra, reflexiona sobre el trabajo realizado.

Entre enero y marzo de 2022, Médicos Sin Fronteras (MSF) lanzó una intervención de emergencia en la isla-provincia de Dinagat y las islas periféricas de la ciudad de Surigao, en el sur de Filipinas, que se vieron gravemente afectadas por el impacto en diciembre del tifón Rai (conocido localmente como Odette). Durante dos meses, los equipos de MSF ayudaron a los hospitales locales y visitaron comunidades remotas para proporcionar asistencia médica y kits de higiene. El coordinador de emergencias, Regidor Esguerra, reflexiona sobre el trabajo realizado.
 
Llegué a Dinagat un mes después del paso del tifón y en ese momento había aún grandes necesidades médico-humanitarias. El acceso a los servicios médicos básicos y artículos de ayuda era limitado. La prestación de servicios sanitarios se veía obstaculizada, además, por problemas logísticos y por los daños sufridos por las estructuras de salud.
 

Servicios médicos interrumpidos en comunidades costeras y del interior

Antes del tifón, muchos de los barangays (entidades administrativas) costeros e interiores de Dinagat y Surigao solo recibían la visita de un médico una vez al mes. Después del tifón, estas visitas se volvieron mucho más difíciles. Además de que estos barangays eran inaccesibles, el sistema de salud local se vio tocado: faltaba personal médico, había limitaciones logísticas para el traslado de medicamentos y suministros esenciales, y ciertos medicamentos comenzaban a escasear. Algunos lugares no habían sido visitados por ningún sanitario o solo habían recibido la visita de un equipo médico en una ocasión.
 
Nuestros equipos se centraron en estas áreas de difícil acceso. Aunque había transcurrido ya un mes desde el paso del tifón era evidente que la población necesitaba todavía atención médica, refugio y acceso a agua potable. Nos enfocamos en proporcionar servicios de atención médica básicos mediante consultas directas a través de clínicas móviles. También trabajamos en la prevención de brotes de enfermedades como la diarrea acuosa. 
 
En la isla de Siargao, trabajamos en dos municipios: Burgos y Santa Mónica. Allí donamos medicamentos para enfermedades no transmisibles y kits de aislamiento domiciliario para la COVID-19. También capacitamos en materia de salud mental y apoyo psicosocial al personal médico, funcionarios públicos, maestros, policías y voluntarios de la comunidad.
 
 
 

Más allá del plano médico: reconstrucción y apoyo en salud mental

Trabajamos estrechamente con dos hospitales de distrito a los que aportamos personal médico: un médico y una partera. Distribuimos más de 4,000 kits de higiene y artículos de ayuda no alimentarios entre las comunidades y donamos kits de aislamiento domiciliario para la COVID-19. Nuestros equipos distribuyeron kits de reparación a siete centros de salud locales que habían sufrido daños, así como al hospital del distrito de Dinagat. También distribuimos 1,000 kits de carpintería en ocho barangays para ayudar con la recuperación y la reconstrucción de viviendas.
 
A través de las clínicas móviles identificamos que muchas personas necesitaban apoyo en salud mental. Aunque proporcionamos este servicio, es necesario poner más énfasis en la continuación de estas actividades a nivel comunitario. Esto se puede hacer a través de la difusión de información sobre los servicios de primeros auxilios psicológicos y psicoeducación, y desarrollando la capacidad del personal médico local para proporcionarlos.
 

Cerrando el proyecto

Tras dos meses de intervención hemos terminado la respuesta de emergencia, pero aún queda trabajo por hacer. Cubrir las necesidades médicas urgentes de la comunidad fue importante para las los pacientes y también para el personal médico que había perdido sus hogares o necesitaba un respiro. MSF ayudó a reparar de manera temporal las estructuras de salud y eso permitió a los trabajadores de salud continuar ofreciendo servicios y programas médicos de rutina, como el programa nutricional y el de vacunación. Hemos observado que disminuye el número de personas que enferman y que la situación está bajo control. Las actividades y los servicios médicos locales han comenzado a recuperarse y están recibiendo apoyo de otras entidades.
 
El departamento de Sanidad de la región de Caraga abrió recientemente un hospital de campaña para cirugías en la isla de Dinagat, razón por la cual hemos dejado de hacer derivaciones de urgencias, ya que esta estructura estará en funcionamiento hasta julio. Nuestras actividades en la provincia de Dinagat han terminado, pero se puede hacer más en términos de refugio y de recuperación y reconstrucción de viviendas afectadas.
 
Las actividades de salud mental a nivel comunitario deben continuar, no solo para desarrollar la capacidad del personal sanitario a la hora de realizar sesiones de psicoeducación y primeros auxilios psicológicos ellos mismos, sino también creando un mecanismo para derivar a atención especializada a aquellas personas con trastornos mentales graves. Hay que prestar más atención a los niños, niñas y adolescentes con necesidades especiales.
 
Según el personal sanitario local, antes del tifón la cantidad de personas que buscaba servicios médicos en la comunidad era baja. Sin embargo, el desastre natural ha llevado a la población en Dinagat a cambiar esta tendencia y a ser más conscientes de los diversos servicios existentes. En ese sentido, continuar con labores de promoción de la salud podría sería muy importante.
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