Gaza: Abrimos un hospital en Deir Al Balah debido a la falta de alternativas para la población

© MSF

Tras las explosiones del 25 de agosto que tuvieron lugar a pocos metros de las instalaciones que Médicos Sin Fronteras tenemos, cientos de pacientes huyeron del hospital Al Aqsa, que actualmente está semi vacío.

Tras la orden de evacuación emitida por las fuerzas israelíes el pasado domingo y la explosión que se produjo a tan solo 250 metros del hospital Al Aqsa, que cuenta con el apoyo del personal de Médicos Sin Fronteras, cerca de 650 pacientes tuvieron que huir de sus instalaciones temiendo por sus vidas.

En consecuencia, y en coordinación con el Ministerio de Salud, nuestros equipos abrieron apresuradamente un hospital de campaña y comenzaron a recibir a los primeros pacientes, a pesar de la grave falta de suministros y recursos con los que cuenta el centro. Los hospitales de campaña no son una solución, sino un último recurso en respuesta al desmantelamiento del sistema de salud por parte de Israel. Desde MSF pedimos a todas las partes beligerantes que respeten y protejan los últimos hospitales que quedan en Gaza.

Desde el mismo momento de su apertura, el hospital de campaña de Deir Al Balah, situado al igual que el hospital Al Aqsa en Deir Al Balah, Gaza Central, se enfrenta a una enorme presión, ya que el resto de los centros médicos que siguen mínimamente operativos se encuentran amenazados, y el acceso a los suministros es extremadamente limitado.

Este hospital de campaña fue diseñado para ser complementario y brindar apoyo a otros hospitales más grandes. Sin embargo, a medida que la línea del frente se acercaba rápidamente al hospital Al Aqsa el domingo, muchos pacientes tuvieron que huir por temor a perder sus vidas. Sin hospitales como Al Aqsa y Nasser en Jan Yunis, los hospitales de campaña pasarán grandes apuros para hacer frente a la urgencia y la abundancia de necesidades médicas.

“El desmantelamiento del sistema sanitario de Gaza por las fuerzas israelíes tiene un impacto acumulativo. Cada estructura sanitaria desmantelada aumenta la presión sobre las que quedan, al tiempo que disminuye el acceso de la población a la atención médica. Sin un alto el fuego inmediato y sostenido, la posibilidad de dar una verdadera respuesta médica y humanitaria se convierte en una mera ilusión”, explica Juliette Seguin, coordinadora de emergencias de MSF.

El domingo 24 de agosto, antes de que se emitiera una nueva orden de evacuación en las inmediaciones del hospital Al Aqsa, había unos 650 pacientes recibiendo atención allí, y cientos más buscando refugio en el recinto hospitalario. Hoy, el hospital Al Aqsa está casi desierto.

“El hospital está prácticamente vacío. Antes de la orden de evacuación y las explosiones, el hospital estaba tan abarrotado que a veces había que atender a los pacientes en el suelo. Había pacientes por todas partes, a menudo haciendo cola frente al hospital, buscando desesperadamente atención» explica el Dr. Sohaib Safi, coordinador médico adjunto de MSF en Gaza. “El ambiente es de ansiedad debido a la amenaza inminente. Nos han llegado varios pacientes con quemaduras, heridas complicadas y personas que necesitan amputaciones, que están recibiendo atención en el hospital. Estos casos son probablemente la punta del iceberg: sabemos que hay muchas más personas que necesitan atención urgente y que no pueden llegar al hospital.”

 

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Las personas desplazadas que se refugian en los alrededores del hospital se han convertido en algo habitual; la mayoría de los palestinos de Gaza han sido desplazados en múltiples ocasiones desde octubre, y la denominada «zona humanitaria», identificada por Israel, se ha reducido considerablemente. En términos oficiales, sólo hay 41 kilómetros cuadrados, para 1,9 millones de personas, en zonas que no estén designados como áreas de combate activo. Sin embargo, la llamada zona humanitaria también ha sido bombardeada de forma rutinaria, dejando a la gente ante una disyuntiva imposible.

En Gaza, muchas personas ya no saben qué hacer para tratar de sobrevivir.

Durante meses, los equipos médicos y de abastecimiento de suministros de MSF han estado trabajando para establecer este hospital de campaña, retrasando repetidamente su apertura debido a las continuas dificultades para hacer llegar materiales esenciales a Gaza. Sin embargo, a medida que se incrementaba la amenaza sobre el hospital de Al Aqsa, a los equipos de MSF no les ha quedado más remedio que abrir de forma precipitada el hospital de campaña, situado a pocos kilómetros al oeste del hospital Al Aqsa.

“Ningún hospital de campaña sustituirá a lo que era un sistema sanitario funcional en Gaza. Este es el último recurso para proporcionar atención médica urgente. Pero realmente es una gota en el océano: a medida que se presenta una y otra vez la fachada de un alto el fuego, disminuye la capacidad de preservar vidas humanas en Gaza”, explica el Dr. Sohaib. A pesar de los enormes problemas de suministro y acceso, MSF estamos levantando un segundo hospital de campaña en el mismo lugar.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 20 de los 36 hospitales de Gaza no están operativos, y las estructuras provisionales, como los hospitales de campaña, carecen de la capacidad de atención quirúrgica avanzada y de muchos otros elementos esenciales para tratar a pacientes en estado crítico o con enfermedades crónicas. En los últimos 11 meses, los equipos de MSF se han visto obligados a abandonar 14 estructuras médicas en la Franja de Gaza.

Los últimos 11 meses han ilustrado claramente que sin un alto el fuego inmediato y sostenido, no puede haber una respuesta humanitaria médica significativa. Desde Médicos Sin Fronteras llamamos a todas las partes beligerantes para que respeten y protejan los últimos hospitales que quedan en Gaza.

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