Honduras: “En esta comunidad hay una alta tasa de embarazos en niñas y jóvenes”

Hoy te compartimos algunos relatos de personas atendidas por nuestro equipo en Choloma.

Salud sexual y reproductiva en Honduras - Médicos Sin Fronteras 2022
En el centro de salud de La Bueso, la doctora y enfermera del equipo móvil asisten a una paciente para la aplicación de un método de planificación familiar. © Laura Aceituno / MSF

En Honduras hay graves limitaciones en el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva. Por esa razón, desde enero de 2022 Médicos Sin Fronteras trabajamos para cerrar estas brechas desde un enfoque comunitario. Estos son algunos testimonios de las personas que hemos asistido.

 

Karen Flores (Aldea La Bueso)

“Me mudé a la aldea La Bueso desde hace 8 años. Vivo solamente con mi sobrino, es un varón de 12 años que estoy criando desde hace cinco años. En la comunidad hay mucho padre ausente y los niños ya usan drogas, por eso que los niños jueguen en la comunidad puede ser un riesgo. En esta comunidad hay una alta tasa de embarazos en niñas y jóvenes. Y lo que pasa también es que hoy en día los jóvenes buscan la pornografía, pero esa no es la forma ni la información correctas para que ellos sepan sobre salud sexual y reproductiva.

Desde el patronato (comité local) agradecemos la presencia de MSF en la comunidad. Estamos conscientes de que hay violencia, de que hay necesidades médicas, la parte de aprendizaje en los niños y luego la parte psicológica porque hay mucha ausencia de padres y madres en la crianza, niños no planificados, mucho embarazo adolescente”.

 

Hermanas Marta y Carolina Cortés* (Comunidad Los Caraos)

Marta: “Mi hijo tiene dos años, vine a consulta de seguimiento porque después de darlo a luz inicié con un método de planificación familiar. Realmente aquí es difícil tener acceso a servicios de salud. El centro de salud más cercano está retirado, en La Bueso, y hay que levantarse a las cinco de la mañana para alcanzar transporte y llegar antes de las ocho de la mañana. Si se llega a esa hora o después es difícil conseguir cupo para una cita médica. Aparte de eso, la moto taxi (tuk tuk) cobra 60 lempiras el movimiento, ir y venir son 120 lempiras (cerca de 5 dólares), una cantidad impagable para mucha gente de la zona”.

Carolina: “Yo ya había recibido atención de Médicos Sin Fronteras como en febrero o marzo, pero fue en La Montañuela (otra comunidad donde interviene el equipo móvil). Fui para darle seguimiento a mi embarazo. Pero yo perdí a mi bebé hace poco. Cuando llegué al hospital, recuerdo que fue un día después del eclipse de mayo, mi bebé murió. En el hospital me atendieron y me trataron mal, no me dejaban ver a mi bebé. Aproveché la visita de MSF a la comunidad para entrar a la consulta psicológica y tratar de superar este dolor”.

 

María Fonseca *(Aldea La Bueso)

“Cuando tenía 12 años mi abuelo materno abusó dos veces de mí, crecí desprotegida y decidí irme de la casa a los 14 años. Siempre me pregunté por qué mi mamá nunca me protegió de eso y tengo un resentimiento con ella por eso. Hasta después me enteré por una tía, hermana de mi mamá, de que ella también fue abusada por él en muchas ocasiones, incluso la tomó como su mujer. A diferencia de ella yo tomé mi libertad y fui independiente, me fui decepcionada de la casa y del país, no quería saber nada de nadie. No tenía quien me aconsejara ni nada, y ya a los 17 años tenía a mis primeros dos hijos. Actualmente soy una mujer de 33 años y ya tengo 7 hijos.

La intención inicial de cuando me fui de mi casa era llegar “mojada” hacia los Estados Unidos, pero llegué hasta Veracruz, México. Al regresar decidí quedarme en Guatemala. El año pasado, cuando todavía vivía en Guatemala, tuve un episodio bastante fuerte. Estaba embarazada de cinco meses y perdí a la bebé. Realmente no sé qué pasó y un tiempo después de esa situación, no sé si fue por la muerte de ella o alguien me hizo alguna maldad, entré en una situación de locura. Recién había terminado también con quien era mi pareja. Fueron cinco días donde no estaba consciente de las cosas y alguien volvió a abusar de mí, me violaron.

No fui al médico después de la violación y la sorpresa mía seis meses después fue el embarazo. Y que Dios me perdone y mi hija también, pero yo la quería regalar, no estaba de acuerdo. Ella ahora tiene cinco meses y agradezco haberla tenido tal vez va a ser ella quien me va a cuidar cuando esté grande.

Me regresé a Honduras porque dije “si me voy a morir, me quiero morir en mi país”. En Guatemala la gente que conocí no me abandonó en ningún momento, me dieron casa, me cuidaron; pero no regreso porque no sé si alguien me quiso hacer daño. Nunca había estado en una situación tan desagradable y no quiero recordar esas cosas que me pasaron. Creo más que es la voluntad de Dios, que si me trajo aquí fue por algo. Y acá tengo a mis hijos, y ya mi última hija que tiene cinco meses, es una de las razones por las que estoy acá, en Honduras y en el centro de salud, donde por primera vez escucho de Médicos Sin Fronteras.

A ella la di a luz en mi casa con ayuda de una enfermera vecina, porque donde vivo no hay acceso a un centro de salud y no tengo dinero para pagar transporte o una clínica privada. Fue un parto complicado, la bebé nació morada y la enfermera tuvo que llevársela para curarla y cuidarla porque yo no podía. No tengo quién me ayude, una de mis hijas es sordo muda y los demás están pequeños. Esta visita al centro de salud fue porque necesitaba un documento para reconocer que es mi hija, pero me dijeron que no tenían papel. En lo que esperaba escuché a la muchacha –la educadora comunitaria de MSF- hablando sobre métodos de planificación familiar y sobre la ayuda psicológica que brinda MSF.

Realmente yo necesito la ayuda psicológica, no tengo dinero para pagar una psicóloga. Con mi actual trabajo yo gano 1400 lempiras –unos 58 dólares- y la mayoría se me va en comida de la bebé. Pero estoy consciente de que necesito este apoyo, últimamente en el trabajo estoy teniendo mucho problema de estrés, de enojo, incluso en mi casa con mis hijos. Nunca he ido a una psicóloga, pero todo esto es porque vengo arrastrando muchas cosas del pasado. Ya me anotaron de entrar a la atención con la psicóloga y sé que me va a ayudar, y va a ser un dinero que voy a lograr ahorrar porque son atenciones gratuitas.

En el pasado tuve que atravesar muchas cosas, tuve relaciones sexuales por dinero, y ahora tengo este montón de hijos habiendo tantos métodos. Solo con el hecho de poder aplicarme un método de planificación familiar de manera gratuita me da tranquilidad”.

 

*Los nombres han sido cambiados por la seguridad de las personas.

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