Indonesia: Luchando contra la COVID-19 con educación y empoderamiento

En junio, el pánico comenzó a extenderse por las comunidades indonesias a medida que las autoridades sanitarias empezaron a informar sobre los casos de COVID-19. Proliferaron los rumores, mitos y noticias falsas. Los líderes y funcionarios de la comunidad fueron bombardeados por preguntas de los miembros de la comunidad que pedían información clara sobre la COVID-19.

En junio, el pánico comenzó a extenderse por las comunidades indonesias a medida que las autoridades sanitarias empezaron a informar sobre los casos de COVID-19. Proliferaron los rumores, mitos y noticias falsas. Los líderes y funcionarios de la comunidad fueron bombardeados por preguntas de los miembros de la comunidad que pedían información clara sobre la COVID-19.

"Recibimos mucha información", dice Muchtar Lufti, jefe de la unidad comunitaria Rukun Warga 5 (RW5), una subdivisión de la aldea de Kalibata en el sur de Yakarta. "Algunas eran exactas, otras podían definirse como noticias falsas. Era muy difícil de filtrar y las personas estaban muy confundida."

Había demasiada información procedente de demasiadas fuentes: redes sociales, grupos de chat y noticias en la televisión, la radio y la prensa. La situación se intensificó cuando el pueblo de Kalibata, en el subdistrito de Pancoran, fue declarado como zona roja de COVID-19.

"En ese momento, las personas estaban enfadadas y protestando. Querían saber por qué se les decía que se quedaran en casa. No sabía cómo responder, aparte de decir que el gobierno nos lo había pedido", cuenta Halimah, miembro del grupo de trabajo de la comunidad para combatir la COVID-19.

Educación, formación y empoderamiento con MSF

Un equipo de MSF evaluó la situación en la aldea de Kalibata. El equipo descubrió que la confusión y el miedo estaban muy extendidos en el sur de Yakarta y que a la mayoría de las personas le resultaba difícil encontrar fuentes de información fiables sobre la COVID-19.

"Descubrimos que los centros de salud locales, o puskesmas, estaban ansiosos por nuestro apoyo", dice el Dr. Dirna Mayasari, coordinador médico adjunto de MSF en Indonesia. "Necesitábamos ayudarles a encontrar una forma de educar e informar a la comunidad rápidamente y a gran escala. El miedo puede ser tan perjudicial como la COVID-19".

Los puskesmas invitaron a los líderes comunitarios, religiosos y personas capacitadas para enseñar a otros a expresar sus preocupaciones en una reunión con MSF.

"La comunidad necesitaba consejos claros sobre cómo protegerse de la COVID-19. Pero también querían hablar. Toda la información que recibían era una comunicación unidireccional", explica Mayasari. "Las personas querían tener la oportunidad de hacer preguntas, discutir sus preocupaciones y que se les aclarara cuáles son los mejores métodos para protegerse de este nuevo virus. También querían compartir las formas de difundir la información dentro de sus comunidades". Por lo tanto, MSF decidió acercarles la información y comenzó a realizar capacitaciones presenciales para los jefes de los hogares que forman la unidad comunitaria RW5.

MSF comenzó por capacitar a representantes de 10 hogares en RW5. A las sesiones de capacitación asistieron 10 personas y duraron dos horas. Luego ampliaron el ejercicio para cubrir el resto de los barrios de la zona. De junio a julio, MSF llegó a más de 150 personas.

"Creemos que el empoderamiento de la comunidad es clave en la respuesta a esta pandemia. Si las personas de nuestras comunidades se mantienen sana, no necesitarán acudir a los centros de salud", dijo Mayasari.

Las sesiones fueron interactivas, fomentando los debates, utilizando medios visuales y juegos de rol. "Fue un espacio de aprendizaje seguro", dice Halimah. "Fue divertido aprender con tarjetas de memoria, y con los médicos y otro personal médico entregando la información de una manera sencilla. Ahora, entendemos cómo se propaga el virus, qué hacer si hay un caso positivo de COVID-19, y los pasos que cada uno de nosotros puede dar para protegerse. Ahora que las personas están empezando a salir por relajamiento de las restricciones de movimiento, vemos que la mayoría usan mascarillas e intentan mantener su distancia de otras personas".

Afrontando el estigma de COVID-19

Las sesiones de educación sanitaria de MSF hicieron hincapié en que la estigmatización de las personas contagiadas por COVID-19 empeoraba la situación, ya que, por ejemplo, provocaba que las personas se negaran a someterse a las pruebas gratuitas de COVID-19 que proporcionan los puskesmas.

Sin embargo, desde que comenzaron las sesiones de formación e intercambio de información apoyadas por MSF, los líderes comunitarios están viendo menos estigma en su vecindario hacia quienes han contraído la enfermedad. Halimah también ha notado la diferencia: "Pude sentir que hubo un cambio de comportamiento en nuestra comunidad. Con nuestro nuevo conocimiento de la COVID-19, las personas temían menos a la enfermedad, cumplían con las medidas de seguridad, y ya no estigmatizaban a los que se enfermaban".

Después de varias sesiones de formación con MSF, un funcionario de los puskesmas informó a nuestra organización que el número de personas que se hacían la prueba estaba aumentando.

Actualmente, los equipos de MSF realizan talleres y capacitación para los trabajadores sanitarios de la comunidad que participan en la gestión de los casos sospechosos de COVID-19 y que observan el aislamiento domiciliario de algunas personas en Yakarta y en la provincia de Banten.

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MSF en Indonesia

Las actividades de Médicos Sin Fronteras en Indonesia comenzaron en 1995, después del terremoto del Monte Kerinci en Jambi. En aquel entonces, MSF proporcionó tratamiento médico en varias provincias de Indonesia hasta 2009, cuando salió del país. En 2017, MSF regresó y en la actualidad, los proyectos de MSF en Indonesia incluyen aumentar el acceso de las personas a servicios médicos en instalaciones de salud básicas, formar a trabajadores sanitarios, ofrecer servicios de asesoramiento e impartir educación sanitaria a las comunidades.