Inundaciones en Pakistán: una crisis humanitaria a gran escala

Personal de MSF brinda atención médica a la población afectada por las inundaciones en Pakistán
Personal de MSF se prepara para realizar una prueba rápida de malaria a un paciente que visita el puesto de salud en la ciudad de Johi. Los pacientes vienen de un asentamiento de personas desplazadas cercano. Distrito de Dadu, Sindh. ©Zahra Shoukat/MSF

El 25 de agosto el Gobierno de Pakistán declaró la “emergencia nacional” a causa de las inundaciones y solicitara el apoyo de la comunidad internacional. Las fuertes lluvias monzónicas que empezaron en junio han anegado más de un tercio de Pakistán, y el número de muertes supera las 1,700. Se estima que hay más de 33 millones de personas damnificadas.

Las intensas precipitaciones de la temporada del monzón han superado récords y causado una devastación catastrófica en el país, provocando una crisis humanitaria a gran escala. Desde las zonas montañosas hasta las llanuras, las inundaciones han arrasado y dañado millones de casas, infraestructuras, cultivos y ganado. En Médicos Sin Fronteras (MSF), nuestros equipos han visto localidades cercanas a las riberas de los ríos bajo 3 metros y medio de agua.

Las lluvias amainaron en septiembre y octubre, y el nivel del agua en las llanuras está bajando lentamente. Sin embargo, muchos de los pueblos siguen inundados y la mayoría de las personas desplazadas no pueden volver a sus hogares: muchas pasan los días y las noches en campamentos de desplazados en tiendas de campaña, en instalaciones provisionales o al aire libre sin un refugio adecuado. Esperan poder regresar y reconstruir sus hogares, pero esto podría llevar meses y muchas personas han perdido sus medios de vida.

Las áreas de Sindh y del este de Baluchistán siguen anegadas y algunos pueblos permanecen aislados y son inaccesibles. En muchas zonas, las aguas están estancadas lo que provoca la propagación de enfermedades transmitidas por el agua y por vectores como la malaria o el dengue.

Punto de agua potable instalado por MSF en Khyber Pakhtunkhuwa, como respuesta a las inundaciones en Pakistán
Los niños y niñas del pueblo de Miaonlay, en Charsadda, provincia de Khyber Pakhtunkhuwa, recogen agua limpia del sistema de filtración de agua instalado por MSF en el pueblo. ©MSF

 

La necesidad de agua potable sigue siendo enorme ya que las fuentes de agua están en gran parte contaminadas. La situación de la seguridad alimentaria y la desnutrición infantil también es preocupante, ya que los cultivos y el ganado han quedado devastados y muchos hogares se enfrentan a la crisis sin medios de subsistencia. Ante la previsión de unas condiciones invernales duras que compliquen aún más el acceso a refugio, agua y atención médica, las poblaciones afectadas por las inundaciones se enfrentan a los próximos meses en situación de especial vulnerabilidad y requerirán un apoyo humanitario sostenido.

Unos mil pueblos han quedado arrasados y un gran número de instalaciones de agua, higiene y saneamiento están gravemente dañadas o permanecen bajo el agua dejando a cientos de miles de personas sin acceso agua potable”, comenta Danish Malik, especialista de agua y saneamiento de MSF.

“En las dos primeras semanas de la respuesta de emergencia pudimos instalar tanques con capacidad para 125,000 litros de agua potable en 11 campos para personas desplazadas. Tenemos una flota de 12 camiones de agua que están proporcionando agua clorada dos veces al día a estas personas. Con ello tratamos de doblar la curva de los brotes de diarrea. La inundación ha causado graves daños a gran escala. Hemos podido llegar a algunos de los pueblos para brindar apoyo en materia sanitaria, pero hay muchos más esperando asistencia”, añade Malik.

50 días después de la declaración de la emergencia, nuestros equipos tratan a un elevado número de personas con diarrea acuosa aguda, malaria, dengue, infecciones de las vías respiratorias y de la piel, especialmente en las provincias de Sindh y Baluchistán. Estas patologías están relacionadas con la falta de acceso al agua potable, las malas condiciones de higiene y el agua estancada que actúa como caldo de cultivo para los mosquitos, vectores de enfermedades como la malaria o el dengue.

MSF responde a la emergencia por las inundaciones en Pakistán
La Dra. Hafsa en una consulta con Rubina, una paciente que vive en un campo de personas desplazadas cercano, en el distrito de Dadu, provincia de Sindh. ©Zahra Shoukat/MSF

 

Ali Asad es vecino de la aldea Allahdad Khoso, en la provincia de Sindh, la más afectada por las inundaciones. “Las lluvias comenzaron después del Eid ul Adha (Fiesta del Cordero) y han causado estragos en nuestro pueblo. Solo hay una bomba de agua cerca de la escuela y estamos bebiendo agua de ella. Pero el agua ha provocado diarrea en nuestros niños y niñasLa malaria está muy extendida y casi todos los miembros de la familia están enfermos de malaria. Todos los que visitan al médico son diagnosticados con malaria”, explica Ali.

Nuestros equipos han visto un gran aumento del número de pacientes con malaria en el este de Baluchistán y en el norte de Sindh. La necesidad y la demanda de medicación y tratamiento contra la malaria son máximas.

Médicos Sin Fronteras estamos respondiendo a la emergencia en las provincias de Baluchistán, Sindh y Jaiber Pastunjuá. Nuestros equipos dirigen clínicas móviles y distribuyen artículos de primera necesidad, como kits de higiene y artículos de cocina esenciales, y suministran agua potable.

 

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