Inundaciones y crisis alimentaria en el este de Chad

Las fuertes lluvias han destruido gran parte de los campos de cultivo de la región. Desde MSF pedimos a la comunidad internacional una respuesta a la altura.

El equipo de MSF realiza pruebas rápidas de detección de la malaria a la población afectada por las inundaciones en Chad.
Debido a las recientes inundaciones en Chad, las personas que han abandonado sus hogares están expuestas a los mosquitos en el punto álgido de la epidemia de malaria. © Julie Melichar/MSF

Tras más un mes desde que se produjeran las inundaciones en el este de Chad, el hambre se ha convertido en la principal preocupación para la población. Las fuertes lluvias han destruido gran parte del suministro de alimentos de la localidad de Koukou, en la provincia de Sila y sus alrededores.

Muchos campos de sorgo, cacahuates y mijo han sido devastados o ya no son aptos para el cultivo. Además, que el precio del poco alimento disponible se dispare, volviéndose inalcanzable para la mayoría.

 

La mayoría de los habitantes de Koukou han perdido sus hogares.
Las inundaciones en Chad destruyeron la mayoría de las casas tradicionales de Koukou. © Julie Melichar/MSF

 

“Una distribución inmediata de alimentos ayudaría significativamente a muchas personas aquí en Koukou. Sería un primer paso crucial y muy necesario”, afirma Julie Melichar, coordinadora de proyectos de Médicos Sin Fronteras (MSF) en el este de Chad. Teniendo en cuenta el gran número de personas afectadas, la respuesta de las organizaciones internacionales es imprescindible para evitar una catástrofe humanitaria. “Las personas no pueden esperar mucho más”.

La falta de alimentos no es la única carencia que experimenta la población de la región. En las últimas semanas se han producido cinco nuevas inundaciones, que han provocado la destrucción de viviendas, el desplazamiento de personas y la inutilización de centros de salud.

Además, los equipos de Médicos Sin Fronteras (MSF) que trabajan en los campos de personas desplazadas por las inundaciones de Koukou han identificado como necesidad inmediata el acceso a agua potable y saneamiento. La mayoría de las fuentes se contaminaron durante las inundaciones al mezclarse con aguas residuales (residuos y heces). En las pocas fuentes operativas, es necesario evaluar la calidad del agua y, en todo caso, la cantidad disponible no cubre la enorme demanda.

 

Vista de uno de los campos para personas desplazadas, La Colline, a orillas del río Wadi Bahr Azoum, Chad.
Refugios improvisados ​​en uno de los campos a orillas del río Wadi Bahr Azoum, Chad, septiembre de 2024. © Julie Melichar/MSF

 

No siempre hay agua disponible, lo que empuja a la gente a buscarla a los wadis [cauces secos de los ríos]. Aunque en MSF estamos limpiando pozos de agua, la población corre el riesgo de volver a contaminarse en caso de nuevas lluvias o inundaciones. La situación sigue siendo precaria y requiere una respuesta eficaz en materia de agua, saneamiento e higiene para reducir el riesgo de enfermedades transmisibles. – Julie Melichar, coordinadora de proyectos de MSF en el este de Chad.

 

Mayor riesgo de enfermedades respiratorias y malaria

La falta de acceso a agua potable, unido a la ausencia de instalaciones sanitarias y el hacinamiento de las población desplazada en los refugios improvisados, también incrementa el riesgo de epidemias.

En la misma línea, en los refugios improvisados hay muy pocas mantas, incluso para los niños y niñas pequeños y las mujeres embarazadas. Las lonas son insuficientes y a menudo están en mal estado. Una falta de protección contra las repetidas lluvias y tormentas que favorece el desarrollo de enfermedades como las infecciones respiratorias agudas y la malaria.

 

El equipo de MSF realiza pruebas rápidas de detección de la malaria a la población afectada por las inundaciones en Chad.
Debido a las recientes inundaciones en Chad, las personas que han abandonado sus hogares están expuestas a los mosquitos en el punto álgido de la epidemia de malaria. © Julie Melichar/MSF

 

Médicos Sin Fronteras hemos instalado un puesto de salud donde brindamos atención primaria. Entre el 14 de agosto y el 9 de septiembre, los equipos de MSF realizaron 1,850 consultas de salud.

  • Más de 340 personas sufrieron infecciones respiratorias agudas,
  • 265 dieron positivo en la prueba de la malaria
  • más de 220 recibieron tratamiento para la diarrea.

También en MSF realizamos consultas prenatales a 232 mujeres embarazadas, a las que se hicieron pruebas de malaria y se proporcionó tratamiento preventivo intermitente. ​

 

Preocupaciones de las personas fuera de Koukou

El pasado 3 de septiembre, el Gobierno de Chad anunció que las inundaciones han afectado a cerca de un millón y medio de personas a lo largo del país. Además, las lluvias han destruido aproximadamente 260,000 hectáreas de campos, distribuidas en 115 departamentos de los 120 que hay en Chad.

Como las carreteras están prácticamente intransitables debido a las inundaciones, la información sobre las aldeas afectadas en ambos lados del río Wadi Bahr Azoum, en la provincia de Sila, está empezando a llegar poco a poco. Se describen muchas aldeas inundadas, campos destruidos y personas que han sido desplazadas varias veces. Llegar a estas personas es un desafío logístico y una respuesta rápida de otras organizaciones es esencial para satisfacer las necesidades más urgentes de la población, en particular para proporcionarles atención médica.

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