Irak: Las personas desplazadas son extremadamente vulnerables a la COVID-19

Laylan Camp: Kirkuk, Iraq

En medio de la pandemia de COVID-19, más de 1.3 millones de personas en Irak siguen desplazadas y viven en refugios superpoblados y precarios con condiciones antihigiénicas. Los desplazados internos (PDI) se encuentran entre los más vulnerables que enfrentan la amenaza de COVID-19, dice Médicos Sin Fronteras (MSF).

En medio de la pandemia de COVID-19, más de 1.3 millones de personas en Irak siguen desplazadas y viven en refugios sobrepoblados y precarios en condiciones antihigiénicas. Los desplazados internos se encuentran entre las personas más vulnerables que enfrentan la amenaza de COVID-19.

"Los desplazados internos en Irak han estado sufriendo durante años, viviendo en campos formales e informales, precarios y a menudo sobrepoblados", dijo Gul Badshah, Jefe de Misión de MSF en Irak. "Se dieron los primeros casos confirmados de COVID-19 en algunos campos para desplazados internos en Irak, incluso en el campo de Laylan donde trabajamos".

"Si bien no ha habido otros casos confirmados por ahora, todavía estamos preocupados por el impacto que la COVID-19 tendrá en las personas más vulnerables dentro de los campos, especialmente dadas las dificultades para que las personas puedan aplicar medidas de prevención para protegerse". Dijo Badshah.

Para responder ante cualquier aparición de personas con el nuevo coronavirus en el campo de Laylan, en la gobernación de Kirkuk, en el norte del país, MSF está movilizando un centro de tratamiento y aislamiento con capacidad de 20 camas. También continuamos implementando medidas de triaje para cualquier paciente sospechoso de COVID-19, y seguimos creando sensibilización sobre las medidas de prevención.

Sin embargo, debido a las condiciones antihigiénicas y de hacinamiento en los campos, es casi imposible para las personas implementar medidas de protección personal como el distanciamiento físico o el aislamiento de casos sospechosos.

"En los campos donde MSF brinda atención médica, las familias están hacinadas dentro de carpas individuales y tienen escaso acceso a instalaciones de higiene adecuadas", dijo Tetyana Pylypenko, Coordinadora Médica de MSF en Irak. "Mezclarse cada día con otros residentes del campamento es una tarea inevitable, y con la cantidad insuficiente de ayuda brindada, las personas no tienen más remedio que salir y buscar trabajo para mantener a sus familias, a pesar de saber que el riesgo de contagio es mayor".

 

 

En el campo de Laylan en la gobernación de Kirkuk, MSF brinda atención para enfermedades no transmisibles, consultas de salud mental y servicios de salud sexual y reproductiva. Además de las condiciones insalubres en las que se enfrentan muchas personas en los campamentos, las personas con problemas de salud subyacentes, como diabetes, hipertensión y enfermedades cardiacas y renales, son particularmente vulnerables al virus y necesitan atención continua o corren el riesgo de poner su vida en peligro.

"Es fundamental que las personas en los campos tengan acceso a los servicios de salud regulares no relacionados con COVID-19", dijo Badshah. "Para que MSF continúe implementando sus proyectos en todo el país y responda adecuadamente a todas las necesidades de salud de las personas en este momento, el acceso y la mobilidad deben permanecer abiertos".
 
Mientras Irak es testigo de un número cada vez mayor de casos de COVID-19, en abril MSF comenzó a apoyar a las autoridades de salud iraquíes para abordar COVID-19, al cambiar las actividades en nuestro centro de atención postoperatoria en Mosul para el aislamiento y tratamiento de casos de COVID-19, y apoyando la instalación principal para la derivación de pacientes con COVID-19 en la región.

En Bagdad, MSF ha comenzado a apoyar la atención especializada en la unidad de cuidados intensivos, así como las medidas de prevención y control de infecciones dentro de uno de los hospitales de tratamiento COVID-19 del Ministerio de Salud. También hemos brindado apoyo a los establecimientos de salud locales en Erbil y en la capital, Bagdad, brindando asistencia técnica, apoyo logístico y capacitación para el personal sobre prevención y control de infecciones, al tiempo que mantenemos abiertos la mayoría de nuestros proyectos médicos regulares en todo el país.

 

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Médicos Sin Fronteras (MSF) ha estado trabajando en Irak desde 1991. Con más de 1,500 empleados en sus proyectos en todo el país, MSF brinda atención médica gratuita y de alta calidad para todas las personas, independientemente de su raza, religión, género o afiliación política.

MSF ofrece atención médica primaria y secundaria, servicios para mujeres embarazadas y nuevas madres, tratamiento para enfermedades crónicas, cirugía y rehabilitación para heridos de guerra, apoyo de salud mental y actividades de educación para la salud. Actualmente trabajamos en las provincias de Bagdad, Nínive, Diyala y Kirkuk. También hemos apoyado a los establecimientos de salud locales en las provincias del sur de Najaf y Dhi Qar en los últimos meses con preparación para incidentes de bajas masivas. En 2019, MSF brindó más de 45,000 consultas a pacientes en todo Iraq para aquellos que padecen enfermedades crónicas, así como más de 34,000 consultas para la salud materna y reproductiva.

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