Kenia: Es necesario trabajar para evitar que se deshagan los logros en la gestión de la desnutrición

Se requiere una vigilancia comunitaria reforzada y sostenida.

Intervención de MSF contra la desnutrición en Illeret, Kenia
Dos integrantes de MSF hablan con una mujer en una de las actividades de alcance comunitario en lleret. © Lucy Makori

A medida que continúa la sequía, el equipo de Médicos Sin Fronteras (MSF) ha estado respondiendo a una crisis de desnutrición en Illeret, condado de Marsabit en Kenia, desde mediados de marzo. Dado que un tercio de los niños y niñas menores de cinco años de la ciudad tienen desnutrición, nuestro equipo ha estado trabajando con educadores de salud comunitarios y voluntarios para apoyar a las autoridades sanitarias de Kenia en el fortalecimiento de la gestión integrada de la desnutrición aguda.  

A medida que desde MSF hacemos la transición de la gestión médica al Ministerio de Salud, la vigilancia comunitaria debe mantenerse para evitar que se echen por tierra los logros actuales en la gestión de la desnutrición. 

El impacto de la respuesta a la desnutrición que realizamos desde MSF es visible. De marzo a diciembre de 2022, examinamos a 24,182 menores de 5 años, evaluamos a 4,923 niños y niñas de la comunidad e inscribimos a 1,354 niños y niñas con desnutrición en nuestras actividades, y derivamos a tres a centros de referencia. Esto ha permitido que miles de pacientes accedan a atención inmediata y se reduzca el número de menores con desnutrición que no responden al tratamiento. 

Médicos Sin Fronteras hemos estado llevando a cabo semanalmente actividades activas de búsqueda de casos y vigilancia en la comunidad, aumentando la cobertura de la población. De los 137 menores con desnutrición ingresados en el centro de alimentación terapéutica para pacientes hospitalizados en el centro de salud de Illeret, 117 fueron identificados durante las actividades de alcance comunitario y vigilancia, lo que refleja la grave situación que se reporta en la comunidad.  

“Reforzamos la vigilancia comunitaria y las actividades de educación más allá de los alcances a través de educadores de salud comunitarios, aumentando la detección temprana y el manejo de la desnutrición con un número reducido de niños y niñas que no responden al tratamiento. Esto también se ha complementado con distribuciones donaciones de alimentos muy necesarias realizadas por el Programa Mundial de Alimentos y otras agencias”, explica Edi Atte, director de MSF en el país. 

Los mensajes de promoción de la salud realizados por educadores y voluntarios de salud comunitaria han mejorado los resultados médicos. Los temas de educación para la salud incluyen la higiene personal, los beneficios de una buena nutrición, el agua potable, la eliminación adecuada de desechos, la inmunización y la importancia de la atención médica, como las derivaciones y la atención hospitalaria para quienes ingresaron en centros de alimentación terapéutica para pacientes hospitalizados. 

Además de la participación de más agencias en los diversos aspectos de la respuesta, el acceso a una variedad y cantidad correcta de alimentos sigue siendo un desafío, ya que las familias continúan perdiendo ganado debido a la falta de lluvias. Por lo tanto, la respuesta médica y humanitaria debe continuar.  “Sin suficiente comida en los hogares, las familias comparten los alimentos terapéuticos que se les dan a los niños y niñas, y esto obstaculiza su progreso. Por lo tanto, las distribuciones de alimentos deben mantenerse para llegar a los hogares más vulnerables utilizando criterios de selección más inclusivos para identificar pacientes”, afirma Edi. 

Existe muy poca infraestructura hídrica debido a la sequía, y hay una necesidad urgente de mejorar el acceso al agua y la situación del saneamiento a través de servicios accesibles, limpios y no contaminados. Esto reducirá las enfermedades transmitidas por el agua, como la diarrea, la disentería, entre otras, y otras infecciones de la piel y los ojos, que se encuentran entre las enfermedades más altas que afectan a cuatro de cada diez niños y niñas con desnutrición.  

“El lago es salado y está contaminado, lo que obliga a la mayor parte de la comunidad a recolectar agua en los pozos poco profundos excavados a lo largo de los lechos estacionales de los ríos. Las mujeres, niños y niñas tienen la tarea de recolectar agua, y deben que esperar más de dos horas y hacer muchos viajes para obtener suficiente agua. Los niños y niñas a veces beben el agua salada tal cual, pero a la vez no tienen alimentos, contribuyendo a la desnutrición”, dice Daniel Faerner, gerente de salud ambiental de MSF en Illeret. 

Se debe aumentar el personal sanitario calificado, como equipos de enfermería ficiales clínicos y de nutrición, tanto en el hospital como en las actividades de divulgación, para mejorar la detección, la gestión, el seguimiento y las revisiones del progreso de los menores en el programa, tanto en el centro de salud como en la comunidad.  

 

Sobre la respuesta de MSF 

 

Desde mediados de marzo de 2022, nuestro equipo ha estado apoyando a las autoridades sanitarias del departamento de Illeret, en el condado de Marsabit, para responder a la crisis de desnutrición mediante el fortalecimiento del componente médico de la Gestión Integrada de la Desnutrición Aguda (IMAM) a través de actividades de alcance comunitario y detección, además del establecimiento de un centro de alimentación terapéutica para pacientes hospitalizados (ITFC) en el centro de salud de Illeret. 

A la primera semana de diciembre, el equipo de MSF había examinado a 24,182 niños y niñas de entre 6 y 59 meses de edad, e inscribió a 1,354 con desnutrición. Los alcances de la vigilancia comunitaria y las actividades de sensibilización realizadas identificaron a 117 de los 137 menores con desnutrición ingresados en el ITFC del Centro de Salud de Illeret, que demuestra la grave situación que no se reporta dentro de la comunidad. Tres niños fueron remitidos al centro de nivel superior más cercano. 

En MSF realizamos 6,438 consultas médicas y apoyamos al Ministerio de Salud en la vacunación rutinaria de 3,041 niños y niñas menores de 5 años. 

Además, 3,219 mujeres embarazadas y lactantes fueron examinadas y recibieron suplementos, y 1,467 mujeres recibieron consultas clínicas antenatales durante las actividades comunitarias. 

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