Kenia: MSF pide más asistencia a los desplazados por las inundaciones

Después de semanas de inundaciones, la población de la región del Delta del Tana se encuentran todavía con enormes necesidades de comida, refugio y acceso a agua potable y servicios médicos, de acuerdo con la organización Médicos Sin Fronteras (MSF). MSF hace un llamamiento para que se procure una mayor asistencia coordinada a las miles de personas desplazadas por las inundaciones.

Después de semanas de inundaciones, la población de la región del Delta del Tana se encuentran todavía con enormes necesidades de comida, refugio y acceso a agua potable y servicios médicos, de acuerdo con la organización Médicos Sin Fronteras (MSF). MSF hace un llamamiento para que se procure una mayor asistencia coordinada a las miles de personas desplazadas por las inundaciones.

MSF ha estado trabajando en el área desde el inicio de las inundaciones procurando atención médica y distribuyendo material no sanitario a los desplazados. La organización médico-humanitaria ha distribuido mosquiteras y lonas plastificadas para la construcción de tiendas a más de 900 familias que se han refugiado en campos de desplazados. Sin embargo, existe una urgente necesidad de alimentos, dado que la mayoría de la población ha visto cómo sus cosechas y sus animales desaparecían bajo las aguas.

“Dejé Chewele hace una semana y media, después de perder todas mis pertenencias en las inundaciones. Por lo menos, conseguí sacar a mis cinco hijos gracias a los esfuerzos de la comunidad. Todas mis cabras y vacas se han ahogada. Ahora estoy aquí y me han donado algunos utensilios, pero no tengo nada que cocinar en ellos”, dice Riziki Juma, de Chewele, que ahora vive en el campo Molokani.

Cerca de siete mil residentes de la región, desplazados por inundaciones recientes no tienen acceso a servicios sanitarios, dado que las estructuras actuales presentan carencias graves en medicamente. Parte de la población se ha visto aislada totalmente por la riada. En sólo dos semanas, MSF ha consultado y tratado a 700 desplazados en Bura, afectados fundamentalmente por infecciones respiratorias, diarrea, gastroenteritis y enfermedades parasitarias. Estas poblaciones no tienen acceso a cuidados médicos por las dificultades en el acceso a las estructuras de salud. En muchos centros sanitarios existe gran carencia de material, personal y medicamentos. “Mucha gente está enferma. Yo tengo un fuerte dolor en el pecho, pero aquí estamos viendo enfermedades de todo tipo”, dice Nura Abdala, de Shida Adabu y madre de tres niños pequeños, todos ellos desplazados al campo Molokani.

La crecida del río Tana se inició por las fuertes lluvias de hace tres semanas y es el que ha generado las fuertes inundaciones en el zona. Con la crecida, la calidad del agua potable se ha empobrecido y el sistema de letrinas ha desaparecido. MSF apoya a la comunidad local en las áreas de Bura y Garsen, mientras que en los campos de Dalango y Molokani se está construyendo nuevas letrinas y abasteciendo de agua y servicios sanitarios. Se reparten asimismo tabletas de purificación.

“Estamos preocupados por la posible erupción de enfermedades que se transmiten por el agua o por los mosquitos (malaria o cólera), que son habituales en situaciones de inundaciones. Estamos controlando la situación para poder detectar y mitigar cualquier brote epidémico lo antes posible”, explica Marta Kihara, coordinadora médica de MSF en Kenia.

MSF lleva trabajando en Kenia desde 1987. La organización médico-humanitaria controla la situación en otras áreas afectadas por las inundaciones y crecidas de río como Nyanza y Turkana. La organización tiene también proyectos en Kibera, Mathare, Homa Bay y en el campo de refugiados de Dadaab, además de responder a las emergencias que se puedan suceder en el país.

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