La atención médica ayuda a restaurar la dignidad de las mujeres mayores tras meses de guerra

Después de meses viviendo entre combates y bombardeos, las mujeres de las aldeas y pueblos de la región de Járkiv en Ucrania recuperan poco a poco el acceso a la atención médica sexual y reproductiva. Desde que las fuerzas ucranianas recuperaron el control del área de manos de las fuerzas rusas a principios de septiembre, el personal de sanitario ha podido reanudar lentamente su trabajo. 

Para muchas mujeres, el pasar meses sin revisiones médicas regulares les ha causado estrés y ansiedad. 

“Durante casi un año, las mujeres han perdido sus revisiones ginecológicas regulares y no han podido dar seguimiento a diversos síntomas”, explica Kate Charlton, directora de actividades de parteras de Médicos Sin Fronteras (MSF). “Este tipo de interrupción les ha causado mucha ansiedad. Algunas mujeres vienen a nuestras consultas sin ningún síntoma pero solo quieren una revisión para asegurarse de que todo está bien”. 

Aunque la asistencia sanitaria está volviendo a funcionar en algunas partes de la región de Járkiv, las y los residentes aún enfrentan muchas barreras para acceder a ella, como el costo potencialmente prohibitivo de la atención médica, la falta de opciones de transporte, el suministro limitado de medicamentos y la escasez de personal sanitario. 

Los problemas de salud sexual y reproductiva afectan a mujeres de todas las edades, pero la mayoría de las mujeres de las ciudades y pueblos de la región de Járkiv que recientemente estaban bajo control ruso son mayores. Antes de la guerra, si una mujer sufría una condición médica común, como incontinencia urinaria, tenían ayuda disponible. Para muchas mujeres de la región, su reciente falta de acceso a la atención médica ha afectado su sentido de la dignidad. 

“Puede haber mucho estigma relacionado con afecciones como la incontinencia urinaria”, dice Charlton. “Estas mujeres no han tenido acceso a los servicios de salud que necesitan ni a artículos como compresas para la incontinencia para mantener su dignidad. Por lo tanto, esto tiene un gran impacto en su calidad de vida. Otro diagnóstico común que vemos con las mujeres mayores es el prolapso [cuando los órganos pélvicos se salen de su sitio], una situación que puede ser muy incómoda y dificulta que las mujeres realicen sus labores de jardinería y se muevan con facilidad”. 

Por otro lado, también es posible que otras afecciones más graves no hayan sido diagnosticadas durante meses, lo que las hace mucho más difíciles de tratar. “En otros lugares de Ucrania, hemos visto a mujeres mayores con sangrado vaginal anormal”, explica Charlton. “Esto es algo que, en condiciones normales, se habría revisado con bastante rapidez. Después de la derivación a un servicio médico, se les diagnosticó cáncer ginecológico, que normalmente pueden ser de crecimiento bastante rápido”. 

Charlton cree que brindar atención médica sexual y reproductiva tiene múltiples beneficios, ya que ofrece a las mujeres con diversas afecciones y síntomas la posibilidad de sentirse mejor consigo mismas y con su cuerpo, ayudándolas a controlar sus síntomas de forma eficaz y permitiéndoles llevar una vida lo más normal posible. 

“A veces somos los primeros trabajadores de la salud que han estado en estos pueblos desde febrero”, dice Charlton. “Puedes ver que realmente supone una diferencia positiva en las vidas de las mujeres”. 

Además de brindar atención médica a las mujeres, MSF también brinda apoyo a trabajadoras y trabajadores sanitarios locales y les ayuda a mejorar su trabajo. “En un nivel más amplio, necesitamos apoyar el desarrollo de capacidades y los trabajadores de la salud locales, que han estado bajo mucho estrés tratando de brindar atención en circunstancias muy difíciles”, concluye Charlton.