La guerra en Sudán agrava las necesidades humanitarias en Sudán del Sur

En poco más de un año, más de 10 millones de personas se han visto forzadas a tener que dejar sus hogares en Sudán, de las cuales más de 680,000 han huido a Sudán del Sur.

Brindamos atención a persenas desplazadas de Sudá,en Sudán del Sur
Personas refugiadas y retornadas de Sudán se registran en el puesto fronterizo de Joda antes llevarles al Centro de Tránsito de Renk. © Kristen Poels/MSF
  • Dado que las necesidades humanitarias superan con creces la respuesta, en MSF hacemos un llamado a los donantes internacionales para que asignen fondos para abordar las necesidades humanitarias de retornados, refugiados y comunidades de acogida en Sudán del Sur.
  • Más de un año después de que la guerra en Sudán obligara a cientos de miles de personas a cruzar la frontera con Sudán del Sur, la vida de las personas refugiadas y las comunidades de acogida sigue siendo terrible.
  • Las personas que se encuentran en los campos de tránsito no tienen alimentos, agua, refugio, instalaciones sanitarias y atención médica. La desnutrición va en aumento.

 

La guerra en Sudán está agravando drásticamente la situación de la población al otro lado de la frontera con Sudán del Sur. Desde Médicos Sin Fronteras pedimos un aumento inmediato de la ayuda vital para refugiados y retornados que huyen de la guerra. Así como para las comunidades que les acogen.

La guerra en Sudán, que comenzó en abril de 2023, ha creado una de las mayores crisis de desplazamiento del mundo. En poco más de un año, más de 10 millones de personas se han visto forzadas a dejar sus hogares. De las cuales más de 680,000 han huído a Sudán del Sur, un país cuyo sistema sanitario ya tenía grandes dificultades. En el que la ayuda humanitaria no alcanzaba a cubrir ni una mínima parte de las necesidades de la población.

Diversos estudios alertan del riesgo de que en los próximos meses se produzca un aumento de la presión sobre los servicios sanitarios y sobre las organizaciones de ayuda. Se calcula que en julio habrá unos siete millones de personas no tendrán acceso a alimentos suficientes.

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Las necesidades humanitarias superan con creces la respuesta de retornados, refugiados y comunidades de acogida en Sudán del Sur.© Kristen Poels/MSF

 

Renk, en el estado del Alto Nilo de Sudán del Sur, se encuentra a unos 60 kilómetros de Joda. Se trata del punto de entrada oficial para las personas que huyen de la guerra. Unas 13,000 personas refugiadas y retornadas se encuentran actualmente varadas en el centro de tránsito de la ciudad y en sus alrededores. El número fluctúa en función de los desplazamientos. Hay personas que permanecen allí a la espera de poder continuar su viaje a través de Sudán del Sur. Mientras que otras personas están a la espera de regresar a sus hogares en Sudán. Las condiciones de vida que soportan todos ellos son terribles. Apenas disponen de alimentos, agua, refugio, instalaciones sanitarias o atención médica.

La mayoría de las personas quehuyen de la guerra en Sudán, llegan a la frontera tras haber caminado durante semanas para ponerse a salvo. Muchas están heridas y presentan desnutrición grave. Aunque reciben dinero por parte de las agencias de ayuda para poder comprar comida para siete días, un alto porcentaje se encuentran atrapadas en el centro de tránsito de Renk durante semanas o incluso meses. Mientras esperan a poder encontrar medios de transporte para continuar su viaje.

“A veces conseguimos comer dos veces al día, pero normalmente sólo desayunamos. Por la noche nos vamos a la cama con el estómago vacío, incluso los más jóvenes”, dice Dak Denj, un pastor de ganado de 70 años que lleva en el centro de tránsito de Renk desde diciembre de 2023.

 

El centro de tránsito de Bulukat también se encuentra saturado

A unos 300 kilómetros de Renk, miles de refugiados y retornados también malviven en el centro de tránsito de Bulukat, cerca de la ciudad de Malakal. Allí, los equipos de MSF hemos constatado cómo la escasez de alimentos, agua, refugio y saneamiento adecuado han provocado un aumento de enfermedades como la diarrea y las infecciones respiratorias.

“Es probable que la continua afluencia de refugiados y retornados a Sudán del Sur empeore la ya aguda escasez de alimentos y agua, tanto entre los recién llegados como en las comunidades de acogida, y dificulte aún más el acceso de la población a la atención médica”, afirma el Dr. Eltigani Osman, coordinador médico de MSF en Sudán del Sur.

Antes de abril de 2023, entre 30 y 50 niños y niñas con desnutrición severa ingresaban cada mes en el centro hospitalario de tratamiento de la desnutrición que MSF tiene en la ciudad de Malakal. Desde el estallido de la guerra en Sudán, el número de menores con desnutrición grave ingresados en el centro ha aumentado un 200%.

“La situación es preocupante, ya que la desnutrición aumenta el riesgo de infección. Especialmente entre los menores de cinco años, que tienen más probabilidades de morir de enfermedades como la meningitis, el sarampión, la fiebre amarilla, el cólera y la malaria”, explica Osman.

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Para suplir la falta de espacio en el Hospital Civil de Renk, MSF hemos construido una tienda para alojar a más pacientes. © Kristen Poels/MSF

 

La escasez de agua en toda la región obliga a la población a tener que recoger agua en los ríos. Beber agua sin tratar, que puede estar contaminada, plantea riesgos sanitarios adicionales, sobre todo en una región propensa a los brotes de cólera. Es probable que estos riesgos aumenten con la llegada de la estación de lluvias, que causará graves inundaciones en toda la región, contaminando los pozos y fuentes de agua. Dificultando aún más la respuesta humanitaria.

Las organizaciones humanitarias se esfuerzan actualmente por responder a la crisis y ayudar a todos aquellos que lo necesitan. Desde abril de 2023, MSF gestionamos una clínica en el principal paso fronterizo y dos clínicas móviles en los alrededores de Renk y Bulukat. Atienden a unos 190 pacientes cada día, además de brindar apoyo al hospital de Renk. Sin embargo, esto no es suficiente, y la magnitud de la crisis exige una respuesta internacional mucho mayor.

“La respuesta humanitaria sigue siendo insuficiente ante la verdadera magnitud de las necesidades”, afirma Iqbal Huda, coordinador general de MSF en Sudán del Sur.

Afortunadamente en Médicos Sin Fronteras no dependemos de los fondos procedentes de Gobiernos o de las Naciones Unidas, y nuestra independencia, también económica, nos permite dar respuesta inmediata a esta crisis. Pero resulta sumamente urgente que los donantes internacionales asignen fondos y recursos suficientes para atender las necesidades humanitarias de los retornados, refugiados y poblaciones de acogida en Sudán del Sur. Esto debe incluir el suministro de alimentos, agua, refugio, saneamiento y atención médica. Así como los medios para que las personas puedan continuar sus viajes.

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