La población se encuentra atrapada en un clima de inseguridad en medio de enfrentamientos en Uvira, Kivu Sur

Los residentes describen escenas de saqueos, aumento de la violencia y enfrentamientos dentro de la ciudad entre el ejército congoleño (FARDC) y los combatientes de Wazalendo.

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Primer plano de un altavoz de un teléfono de MSF durante una respuesta de ayuda médica de emergencia en la isla de Samos, Grecia.
© ALICE GOTHERON/MSF

En los últimos días, la situación de seguridad en los alrededores de la ciudad de Uvira, en la provincia de Kivu Sur de la República Democrática del Congo (RDC), se ha deteriorado rápidamente, alcanzando un punto crítico el 15 de febrero. Los residentes describen escenas de saqueos, aumento de la violencia y enfrentamientos dentro de la ciudad entre el ejército congoleño (FARDC) y los combatientes de Wazalendo. Las instalaciones médicas no se han librado de los disparos, lo que ha repercutido en la atención a los pacientes. El personal de Médicos Sin Fronteras (MSF) que estaba presente al comienzo de los enfrentamientos da testimonio de la situación.

“Cuando oímos los disparos, tuvimos que ponernos a cubierto rápidamente, al igual que los pacientes, y tuvimos que detener nuestras actividades, lo que retrasó su atención y tratamiento”, explica un colega de MSF. “Al día siguiente, los disparos venían de todas partes, así que tuvimos que quedarnos en casa. Pero el hospital [el hospital general de referencia de Uvira, Kivu Sur] empezaba a recibir muchos heridos, así que acudimos como refuerzos, asumiendo el riesgo de recibir una bala perdida”.

Desde el 17 de febrero, los hospitales de la región se enfrentan a una afluencia de heridos, recibiendo unas diez personas al día, incluyendo civiles, por estructura. A pesar de la inseguridad, el personal del Ministerio de Salud sigue brindando atención de urgencia y un gran número de personal de otros servicios del hospital ha venido para ayudar en las cirugías y en el quirófano. En total, más de cien heridos han sido tratados en tan solo unos días.

“Esta semana, la ciudad se ha vuelto inhabitable, con tiroteos desde la mañana hasta la noche”, explica un miembro del personal de MSF. “Personalmente, he perdido la cuenta de los días porque todos nos hemos visto afectados. Algunos de mis colegas han sido víctimas de todo este caos. A otros, hombres armados les han robado en su casa”.

El caos en la ciudad y los disparos incesantes han afectado gravemente a las carreteras y al movimiento de la población. Esta falta de movilidad impide incluso a los servicios de emergencia intervenir a tiempo. Las ambulancias tienen dificultades para desplazarse, pero siguen recogiendo cadáveres en las carreteras siempre que pueden.

En varias ocasiones, el hospital general de referencia de Uvira ha quedado atrapado en el fuego cruzado, poniendo en grave peligro a los pacientes y al personal. El jueves 20 de febrero, las actividades médicas tuvieron que ser interrumpidas de nuevo y los pacientes tuvieron que refugiarse para evitar ser alcanzados. Hombres armados también entraron en las instalaciones del hospital deambulando y disparando en el interior.

“Estas violaciones y el clima extremo de inseguridad que persiste desde hace varios días son inaceptables”, afirma Caglar Tahiroglu, coordinador de actividades de MSF en Uvira, Kivu Sur. “Hacemos un llamamiento a todas las partes en el conflicto para que respeten la protección de los civiles, el personal médico y las infraestructuras lo antes posible para que podamos seguir prestando asistencia médica a la población”.

La ciudad de Uvira, fronteriza con Burundi, está al borde del caos. Se han observado varias oleadas de desplazamientos en un clima de angustia. Las autoridades burundianas estiman que más de 35,000 personas se han desplazado desde principios de febrero.

“Los primeros días, vi a familias enteras salir de sus casas con sus maletas y tomar rumbos diferentes”, explica un miembro del personal médico de MSF. “Luego vi las calles vacías y completamente desiertas. La gente tiene miedo. Tiene muy poca información sobre lo que está sucediendo realmente y se ha visto afectada por la rápida escalada de la crisis en el país, imaginando todas las posibilidades. El acceso a los alimentos se está volviendo crítico porque las actividades económicas están bloqueadas desde hace seis días. No sabemos qué nos deparará el mañana”.

En medio de una inseguridad persistente, MSF nos vimos obligados a reducir nuestros equipos en Uvira, donde la organización había estado apoyando al Ministerio de Salud en el diagnóstico y tratamiento de pacientes que sufren de MPOX durante varios meses. Ante la afluencia de personas heridas y la escasez de material, MSF estamos reorientando algunas actividades para apoyar la atención de heridos de guerra mediante la entrega de material médico vital a varios centros médicos de la zona sanitaria de Uvira.

* Los nombres fueron anonimizados para la protección y seguridad de nuestros colegas.

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