La salud pública y la salud planetaria se encuentran en Kiribati

Atención materna proporcionada por MSF en Kiribati
Shelley Harris, una partera de MSF, usando un doppler obstétrico durante una consulta prenatal en el Hospital Sureño de Kiribati. © Manja Leban/MSF

En octubre de 2022, desde Médicos Sin Fronteras (MSF) lanzamos oficialmente actividades médicas en Kiribati, una nación insular del Pacífico Ecuatorial. Nuestro equipo allí, que incluye un pediatra, una partera y un médico general, brinda apoyo al Ministerio de Salud y Servicios Médicos para mejorar la salud materna y neonatal. 

Kiribati es el único país del mundo que toca los cuatro hemisferios. Los 32 atolones (y una isla de coral elevada) se encuentran entre Australia y Hawái y, en conjunto, cubren solo 811 kilómetros cuadrados de tierra en una vasta área oceánica de 3,5 millones de kilómetros cuadrados. Llegar a algunas islas del este lleva una semana en barco desde la isla principal y, si no fuera por un ajuste en la línea internacional de cambio de fecha, tendrían un retraso de 24 horas. 

Es fascinante, hermoso y problemático. La mitad de la población total de Kiribati (estimada en 120,000 personas) vive en la capital, Tarawa del Sur. Las delgadas franjas de tierra con forma de boomerang que componen la isla principal apenas puede acomodar a toda esa población.  

Como resultado de una alta tasa de natalidad (26 nacimientos por cada 1,000 personas) y la urbanización en el sur de Tarawa debido a la migración desde las islas exteriores, el hacinamiento exacerba los problemas sociales y de salud, pero también los problemas ambientales. 

Kiribati, vista área
Kiribati © Joanne Lillie

“Kiribati tiene una de las cargas de enfermedad más altas del mundo, incluida la incidencia más alta de lepra, una de las más altas de tuberculosis y diabetes; y uno de los accesos más bajos a la atención médica básica”, explica Alison Jones, coordinadora médica de MSF en Kiribati. “Hay necesidades claras aquí que no se están siendo satisfechas”. 

Además de eso, los problemas ambientales son significativos y van en aumento. 

Uno de los lugares más vulnerables al clima del mundo

La frágil situación del pueblo de Kiribati (o i-Kiribati) se ve amenazada por un clima cambiante. La gran mayoría de los hogares reportaron afectacions por el clima en 2016, y el 81 por ciento de la población ya se vio directamente afectada por el aumento del nivel del mar. 

La pequeña masa de tierra de Kiribati es particularmente vulnerable a la subida del nivel del mar: el punto más alto de Tarawa está a solo tres metros sobre el nivel del mar. 

La evidencia de la contracción de la tierra debido a la erosión está en todas partes. En algunos lugares, los árboles arrancados yacen donde alguna vez hubo lugares de picnic y playas. Las casas son abandonadas a medida que el agua se acerca y los sacos de arena se alinean en los bordes de la costa como cadenas de refuerzo. Durante una marea alta de luna llena, las olas chocan contra la calzada principal e inundan las casas. 

Junto con la erosión, también está aumentando la salinización de las fuentes de agua subterránea y del suelo, las temperaturas, las sequías y, además, las “mareas reales” cada vez son más frecuentes. 

Otro problema con la reducción de la tierra es la amenaza para la agricultura. La mayoría de i-Kiribati son agricultores de subsistencia, especialmente en las islas exteriores, pero esto ha disminuido en los últimos años. 

La pesca también se ha visto afectada. Con el impacto de la sobrepoblación y el clima en las pesquerías de arrecifes, las pesquerías costeras pronto no podrán satisfacer las necesidades alimentarias de la población. Se estima que Kiribati necesitará un 50 % más de alimentos para 2030 para sostener la creciente demanda interna. 

Actividades de MSF en Kiribati
El Dr. Darren Pezzack de MSF, gestionando una sesión de entrenamiento para médicos en el hospital Tarawa. © MSF

 

La inseguridad alimentaria no se debe únicamente al clima extremo; los estilos de vida están cambiando. Muchos jóvenes ya no producen ni preparan alimentos de manera tradicional, sino que prefieren la comodidad de los alimentos importados. Los productos frescos no son ampliamente accesibles: una calabaza puede costar 20 euros y una sandía 32 euros, algo fuera del alcance de la mayoría de las personas, teniendo en cuenta que el salario mínimo es de alrededor de 1 euro la hora. No es de extrañar, entonces, que casi todos los i-Kiribati no puedan consumir las porciones recomendadas de frutas y verduras.b 

Un alejamiento de las dietas tradicionales basadas en el pescado, babai (taro de pantano), fruta del pan y cocos; además de la carne de cerdo para celebraciones o fiestas especiales, tiene implicaciones para la salud de las personas. La mayoría ahora come arroz blanco como alimento básico, además de bebidas azucaradas importadas y alimentos enlatados y procesados. 

Se estima que el 38 por ciento de los hombres y el 54 por ciento de las mujeres tienen obesidad, mientras que el 25% de los niños y niñas menores de cinco años tiene bajo peso. De los factores de riesgo de enfermedades no transmisibles (ENT), el 70 por ciento de las personas adultas de 18 a 69 años tienen tres o más.  

 

La crisis climática es una crisis de salud 

La salud humana depende de la salud y la sostenibilidad del medio ambiente. En ninguna parte es esto más evidente que para las personas que viven dentro de las limitaciones de una isla. 

“Aquí se ve una colisión de la salud planetaria y las enfermedades no transmisibles que no se ve en ningún otro lugar”, afirma el Dr. Lachlan McIver, asesor sobre enfermedades tropicales y salud planetaria para MSF.  McIver llama a los pequeños estados insulares “canarios en la mina de carbón del cambio climático”. 

El setenta y cinco por ciento de las muertes en esta región del Pacífico se deben a las enfermedades no transmisibles, que ahora son reconocidas como la principal causa de los problemas de salud en Kiribati.  Las tasas de diabetes en Kiribati son altas y van en aumento: entre las mujeres de 45 a 69 años, más del 44 por ciento tiene diabetes. 

Además de una dieta de mala calidad, la hipertensión, la falta de ejercicio y el tabaquismo contribuyen a estas altas tasas de enfermedad. 

“La diabetes en mujeres embarazadas es especialmente preocupante, ya que la afección puede ser de alto riesgo para las madres y sus bebés, que requieren acceso a atención especializada para su manejo durante el trabajo de parto, el parto y después del parto”, explica Sandra Sedlmaier-Ouattara, partera y referente médica del proyecto de MSF en Kiribati. 

MSF en Kiribati
Sandra Sedlmaier-Ouattara, referente médica del proyecto de MSF y partera, afuera de la materndiad en Tabituaea Norte, en Kiribati. © Manja Leban/MSF

 

El trabajo de MSF en Kiribati tiene como objetivo inicial mejorar la detección y el control de la diabetes y la hipertensión relacionada con la salud materna en las Islas Gilbert del Sur, con sede en Tabiteuea Norte. 

Actualmente, las mujeres con embarazos de alto riesgo que viven en las islas exteriores tienen acceso limitado a atención especializada, y deben dejar atrás a sus familias para poder ser trasladadas en avión a la capital, Tarawa, para recibir atención especializada hasta que den a luz e incluso después del parto, si es necesario. 

“Nuestras actividades en las clínicas incluyen la mejora de la atención prenatal en general, con un enfoque adicional en la detección temprana de la diabetes y la hipertensión”, dice Sedlmaier-Ouattara. “También apoyamos el trabajo de parto, el parto y la atención neonatal en el Hospital del Sur de Kiribati”. 

“Para tener un impacto a largo plazo y para la sostenibilidad, nuestras actividades se centran en capacitar y asesorar a nuestros colegas de los equipos de partería, enfermería y médicos”, agrega. 

Otras actividades incluyen el trabajo para mejorar la atención de las y los recién nacidos en sus primeras 24 horas de vida a través de la formación de parteras, personal médico y de enfermería, en el programa universal Ayudando a los Bebés a Respirar, así como el tratamiento en Tabiteuea Norte y Tarawa. 

Desde MSF también apoyaremos las mejoras de la infraestructura hospitalaria en el Hospital Tabiteuea Norte, como el suministro de energía renovable, agua limpia y gestión de residuos para respaldar las referencias y la capacidad quirúrgica. 

Las islas del Pacífico se encuentran entre los lugares más vulnerables al clima en la tierra. Kiribati le está mostrando al resto del mundo algunos de los impactos más tangibles del cambio climático hasta el momento. 

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