La vacunación contra la hepatitis E es efectiva durante epidemias

El equipo de MSF administra la primera dosis de la vacuna contra la hepatitis E en Sudán del Sur.
El equipo de MSF, administra la primera dosis de la vacuna contra la hepatitis E a una mujer en el estado de Jonglei. © Gale Julius Dada/MSF

Un equipo del Centro UNIGE-HUG para Enfermedades Virales Emergentes, Médicos Sin Fronteras, MSF Epicentre, la Universidad Johns Hopkins y el Ministerio de Salud de Sudán del Sur demostró la eficacia de la vacuna contra la hepatitis E durante una epidemia en Sudán del Sur.

La hepatitis E, una enfermedad viral del hígado potencialmente grave, se transmite a través del agua contaminada. El riesgo de contraerla es particularmente elevado entre poblaciones con acceso limitado a servicios de agua y saneamiento.

En Sudán del Sur, los brotes han asolado periódicamente los campos para personas desplazadas internamente y a las poblaciones de acogida. Aunque desde 2011 se dispone de una vacuna, su pauta de tres dosis dificulta su administración en ese contexto.

 

La vacuna contra la hepatitis E es eficaz

Un equipo de Médicos Sin Fronteras (MSF), MSF Epicentre, la Universidad Johns Hopkins (JHU), el Ministerio de Salud de Sudán del Sur, la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Universidad de Ginebra (UNIGE) y los Hospitales Universitarios de Ginebra (HUG) realizaron estudios clínicos y de laboratorio tras una campaña de vacunación para evaluar su eficacia a la hora de proteger a las personas y ayudar a controlar la epidemia.

Sus resultados mostraron que la vacuna era eficaz con solo las dos primeras dosis. Estos resultados pueden leerse en la revista Lancet Infectious Diseases.

La hepatitis E es una infección vírica especialmente peligrosa para las mujeres embarazadas y las personas con enfermedades crónicas, con una tasa de mortalidad de hasta el 10-50 %.

“Los síntomas de la hepatitis E son similares a los de otras enfermedades que causan ictericia aguda, dificultando su detección. Aunque no disponemos de estimaciones precisas de la carga mundial, algunos la han cifrado en unas 50.000 muertes al año”, explica Andrew Azman, epidemiólogo del Centro UNIGE-HUG de Enfermedades Virales Emergentes, MSF y JHU, quien dirigió esta investigación.

”El campo de Bentiu, en Sudán del Sur, donde viven más de 100,000 personas desplazadas por la guerra civil, es víctima habitual de brotes de hepatitis E y otras enfermedades transmitidas por el agua, probablemente debido a las malas condiciones de saneamiento y las frecuentes inundaciones”.

Parte del equipo de Médicos Sin Fronteras que participó en la campaña de vacunación contra la hepatitis E. © MSF
Parte del equipo de Médicos Sin Fronteras que participó en la campaña de vacunación contra la hepatitis E. © MSF

 

La vacuna Hecolin, desarrollada en China y autorizada en algunos países desde 2011, ha sido recomendada como posible herramienta en brotes por la OMS. Sin embargo, hasta este uso en un brote, solo se había utilizado en el contexto de ensayos clínicos controlados y medicina del viajero en China.

”Por eso era esencial estudiar la eficacia de la vacuna en otras poblaciones y en regiones donde el tipo de virus circulante es diferente al de China, así como la viabilidad logística de una campaña de este tipo”, añade Isabella Eckerle, catedrática de la Facultad de Medicina y directora del Centro UNIGE-HUG de Enfermedades Virales Emergentes. “Era particularmente importante conocer su eficacia tras solo dos dosis, mientras que normalmente se administra en tres dosis con 6 meses de intervalo”.

 

Una asociación de investigación original

El Centro de Enfermedades Virales Emergentes, un centro especializado gestionado conjuntamente por el HUG y la Facultad de Medicina de la UNIGE, proporcionó apoyo científico a nuestros equipos de campo encargados del aspecto clínico del estudio.

”La campaña de vacunación se dirigió a personas de 16 años y se llevó a cabo en tres rondas, en marzo, abril y octubre de 2022”, explica Iza Ciglenecki, nuestra coordinadora de investigación operativa de MSF Suiza.

“Nuestro estudio comparó el estado de vacunación de 201 pacientes que dieron positivo en las pruebas de hepatitis E entre mayo y diciembre de 2022 con el de otras personas de su vecindario que no presentaban síntomas. A pesar de que el número de casos de hepatitis E tras la vacunación fue inferior al esperado, nuestro estudio reveló que dos dosis de vacuna fueron eficaces, un resultado excelente dado el contexto particular de un campo para personas desplazadas”.

Una mujer es vacunada contra la hepatitis E en Bentiu, Sudán del sur, en 2022.
Una mujer es vacunada contra la hepatitis E en Bentiu, Sudán del sur, en 2022.© Peter Caton/MSF

 

“Posteriormente, las muestras se enviaron a los laboratorios del Centro de Enfermedades Virales Emergentes para determinar las características biológicas del virus y las respuestas inmunitarias. Estos datos de laboratorio, difíciles de realizar in situ, no solo demostraron la protección inducida por la vacuna, sino que también nos permitieron comprender mejor la transmisión y el rendimiento de las pruebas de diagnóstico, lo que puede ayudarnos a diseñar mejores respuestas a los brotes en el futuro”, subraya Isabella Eckerle.

Este proyecto representa una gratificante sinergia entre la experiencia operativa de MSF y la nuestra en investigación traslacional y excelencia diagnóstica.

Una reserva mundial creada por la OMS

El estudio confirma así la protección que proporcionan dos dosis de esta vacuna, incluso durante una epidemia, y la reducción de la incidencia de la enfermedad.

“Nuestros resultados, junto con otros, contribuyeron a que el Grupo Internacional de Coordinación (GIC) de la OMS para el Suministro de Vacunas aprobara recientemente la creación de una reserva de vacunas contra la hepatitis E para casos de emergencia. Esta reserva tiene el potencial de salvar muchas vidas y estamos deseando verla en acción. Estos resultados también han contribuido ya a las recomendaciones de la OMS sobre el uso de dos dosis”, concluye Andrew Azman.

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