La violencia de Boko Haram llega al sur del Níger, afecta a miles de personas

El aumento de la violencia, tras los recientes ataques de Boko Haram al sureste de Níger, deja a la población de la zona en una preocupante situación humanitaria. “La población de Diffa ha comenzado a huir y aún no sabemos claramente hacia dónde se han dirigido. Cientos de vehículos están abandonando la ciudad desde que comenzaron los ataques”, explica Mohamed Morchid, coordinador de terreno de Médicos Sin Fronteras en Níger, quien insiste que “nuestra mayor inquietud en estos momentos es toda la gente que se está desplazando a otras zonas del país y la situación en la que se encuentran. A esto sumamos que los refugiados provenientes de Nigeria, que no tienen recursos, han tenido que permanecer en la zona, y que no han podido huir a ningún otro lugar”.

Los recientes ataques del grupo armado en la localidad de Diffa y el incremento de la inseguridad han obligado a MSF a retirar temporalmente sus equipos de la zona. “Nuestra intención es poder volver lo antes posible y ver hacia dónde se han desplazado todas estas personas, comprobar en qué condiciones están, e ir a buscarlos para darles la asistencia médica que necesitan”, explica Mohamed Morchid. Los equipos de MSF se han reubicado en otras zonas del país y la organización está movilizando los recursos necesarios para volver a la zona. 
 
Desde el pasado fin de semana diferentes localidades al sur de Níger han sido objetivo de los violentos ataques de Boko Haram, lo que ha llevado al Gobierno del país a lanzar una ofensiva contra el grupo armado. Numerosas personas de la región de Bosso, en el sureste de Níger, han comenzado a huir a otras zonas y se están dirigiendo a áreas situadas más al interior, como Garoua, Kabalewa, Toumour o Yebi. 
 
La ciudad de Diffa, en cuya área periférica trabajaban los equipos de MSF, se ha visto afectada por la última oleada de violencia. El pasado domingo 8 de febrero, la localidad despertó con un ataque bomba en un céntrico mercado conocido como “mercado del pimiento” y que provocó la muerte de una persona y numerosos heridos. Algunas familias de los barrios periféricos al sur de la ciudad han empezado a abandonar sus casas para desplazarse a otros barrios más al norte, mientras que otras han optado por abandonar la localidad, aparentemente en dirección a Gouré, Guidimouni y Zinder.
 
Desde el pasado mes de diciembre de 2014, MSF estaba asistiendo a los refugiados que huían de la violencia en Nigeria. MSF dio respuesta a una epidemia de cólera aparecida tanto en Diffa como en Chatimari. La respuesta consistió en la instalación de puntos de tratamiento de cólera con letrinas, duchas, áreas de lavado y secado, área de gestión de residuos y un punto de rehidratación oral preventiva. En colaboración con el ministerio de Salud de Níger, MSF dio asistencia a más de 300 pacientes. Al mismo tiempo, la organización daba soporte médico a los centros de salud de N’Garwa y Gueskerou, y distribuía artículos de primera necesidad entre los recién llegados al área de Diffa.
 
 
Más desplazados y refugiados
 
Para MSF la situación humanitaria en la zona es extremadamente preocupante. La violencia ha causado movimientos masivos de población en Níger, a lo que se suma los refugiados provenientes de Nigeria. Se estima que alrededor de 150.000 personas, en su mayoría mujeres, niños y ancianos, han abandonado Nigeria. La situación de los desplazados que han quedado aislados por los ataques es verdaderamente incierta.
 
Binta Kaou Elh Ma tiene 45 años. Debido al aumento de la violencia en Nigeria tuvo que huir y refugiarse, junto con sus siete hijos, en la ciudad fronteriza de Diffa, en Níger. “Mis hijos y yo salimos huyendo de Maiduguri por los ataques de Boko Haram”, comenta Binta, quien junto a su familia comenzó la ruta de huida desde Maiduguri a Gachagar (unos 460km) a bordo de un vehículo. Después continuaron a pie hasta Ngarwa (unos 30km más). “Pasamos mucho miedo durante el trayecto, pero ahora me siento tranquila. Aquí en Ngarwa nos acogieron bien”.
 
 
Kaka Mamoudou Fantami tiene 82 años. Junto a su mujer y sus 13 hijos ha tenido que dejar Nigeria por la violencia de Boko Haram. Parte de su familia está en Bosso, ciudad nigerina en la frontera con Nigeria y cercana al lago Chad, a unos 90 km de Diffa. “Dos de mis hijos y yo nos hemos venido hasta Diffa. Hicimos el viaje a pie”, comenta Kakia Mamoudou. “La comunidad nos ha recibido muy bien y estoy muy agradecido de que los servicios de salud sean gratuitos, porque no tenemos medios para poder pagarlo. Tuvimos que dejarlo todo en Nigeria”.
 
Ya Inna Baba, junto a su marido y sus tres hijos, hizo el viaje a pie desde Nigeria hasta Diffa. Ya nos les queda familia en Nigeria. “Todos nos hemos ido”, comenta. “Aquí estamos bien, más tranquilos. Para nosotros es muy importante poder contar con médicos y medicinas gratis para los niños, no tenemos nada”, explica. “No ha sido fácil llegar hasta aquí: evitamos la ruta principal y tomamos otros caminos menos transitados”, dice Ya Inna.
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